III

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Aunque no era ninguna ocasión especial, los señores Park recibieron a los chicos con una deliciosa sopa de algas, después de todo, tenerlos juntos bajo su techo era una sorpresa agradable. Se sentaron a comer y charlar del vuelo, Jimin y Jungkook juntos frente a los padres del primero. Jungkook sentía el sudor correr desde su sien nada más entraron e intentaba llenar todos los silencios con una palabra educada. El hermano de Jimin, JiHyun había desistido de la comida, prefiriendo tomar distancia y mirando todo desde la sala.

La tensión entre los chicos crecía conforme la cena avanzaba, Jungkook ya no sabía qué más decir y Jimin, bueno, él había tomado el rol silencioso en este caso, su mirada fija en el plato de sopa que apenas había tocado.

—De acuerdo, esto está torturándome —Jimin se rindió. Dejó la cuchara sobre la mesa aun no dispuesto a levantar sus ojos. —Apa, Omma, estamos aquí porque tenemos un anuncio que darles.

El ruidito de la garganta de Kook al tragar fue lo único que se escuchó en el lugar.

Jimin miró a ambos de sus padres, tomando una respiración temblorosa. Los apreciaba tanto y no quería que su relación cambiara por nada en el mundo; pero también amaba a Jungkook y no le parecía justo tener que ocultarles ese lado de sí mismo. Buscó a tientas la mano de Jeon, que lo encontró a medio camino y con lo seguro de su tacto apretando sus dedos, dijo:

—Jungkook y yo comenzamos una relación.

Desde su posición, JiHuyn soltó una risita histérica. Que sus padres se encargaron de mirar con malos ojos. Luego ellos se miraron entre sí, y luego... nada.

Nadie movió un dedo ni dijo una palabra en un largo momento para mortificación de Minie que sentía el latir de su corazón como un tambor ensordecedor. A su lado, Jungkook comenzó a mordisquearse la boca, cuyos labios ya venían maltratados desde el vuelo.

—¿Apa? —Minie preguntó temeroso, su voz salió chiquita e incierta.

El señor Park tenía el rostro en blanco. Pareció que estaba saliendo de un trance, parpadeado rápido, su mirada pasando de su hijo a su esposa y de vuelta.

—¿Qué no estaban ustedes... juntos... desde siempre? —cuestionó perdido.

Fue el turno de Jimin de lucir estupefacto.

—No, nosotros...

¿Qué demonios...?

—¿Por qué pensabas eso? —Se removió. Pasado la primera impresión, no parecía que sus padres los rechazaran, de modo que Jimin se echó atrás en el asiento. Le dolía la espalda de la rigidez acumulada.

Su madre hizo un gesto entre Jimin y Jungkook.

—Ay hijo, es por cómo se comportan. —mencionó como si eso lo explicara todo.

—¿Tú también? —Minie no podía salir de su asombro. ¿Sus padres pensaban que él estaba en una relación homosexual desde el inicio? —Es reciente, de algunos meses, Jungkook era como mi hermano menor.

—¡Iugh, —JiHyung se enderezó en el sofá con el rostro arrugado de asco. —a mi jamás me has tratado como a él! y no lo envidio, muchas gracias.

—JiHyun —Su padre lo reprendió por volver a interrumpir lo que a todas luces era un momento importante.

Había conflicto en los ojos del señor Park, cruzó sus manos sobre la mesa con una respiración medida, se podía notar que estaba escogiendo las palabras correctas para decir. Después de todo, las palabras tienen un gran poder. Cómo haces sentir a los otros con ellas dice mas de quien las emite, que de quien las escucha.

Aquel beso bajo la lluviaWhere stories live. Discover now