Estabas platicando con la mamá de los gemelos, hasta que te contó algo que te llamo mucho la atención.
- souya de bebé era apegado a muchas cosas, pero nunca se apego a el biberón como Nahoya en cambio se apego a mis pechos, y por lo que me enteré hasta la fecha lo sigue haciendo.
Te sonrojaste cuando te regreso a ver con una sonrisa, no sabías quien le había contado pero se enteró.
- siempre me había preguntado si era una obsesión - reíste levemente - pero ahora veo que es así desde bebé.
Ambas se rieron al tener el mismo pensamiento: "sigue siendo un bebé".
Te despediste de ella para subir a la habitación de tu novio, tocaste antes de entrar consiguiendo un: "pase" por parte de souya.
Abriste la puerta viendo en la cama a tu novio, quien te hizo unas señas para que te acerques a el, te acostaste encima de el acurrucandote contra su pecho.
- por qué tan sonriente? - te pregunto con duda, la sonrisa de la cara no te la podía quitar nadie.
- por nada, solo descubrí algo - de los casi dos años de relación nuca se te había ocurrido preguntarle a su mamá sobre la duda que tuviste todo el tiempo.
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- no te vayas, duerme conmigo - te miro con un puchero, como podrías decirle que no a esa cara?, estíraste tu mano hacia su rostro y lo acercaste a el tuyo, haciendo que iban sus labios en un beso cariñoso.
- está bien, mañana tenemos clases, así que iremos a la escuela juntos - te emocionaste con la idea de despertar juntos, aparte no todos los días podían ir juntos a la escuela, y claro con Nahoya como la tercera rueda.
Se acomodaron en la cama lo suficientemente grande para ambos y durmieron, con souya sobre tus pechos.
La mañana siguiente transcurrió normal, desayunaron, se cambiaron y salieron de la casa en dirección a la escuela.
Debes en cuando se daban besos o caricias en las manos.
Cuando llegaron a su escuela cada quien se fue a su salón, con un beso como despedida.
