II

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—¿Me estás diciendo que tuviste una semana completa para acostarte con él y solo lo dejaste que te tomara? —La voz de Yoongi sonaba todos los tonos de incredulidad existentes.

Era recriminatorio, haciendo a las orejas de Jimin tornarse rojas porque, a decir verdad, el pensamiento de él poniendo su polla en Jungkook ni siquiera se le había cruzado por la mente. Era un poco vergonzoso, si era sincero, pero él había estado gustoso de solo yacer debajo de Jeon, dejándolo hacer con su cuerpo a su antojo. Después de años anhelando que el maknae hiciera de todo con él, pues se había hecho difícil negarle algo. Y muy en su interior, Jimin tenía que admitir que le gustaba. Ser el de abajo le permitía sentir todos los atributos que amaba de Jeongguk, su fuerza y su control, su cuidado y su cariño. Y la forma en que lo hacia sentir cuando estaba enterrado profundamente dentro de él era solo...

No, no se lo podía imaginar siendo de otra manera.

Después de días encerrados en el cuarto de hotel, volver a la realidad, a la casa compartida con el resto de los chicos se había sentido un poco surrealista, como el final de una película cuya trama se queda contigo. Por no mencionar que debían cumplir con los puntos de su usual agenda, yendo a presentaciones y ensayos donde tenían que comportarse de manera normal. Una cosa que ni siquiera ellos comenzaban a entender de qué se trataba.

¿La nueva normalidad incluía dormir en la misma cama por las noches? ¿Besarse a escondidas, sostenerse la mano debajo de la mesa a la hora de la comida? ¿podían compartir tiempo a solas, sin que el resto sospechara lo que estaban haciendo?

Era todo tan confuso, con las líneas y roles distorsionados todo se hacía más complicado de afrontar. Algunos días Jimin ni siquiera sabía cómo mirar a Jungkook, como comportarse a su alrededor sin verse necesitado. Y el maknae no lo llevaba mejor, luciendo tan afanoso que lo rondaba a donde sea que fuese. Jimin lo entendía, en serio que, si y solo deseaba poder acercarlo y asegurarle que todo estaría bien, pero para eso, necesitaba aclarar su cabeza, por ello estaba allí, con Yoongi y JHope intentando obtener algo de claridad a sus pensamientos.

Aunque, después de las palabras de Suga hyung, se estaba replanteando su elección de compañeros.

—Es que yo... —comenzó buscando una excusa que no lo hiciera sonar como el pasivo encantado que había descubierto ser. –No lo sé, creo que solo no se dio. Primero fuimos a Disney, luego nos la pasamos teniendo sexo y era... y cada vez se sentía mejor que la anterior. —Él se estaba paseando ahora, aleteando para hacer entender el punto. —Y luego, Jungkook dijo que me amaba y por supuesto que yo también a él, y a la mañana siguiente a eso me llevó a comer y conseguir estos anillos en conjunto que cuando mi trasero cayó en el asiento del avión para regresar, yo no tenía la menor idea de si todo lo que había pasado era real o solo me lo imaginé.

Se desmoronó en un sofá, cogiendo aliento, mirándose la alianza resplandeciente en su mano.

Yoongi hizo un ruidito impresionado.

—Oh bueno, todo eso se escucha horrible. —Él se enderezó para acomodar los cojines en su espalda y recargarse de forma más cómoda en ellos. Se cruzó de manos sobre el estómago entrecerrando sus ya pequeños ojos. —Cuéntame más, quiero saberlo todo.

Jimin le dio una mala cara, arrojándole sin fuerza una almohada que el mayor sabiamente esquivó.

—No me voy a tomar tu ataque como personal —Se mofó Yoongi. —Suficiente tienes con lo mortificado que luces.

Jimin hizo amago de alcanzar otro cojín.

—Yoongi—ah —JHope intervino previendo el camino que estaba tomando el intercambio entre esos dos. —Creo que Jiminie necesita nuestra ayuda.

Aquel beso bajo la lluviaWhere stories live. Discover now