❝Las buenas acciones son las que valen la pena repetirse❞
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Emoción Por El Mundial
Carlos fue el primero en entrar a la tienda, quitándose la mochila que llevaba en sus hombros, detrás de él, Helen y Melania entraron siendo seguidas por Marcos, Jude, Tulio y Dayana, estos últimos dos veían el plano que les entregaron en la entrada. En cuanto los americanos vieron a sus amigos, sonrieron.
—Creí que todavía no llegaban —dijo Carlos sentándose en uno de los sillones y estirando sus piernas.
—Llegamos hace unos cinco minutos —contestó Emmily y sonrió ampliamente a Melania, que corrió para abrazarla—. Hola pequeña.
Dejo un beso en su mejilla y la pequeña rubia no dudo en mostrarle el espacio donde antes había un diente. Regulus se acerco a saludar a su ahijada y también le enseño con una emoción que solo hizo sonreír ampliamente a la pareja Black.
—¡Tía Dayana! —el gritó de Kaia hizo que la mencionada dejara el plano y se girara para recibir a la pequeña que se lanzó a sus brazos. Leo se acercó a saludar a Marcos con la misma emoción.
—Y es ahí cuando se nota el favoritismo —comentó Carlos señalándolas y negando con la cabeza antes de ver al castaño que se había sentado en las pequeñas escaleras de las habitaciones, viendo a los demás— ¿O Altair se estiró o tuvieron otro hijo y no nos dijeron?
—Créeme qué he estado pensando en adoptarlo —dijo Emmily viendo al castaño que sonrió de lado por ese comentario—. Él es Jack Peterson, amigo de Leo.
El castaño los saludo con la mano y sin borrar su sonrisa, aunque sus mejillas se coloraron un poco al tener todas las miradas sobre él.
—Mamá —habló Leo después de saludar a todos— ¿podemos ir a dar una vuelta?
—¿Cómo es que no están cansados de caminar? —murmuró Carlos dejando caer su cabeza hacía atrás.
—A eso se le conoce como Juventud, tío Carlos —contestó con burla el pelinegro causando la risa de todos y una expresión de asombro por parte de Carlos, que sólo negó con la cabeza. Leo le giñó un ojo a su tío ates de ver de nuevo a su madre— ¿entonces si podemos?
Emmily miró a Regulus, quien asintió a los menores
—No se vayan muy lejos y no se metan en problemas, y se los dijo a los cuatro —señaló a cada uno de los jóvenes—. Leo, Jack, cuídenlas, y ustedes dos jovencitas, no se alejen de ellos.
