Yo... ¿Mascota?

4K 149 24
                                    

No se cuanto tiempo permanecí inconsciente, pero unas bofetadas me despertaron, estaba atado a una silla con la boca tapada con cinta, no me pregunto porque...

Estaba en una habitación con poca iluminación, parecía una habitación de una mujer, pero había algunos muebles que yo desconocía, de momento... Recuperando la visión poco a poco ví a una mujer alta, como de 1.75 un traje de oficinista color vino, de lentes, pelirroja y semblante dominante. No sabía si mi fantasía se estaba haciendo realidad o era una maldición, pero los pensamientos me duraron poco tras recibir otra bofetada de parte de esta mujer.

-Te ves muy blando, no estoy muy segura de la decisión que he tomado...

Su tono de voz era el mismo que el de la llamada, así que ya sabía quién estaba detrás de las llamadas y los mensajes. Traté de responderle pero seguía con la cinta en la boca, ella sin pensarlo me arrancó la cinta de la boca.

-Aahhh! ¿¡Quien demonios te crees para tenerme así!? ¿¡Quien eres y porque me enviaste esas notas y ese paquete!? ¿Acaso me espías, me vigilas, con que propósito te entro...?

Hablé tan rápido que no sabía que decía, y como consecuencia recibí una cachetada tan fuerte que acabe escupiendo sangre, y con el movimiento de cuello sentí que tenía puesto el collar de perro, quería sentirme molesto, pero me estaba excitando por dentro.

-Eres muy valiente para hablarme así, o muy estúpido... Pero parece que si escogí bien a mi nueva mascotita, je je je je.

Cada frase que decía me calentaba y comenzaba a tener una erección, eso no podía ser posible, acabo de ser secuestrado, sometido y golpeado por una mujer que no conozco pero quería seguir así, en la mirada de la chica se veía dominación, determinación y agresividad, se acercó a mí oído y me susurró

-Hueleme... Huele mi perfume, inhala profundamente, deja que llegue a tu cabeza...

Mi cabeza daba vueltas, mi cuerpo se sentía caliente, mi pene se ponía más duro, incluso mis pezones se endurecian, me sentía entre la consciencia y la inconsistencia, comencé a dar pequeños gemidos, quería soltarme y masturbarme, estaba muy cachondo pero no podía hacer nada, hasta que la chica del traje vino se sentó encima mío viendo como me comportaba como animal en celo tratando de escapar.

-¿Que te pasa mi perrito? ¿Te sientes caliente, cachondo, con ganas de coger? ¿Sientes como tú cerebro se derrite del placer por el aroma de mi perfume? ¿Quieres correrte, expulsar tu semen y desahogarte?

Asenté con mi cabeza que si, ya no podía pensar claramente, mi cerebro se encontraba en una severa confusión, mi juicio estaba nublado, sentía como ella se movía sentada encima de mi, sentía muy duro el pene, ella me agarró del collar de forma brusca y me besó de forma tan ruda que mi pene colapsó y eyacule en mis pantalones, mi pecho sentía escalofríos pero de placer y sentía que mi cerebro se quebrantaba con solo ese beso, el jugueteo de su lengua con la mía y la muestra de dominación de parte de ella.

Se levantó y mi corazón latía aceleradamente y sentía mucho calor en cada parte de mi cuerpo, antes de perder la consciencia escuche su dulce y dominante voz...

-Tienes una rica boquita, y me encanta como gimes, si te haré mi perra... Je je je je...

Controlado por una... ¿extraña?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora