iii. vi

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I'm not a murderer either.


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Manchas de sangre y pedazos de vidrio fue con lo que se encontró Jesabella cuando su elfo doméstico la llevó hasta el hogar de su hermana, descubrió que aquel elfo era el único que podía llevarla hasta ahí y ver con sus propios ojos lo que ocurrió o imaginar porque frente a ella solo quedaba destrucción.

Holland siempre fue alguien que le gustaba mantener todo en orden y limpio, su habitación en casa era una de las más prolijas, cada cosa siempre en su sitio, sus libros acomodados al igual que ciertas reliquias, eso no quería decir que Eleazar o Ella no fueran igual, simplemente la organización de estos últimos no llegaba a la de su hermana, por lo que para la menor de ellos fue extraño ver el lugar así.

Cada una de las piezas que estaban destruidas regresó a su sitio luego de mover su varita, dejándola ver el hogar que ella imaginó que tenía, lentamente comenzó a caminar por el lugar, observando cada objeto y fotografía, eran recuerdos que ella inmortalizó pero que Ella desconocía, jamás había visto la sonrisa que tenía en la fotografía que reposaba sobre una estantería, tampoco logró conocer a quienes estaban en otra, probablemente compañeros de casa u otros de su mismo años, de milagro conocía el nombre de quién era su pareja y ni siquiera era porque ella se lo hubiese dicho.

Ver todo lo que Holland tenía guardado le hizo darse cuenta que no conocía a su hermana, la imagen que Ella tenía se destruía a cada paso que daba, Holland ocultaba a sus amigos de la misma manera que ella lo hacía, las hermanas eran unas completas desconocidas incluso si en una de las paredes se encontraba una fotografía de ambas sonriendo.

— Tenía nueve, solíamos escondernos en el ático. —contó cuando sintió la presencia de Sirius a su costado— Fue la última fotografía que nos tomamos, luego ella entró a Hogwarts y todo cambió.

— Tenías el cabello corto.

— Odiaba el cabello largo en ese entonces. —murmuró para luego sonreír un poco— Holland decía que me vería bonita con el cabello largo, creí... creí que si lo dejaba crecer volvería a hablarme.

Ella dejó salir un suspiro antes de seguir caminando por el lugar, era una casa pequeña a comparación de la mansión en la que vivían o de la casa en la que vivía actualmente, al subir las escaleras se encontró con el pasillo y tres habitaciones una de ellas del bebé, una cuna de madera reposaba en medio, pero eso no fue lo que llamó la atención de la fémina, fue el papel en medio de dónde debería estar el bebé lo que le atrajo, sus dedos tocaron la tarjeta sintiendo como su sangre hervía.

— ¡Ella! —la nombrada arrugó el papel y lo guardó en su bolsillo, bajó las escaleras encontrándose con la imagen de Caroline y Sirius apuntándose con sus varitas.

— Sean civilizados por dos segundos.

— Que aburrida. —murmuró la rubia bajando su varita sonriendo hacia Black— No vas a matarme, Sirius, no eres un asesino.

— ¿Qué haces aquí? —cuestionó recibiendo de respuesta su cabeza señalando a la fémina a su costado, Sirius miró a Ella— Es una de ellos.

— Confío en ella.

— Ya la escuchaste, relájate un poco, tampoco soy una asesina.

— Aún. —susurró para luego alejarse de ahí, no lo suficiente como para no tener en su campo de visión a ambas, su varita no se había despegado de su mano estando listo para atacar se ser necesario.

— ¿Sirius Black? ¿De verdad?

— No es momento para eso. —murmuró.

— ¿Holland vivía aquí? —Ella asintió— Lamento ser quien te lo diga, pero no sé dónde está tu hermana, tampoco he visto a tu hermano.

— ¿Ni siquiera en las reuniones?

— No todos pueden asistir a sus reuniones importantes, ni siquiera sé dónde las hacen. —respondió— ¿Qué te hace creer que es Eleazar y no alguien más?

— Intuición.

— Tu intuición puede meterte en problemas.

— Eleazar sería el único hijo de perra que se atrevería a tocar a un recién nacido. —musitó y Caroline asintió dándose cuenta de que la moralidad del hermano de su amiga era muy cuestionable

— Dudo mucho que pueda ayudarte con eso.

— No esperaba tu ayuda, solo un indicio.

— Estás evitando que entre en tu cabeza. —Ella la miró— Que estupidez, nunca te has preocupado por tu hermana u otra persona y mágicamente decidiste que deseas jugar a ser un héroe, poner tu vida por la de otros.

— Es mi hermana.

— Entiendo, ¿Qué hay de los otros? ¿Qué pasa si ahora mismo voy hacia Black?

— No vas a hacerlo.

— Solo quiero saber por qué.

— No hay un porque, Caroline. —la rubia chasqueo la lengua.

— Pues mierda. —Ella la vio desaparecer frente a sus ojos dejándola en el medio del salón soltando un suspiro de cansancio.

— ¿Fue buena idea traerla hasta aquí? —cuestionó Sirius recargado en la pared.

— Holland no va a regresar aquí.

Y ella se encargaría de eso.



─ ✦ ─



Lily dejó salir una carcajada ante la cara que había puesto James, una traición se había empezado luego de que ellos fueran enviados a ciertas misiones y eso era encontrarse en la casa de Ella y Sirius, por lo que la de cabellos castaños no se sorprendía mucho cuando la puerta se abría y escuchaba la escandalosa voz de James o el saludo tímido de Peter, Remus quizás era el único que golpeaba la puerta aun cuando Black le había dicho que entrara como si fuera su casa.

Aquel día no fue la excepción, Ella los miró con una ceja alzada cuando entraron a su casa y James se lanzaba directamente hacia su cuerpo en el sofá, la había aplastado pero aquella acción no era una completa sorpresa, se había acostumbrado a ser aplastada por James a excepción que esta vez ella lo llamó gordo.

— Tu odio me lastima. —murmuró el de lentes sin siquiera moverse un centímetro, por lo que la escena que Sirius y Remus encontraron fue un tanto caótica pues Ella se encontraba golpeando a James mientras gritaba que iba a morir por su culpa y Lily solo intentaba controlar la risa.

— Si no te quitas no te daré galletas. —Lily volvió a reír al ver la rapidez con la que su esposo se había movido.

— ¿Dónde están?

— Repisa superior a la derecha de la ventana. —respondió para luego poner su cabeza en el hombro de Lily— Voy a prohibirle la entrada.

— ¡Sirius no te dejaría hacerlo!

— ¡¿Eso crees?!

— ¡Sirius! —chilló James, pero él mencionado solo optó por hacer lo que él mismo hizo una vez.

— Ni siquiera te conozco.

— ¡Traidor! —acusó causando la risa de los presentes— Esto me trae recuerdos, solo falta Peter... ¿Lo han visto últimamente?

Todos negaron y Ella frunció el ceño al recordar las palabras sobre el supuesto traidor, pero ella borró el pensamiento. Peter no podría hacerles eso.

Flicker ➳ Marauders EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora