18. Todos aquí están locos.

59.7K 4.7K 1.8K
                                    

Darek Lombardi

Ti auguro tanto.

Las palabras de Darah resuenan en mi mente, su tono de voz bajo y provocador y esa sonrisa que me dio antes de irse. No voy a poder aguantar mucho más así, menos si ella me provoca de esta forma. Sabía que me deseaba, que le atraía, pero una cosa es eso y la otra decirme al oído que me desea.

Dejando a ella a un lado, pienso en que me quedan menos de dos semanas antes de que Williams y Hill hagan algo en mi contra. ¿Quieren matarme? Que lo intenten, bueno, ya lo intentaron y no les salió muy bien, eh. Recuerdo el cuerpecito inerte de Earl a mis pies, desangrado por el corte que le hice en el cuello. Una sonrisa se extiende en mi rostro al recordarlo, hace mucho que no hacía algo así, necesitaba matar a alguien y liberar tensiones.

Mi vista se pasea de un lado a otro, observando a Hill. Él camina de un lado a otro frente a mi celda, la porra golpeando los barrotes haciendo un ruido que no puedo soportar por mucho tiempo más.

—Dos semanas eh —comento y él dirige su mirada hacia mí, con confusión—. Tic, tac, tic, tac —imito un reloj, mientras miro al libro que tengo delante.

—¿Qué mierda dices? —pregunta él de malas formas.

—Nada, leo en voz alta —sonrío.

Él sabe que no es así. Sabe que sé que planea matarme, pero él no sabe que antes planeo escaparme de aquí dentro. Sigo pensando en el mismo tema, necesito la maldita llave para salir de aquí. Puedo convencer a Darah, pero la pondría en un peligro innecesario y no quiero eso. Tengo otros planes para ella y para eso, la necesito viva.

De pronto veo pasar al celador Torres, él se acerca a Hill y le dice algo en voz baja para que se vaya. Por fin, el ruido que él hacía cesa, quedando todo prácticamente en silencio. Dejo el libro encima de la mesa y me incorporo en mi cama, quedando sentado. Torres me mira a mí, como yo lo miro a él. Al principio, no decimos ni una palabra, nos quedamos en silencio observándonos. Me suena tanto... parece que lo vi en alguna otra parte.

—Don de la mafia italiana —murmura él, para que tan solo yo lo oiga—. Me duele que no te acuerdes de mí —comenta Torres, dramático.

Me quedo totalmente desconcertado, hasta que me acuerdo de él. Jack Torres, antiguo compañero de instituto con el que no me llevaba del todo mal. Compartíamos algunos gustos como los videojuegos y el mismo tipo de música. También algunas ideas como la de formar una mafia, me río al recordar que él creía que yo iba de broma, cuando iba totalmente en serio. En esa época yo ya estaba planeando algo para quedarme con la mafia que tenía mi padre.

—Jacky —lo llamo por su apodo en el instituto—. Te dije que iba en serio con lo de asesinar a la gente —le recuerdo, con una sonrisa.

—Me impresionó verte aquí, nunca pensé que irías en serio... bueno, en realidad sí —admite él, todavía hablando en voz baja—. Y dime, ¿terminaste formando una mafia y siendo el jefe?

—Mira donde estoy, ¿tú qué crees? —me río—. Y tú acabaste de celador, irónico.

—Porque con el tiempo supe que no ibas en broma, así que... aquí me ves, por si estabas en algún aprieto como este.

Alzo las cejas al oírle decir eso. Me quedo frente a él, observando hacia un lado y al otro, comprobando que no hay nadie por los pasillos que nos pueda escuchar.

—¿Vas a ayudarme? —pregunto, bastante interesado.

Él sonríe.

—Tú dime el día y la hora del escape y yo te ayudo, con una condición —le doy una mirada, para que hable—. Trabajar para ti, odio este maldito trabajo, sobre todo a Hill y al maldito director que no sé de qué van.

La psicopatía de Darek [+21] ✓ (Borrador 2021)Where stories live. Discover now