XL | Final parte 2.

313 18 0
                                    

Queen había dado su primer concierto en Manchester y había salido de maravilla, los fans los adoraban y habían comprado todos los discos. Estaba siendo un éxito.

También habían tenido varias entrevistas con la prensa y con canales de música y noticieros, promoviendo el nuevo álbum A Night at The Ópera. Una verdadera obra de arte de los cuatro.

Había llamado con frecuencia a Lee, sin perderse un solo día, y si se lo perdía era porque estaban viajando o demasiado ocupados. Pero aún así siempre, siempre se hacía un espacio para el amor de su vida.

El tiempo pasaba y se cumplieron tres semanas en las que John había estado fuera.

Lee estaba de vacaciones, por lo que tenía más tiempo para cuidarse y descansar para la llegada del bebé. Pero aunque no quisiera pensar en ello, el tema de que John estuviera en otra ciudad la traía bastante mal.

Intentaba no preocuparse demasiado en ello, y cuando comenzaba a sentirse mal y sentir un poco de dolor de cabeza salía a caminar para despejarse, o llamaba a sus padres o a Mary.

Había hablado con Penny y después de una charla complicada, las cosas se habían terminado solucionando con lágrimas de por medio. Penny medio se había enojado porque Lee no le había contado aquella importantísima noticia, pero luego la perdonó porque ella era su mejor amiga y terminaron reconciliándose volver a tener esa hermosa amistad de siempre. Hasta se habían juntado una tarde con Adam y Alex para contarle la noticia a los muchachos también.

• • •

L

ee se encontraba pensando en John como usualmente hacia mientras respiraba el aire veraniego en su patio trasero.

¿Estaría dando un concierto? ¿Estaría disfrutando de la ciudad?¿Estaría dando una entrevista? Miles de preguntas rondaban por su mente, y sabía que aunque quisiera ella no podía cambiar. Era así, solía preocuparse demasiado por cosas que no la dejaban dormir por las noches.

Traía un vestido holgado blanco y estaba descalza. Hacía calor en Londres, y se encontraba sentada en el verde césped de su hermosa casa

Abrió sus ojos, y aunque su familia y amigos estuvieran con ella... Al que en verdad necesitaba era a John, a su John. Sin pensarlo comenzó a llorar en silencio, pensando en lo injusta que era la vida. ¿Por qué no podía estar con ella viendo crecer su panza, consintiendole los caprichos de helado a la media noche, o cantándole a su niño?.

Entró a su casa, dirigiéndose a la cocina en busca de un pañuelo de papel para secar sus lágrimas, cuando sintió un líquido tibio correr por sus piernas. Bajó su mirada asustada, tratando de no encontrarse con lo que estaba pensado...pero desafortunadamente era lo que estaba pensando.

Un camino de sangre espesa comenzaba a correr por sus piernas, comenzando a hacer un pequeño charco en el suelo. Sintió cómo sus defensas bajaban y perdía el equilibrio al verse totalmente impresionada con lo que estaba ocurriendo, pero sacó fuerzas desde dentro y camino despacio hasta el teléfono. Marcó el número de su madre, contando mentalmente hasta diez para no desvanecerse y desmayarse en el transcurso.

– ¿Hija? – Oyó su voz.

– Mamá... sangre. Ven ahora, rápido. – fué lo único que pudo pronunciar con una voz balbuceante ante su estado.

– ¡¿Que?! ¡Voy en camino Lee, Voy en camino!

Oyó a su madre colgar y camino, conteniendo la respiración hasta el sofá. Comenzó a marearse aún más, todo le daba vueltas y el calor que sentía hace unos minutos estando en el patio trasero descendió totalmente dejándola con un gélido sudor en la frente.  Y luego, todo estuvo negro.

The Miracle | John DeaconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora