Presente

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Craig amaba a su prometida, ella la luz de sus ojos, era una mujer tranquila, racional, amante de los animales pequeños, un gusto por el sarcasmo y un semblante estoico. Ella era lo que  llamarías "tu alma gemela".

Llevaban ya 4 años juntos, si bien la forma de como empezó su romance fue un poco complicada ya que Craig se hallaba en una relación con el que ahora era su mejor amigo la verdad todo había salido bien a final de cuentas. A decir verdad, en aquel entonces ambos chicos ya no se sentían tan atraídos por el otro como cuando eran niños o adolescentes, eran ya adultos de 21 años cuando Tweek se empezó a interesar mas por el teatro, mientras que él conocía poco a poco a su compañera de universidad con la que ahora se iba a casar, en pocas palabras, Craig y Tweek ya no se amaban y estaban mejor como amigos. 

Gracias a este evento Craig no paró de promulgar a diestra y siniestra su fuerte creencia de que las exparejas podían seguir siendo amigos, solo había que mirarlo a él y Tweek para darse cuenta de ello, ya que ambos tenían una relación bastante buena de confidencialidad donde ambos se contaban cosas de sus vidas amorosas  sin ningún rencor de por medio.

O al menos eso pensaba Craig.

Ese dia las invitaciones estaban siendo entregadas, faltaba una semana para su boda pero igualmente todos sus conocidos ya habían sido avisado con meses de antelación para no tomarlos por sorpresa, a pesar de ello Craig estaba tan emocionado con esta etapa de su vida que decidió compartir su felicidad con el rubio por lo que tomó como excusa el entregar aquella invitación. Llegó a la casa del actor, la conocía desde hace mucho pero algo parecía diferente ese dia. La entrada no estaba con sus destacables objetos budistas que hacían sobresalir del resto de hogares, sin embargo, no le tomó importancia e intentó entrar con la llave que tenia —cortesía de Tweek quien le daba mas tranquilidad que alguien pudiera entrar en su casa si algún día lo secuestraban— pero, nuevamente extrañado, la llave no encajó por lo que simplemente tocó el timbre.

—¡¿Craig?!—Otra vez algo fuera de lugar, ya que la expresión de horror de Tweek con su llegada no era para nada habitual.

—Hola, ummm, ¿Qué pasa? mi llave no encajó, tus cosas no están afuera...—El rubio se puso muy nervioso

—Oh, si... bueno, me estoy mudando—Abrió la puerta mostrando sus cosas empacadas.

Al pelinegro le dio un pequeño shock, definitivamente era una sorpresa ya que en ningún momento el rubio le había dicho nada sobre algo tan importante.

—Ya, ¿A donde?

—Cerca... te diré la dirección cuando me instale estos días—Algo estaba mal, se notaba en sus movimientos, estaba escondiendo algo.

—Yo, tengo algo que hablar contigo.

—Claro, sentémonos en la mesa, es una de las pocas cosas que aun no he empacado.—Ambos se dirigieron al lugar donde ya había una taza de café esperando por el anfitrión, Tweek le trajo un vaso de agua a Craig ya que era la única cosa que había en su casa que el pelinegro consumiera.—¿Y bien?—El semblante de Craig cambió a una media sonrisa alegre.

—Me caso en una semana y yo... no sé, estoy tan emocionado con todo, ¿sabes? cuando éramos pequeños yo nunca soñé con cosas como estas porque ya sabes, son cosas de niñas, pero ahora... estoy a punto de empezar una vida con la mujer que amo, con quien compraré una casa normal, en donde formaré mi familia, donde envejeceré y yo... no se ni como explicarte lo que siento.—Se expresó mientras el rubio le sonreía, con esa sonrisa que le daba llena de apoyo y comprensión, esa que siempre le mostró y que agradecía.

—Me alegro por ti, Craig, sé que ella te hará feliz. Bueno, si eso es todo yo...

—¡No! Espera —Sacó de su bolsillo un sobre  con colores sobrios que decía en letras doradas "Invitación a mi boda". El rubio la miró sin mostrar expresión alguna, como solía hacer cada vez que deseaba ocultar sus verdaderos sentimientos.—yo quería darte esto en persona, eres mi mejor amigo Tweek, has sido mi compañero desde los 10 años, incluso cuando rompimos seguiste ahí, me animaste a seguir conquistando a mi chica por lo que quiero compartir este momento contigo.

—Craig...—El pelinegro pasó el sobre hasta la parte donde estaba sentado Tweek, justo enfrente de él—quiero que en la fiesta, des un discurso sobre mu esposa y yo, ya que has sido el que nos ha acompañado en primera fila.

Craig estaba feliz, Tweek podía ver la suplica en sus ojos y el silencio lo estaba matando, pero el plan ya había sido puesto en marcha y lastimosamente, la primera parte de él había sido arruinado con esa visita.

Huir sin que nadie lo supiera.

—Lo siento, Craig—Con el dolor en sus ojos buscó entre una caja un libro con algunas hojas viejas y otras mas nuevas, el empaste era duro y se notaba que había sido hecho a mano, remarcando cada detalle del lomo que decía en letras tejidas "La historia de un amor inconcluso".

—¿Es mi regalo de bodas?—Con algo de duda intuyó, pero Tweek negó.

—Es mi regalo de despedida.

—¿A que te refieres?—El nerviosismo empezó a apoderarse de Craig, cuando el rubio tomó aire antes de hablar.

—¿Recuerdas ese día? El día en que llegaste a mi casa y me preguntaste si aun te amaba y yo no te respondí nada. Tu supusiste que mi respuesta era no y me dijiste que tampoco sentías mas que cariño hacia mi—Sus ojos se desviaron hacia la ventana sin cortinas, no podía mirarlo a los ojos—Ese día no respondí a tiempo porque estaba en shock al entender que tu ya no me querías.

Los ojos de Craig se abrieron bastante ante la nueva revelación.

—Pero tu... al día siguiente me dijiste que me le declarara a ella.—Recordó sin comprender. Los ojos de Tweek mostraron derrota cuando se alinearon con los de Craig.

—La amabas, y aunque yo te amaba a ti no quería interponerme en tu camino, ese lugar ya no me pertenecía. Solo sonreí y te ayudé a dar el paso.

—Porque me dices esto ahora.

Tweek suspiró, puso la tarjeta encima del libro y se lo dio al contrario, antes de levantarse.

—No voy a ir a tu matrimonio Craig, no me voy a hacer eso. Esta es nuestra despedida, porque no me volverás a ver.—Se iba a ir a la parte de atrás de la casa, pero antes de eso paró, sin mirar atrás—ese libro, lo he escrito desde que entramos a la universidad pero no fue hasta hace unos días que lo pude terminar.

...

La noche había caído y el apartamento de Craig se encontraba totalmente solo, su prometida había ido con unos amigos y él había dicho que se sentía indispuesto, "nervios de novio" se burló su futura esposa, pero el solo sonrió sin ganas por el chiste. Estaba tumbado en la cama, con el libro de Tweek en mano, presentía que lo había ahí era un cumulo de sentimientos guardados que el rubio aguantó por 4 largos años. 

Pero la curiosidad lo estaba matando.

Sin mas, se preparó mentalmente antes de empezar a leer.

...

Mi familia se fue de viaje cuatro días mientras yo me quedo sola en una casa enorme porque tengo universidad :))))

Tengo muchas ganas de escribir, solo este prologo será largo, el resto capítulos cortos que terminaré esta madrugada jsjsjs

La historia de un amor inconcluso \ CreekWhere stories live. Discover now