Capítulo 7. Primer día

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A la mañana siguiente Lily se despertó por el ruido de sus compañeras de cuarto alistandose para un nuevo día, todas se movían de un lado a otro, Lavender Brown caminaba hacia el baño con un cepillo volando tras de ella, tratando de peinarla, Parvati Patil también estaba usando magia para peinar su larga y oscura melena, pero el peine se había atorado más de una vez y decidió hacerlo de forma manual. Lily volvió a cerrar los ojos, ni siquiera sentía la energía suficiente para levantarse, su cuerpo le dolía por todo el ajetreo del día anterior, pues se había golpeado más de una vez cuando el sauce usó al auto de saco de boxeo.

No fue hasta que Hermione le lanzó una almohada que decidió ponerse en pie, solo para lanzarsela de regreso y que la morena usara magia para detenerla en el aire.

- Ya es hora de levantarse -le dijo secamente, dejando caer el cojín y saliendo del dormitorio.

Lily ladeó la cabeza sin comprender por qué estaba exactamente molesta Hermione esa mañana, hasta que recordó que ella era la única (además de Percy) que no se veía nada impresionada por la azaña que había logrado junto a Harry y Ron. No le quedó de otra que ponerse en pie y alistarse para su primer día de clases, las piernas le pesaban toneladas y sentía como si a cada movimiento recibiera un golpe directo en las costillas. Tal vez visitaría a la enfermera más tarde.

Lily bajó hacia el gran comedor, los halagos y palmadas en la espalda continuaban, los gemelos habían bromeado con que ahora era hasta más popular que Potter, aunque eso se le hacía imposible. Los tres bajaron hasta el gran comedor entre risas, Fred ya se había puesto a pensar en algunas bromas para hacer aquel día pero Lily tuvo que decirle que no podría por todos los castigos que se le vendrían encima por la gran proeza de la noche anterior.

Cuando los tres entraron al gran comedor los murmullos no se hicieron esperar, pues todos en Hogwarts parecían saber lo del auto volador, los de Hufflepuff sonrieron cuando la vieron, en Ravenclaw vio algunos pulgares arriba y la mesa de Slytherin trató de ignorarla aunque pudo ver a varios hablando de lo ocurrido. Lily pasó de largo, por el pasillo, a su izquierda tenia a la mesa de Gryffindor y a su derecha a la de Slytherin. Pero en su camino vio la melena castaña de su amiga Dianne Lefevre, esa chica francesa que tenía una gran fascinación por las lechuzas y las artes oscuras. La pelirroja no dudó en lanzarse sobre ella, la castaña estaba desayunando y casi se atora cuando sintió a esa pequeña niña sobre su espalda, abrazándola.

- ¡Por Meglin! -gritó.

Lily se separó y sonrió de oreja a oreja. La niña se volteó, dispuesta a lanzarle un maleficio a quien sea que se haya atrevido a invadir su espacio personal, pero al ver que se trataba de Lily bajó la varita con aires de cansancio.

- Debes dejag de hacer eso cada que me ves -dijo con el rostro serio, pero sorprendiendo a todos cundo abrazó a Lily de regreso.

Pues no era un secreto que la niña francesa se había ganado el respeto y cierto temor de todos por su explosivo carácter y por ser un poco más alta que las niñas de su edad. Ya había tenido problemas con muchos en su propia casa y más de uno se llevó un ojo morado (en la mayoría por hablar mal de su amiga pelirroja).

- Eres el seg más tonto e imprugdente que conozco -dijo en voz baja.

- También te extrañé.

Dianne había estado toda la noche preocupada por su amiga, había escuchado los rumores de que había llegado junto a Potter y Weasley en un auto volador, también que se habían chocado contra el sauce boxeador. Tuvo que soportar toda la noche a Slytherins que esperaban que estuvieran gravemente heridos o que los expulsen por eso. Dianne conocía a Lily y sabía que la Gryffindor jamás dejaría que la alejen de Hogwarts, pero no creyó que haría algo tan estúpido para lograrlo.

Los Mellizos Potter y la cámara de los secretosOnde histórias criam vida. Descubra agora