La psicopatía de Darek [+21] ✓ (Borrador 2021)

50. Buen ángel.

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Darah Evans

Amón vuelve al cabo de unos minutos, cuando me ve, sostengo una copa de vino blanco en la mano. Me hacía falta un buen trago después de lo que ocurrió con Darek. Un momento demasiado tenso y confuso que, aunque no lo quiero admitir, me afectó demasiado. No lo había visto en días, lo extrañaba un poco por muy estúpido que fuese. Un baile lento, sus ojos grises clavados en los míos, sus palabras, sus acciones, cada toque, cada movimiento era la clave.

Busco con la mirada a Darek, observando que no esté muy cerca de nosotros. Pero no lo encuentro con toda la gente que hay y las máscaras. Es un evento demasiado tranquilo, música, copas de vino y gente charlando. No hay nada más que eso. Sigo hipnotizada por lo bonito que es el salón, es precioso, cada detalle en el techo y las paredes, las lámparas colgadas sobre nuestras cabezas... Si me cae una encima, lo más probable es que muera, pienso.

—Perdón por dejarte sola, tenía que atender una llamada —se disculpa Amón.

—No pasa nada —le quito importancia—. Me vino bien encontrarme con Darek y beber una copa de vino —alzo la copa, dándole otro sorbo.

—¿Él está aquí? —pregunta, incrédulo.

—Sí, por ahí —señalo un montón de gente.

—¿Te dijo algo?

—Bailamos —me encojo de hombros—. Luego se fue.

—¿Quieres irte?

—Un poco de aire no me vendría mal —confieso—. ¿Crees que fue él quien organizó todo esto? Él tiene contactos, todos estos pueden ser sus conocidos o gente que él mismo contrató. No lo sé.

—Quizás sí —dice él, sin saberlo—. Anda, vamos fuera —entrelaza su brazo con el mío—. Hace una bonita noche —comenta él, encontrando la salida del salón de baile y guiándome al exterior—. Pero nada te supera a ti el día de hoy —sonríe, lanzándome una mirada que me hace sonrojar.

—Lo mismo digo, Amón —le devuelvo la sonrisa.

La brisa nocturna acaricia mi rostro con suavidad. No llega a desordenar mi cabello, tan solo lo aparta hacia atrás. Aprovecho que estoy fuera del hotel para quitarme el antifaz que cubre parte de mi rostro. Amón hace lo mismo, dejando ver su rostro iluminado débilmente por la luna y las luces del hotel.

—¿Quieres?

Su pregunta me toma desprevenida.

—¿El qué?

Él lame sus labios secos antes de contestar. Gira su cabeza hacia mí, mostrando una sonrisa y una mirada un tanto... ¿pícara? Suelto un suspiro, entendiendo lo que quiere decir.

—El otro día te besé y te fuiste, no mencionamos lo que pasó nunca —le recuerdo—. ¿Y ahora quieres volver a besarme? —pregunto, alzando una ceja.

—No quiero que me beses exactamente —su tono de voz baja—. El otro día estabas dolida por lo de ese chico, creí que me besaste por... venganza. Ahora ya estoy seguro que no fue por eso, lo hiciste porque tú lo quieres tanto como yo.

Me quedo en silencio, sin saber qué decir. No tengo mucho que pensar, ni que decir. Darek para mí ya es pasado, ya no existe a pesar de sus palabras.

Porque tú, Darah, me sigues perteneciendo.

No le pertenezco, no somos nada.

—¿Y qué se supone que quieres tú? —le pregunto a Amón.