capítulo treinta y tres (capítulo final)

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Taehyung chilló feliz, mientras escuchaba la botella de champán siendo destapada y las risitas de Jungkook.

Estaba feliz, tenía una vida bonita, un trabajo soñado y un novio maravilloso que siempre estaba en las buenas y en las malas. Impulsándolo, siendo su inspiración.

La verdad Taehyung no estaba seguro de querer tener una mayor presencia en la industria musical, estaba conforme y a gusto con su lugarcito, siendo el guitarrista de BlackPink. Pero Jungkook le dijo un día, casual, si en vez de componer para alguien más (cosa que ya había hecho, incluso para BTS) componía para si mismo y le daba la voz a la canción.

Por cosas del destino, justo esa semana en donde tuvieron la conversación, le llegó la oferta de hacer un ost para un dorama en donde actuaba un buen amigo de él. Querían que lo compusiera, y que él diera la opción de quién podría darle la voz.

La aceptó, obviamente. Le encantaba componer, y al escuchar a Jungkook tararear mientras cocinaba la cena, la inspiración le llegó y Sweet Night salió.

Al ver los ojitos de bambi de su novio brillar cuando terminó de leer la letra, lo supo. Supo que él tenía que cantar la canción, supo que ya era tiempo de darle voz a V, a su seudónimo.

Así que lo hizo, grabó la canción y mandó el demo a la producción de Itaewon Class, ellos estando fascinados y preguntándole quién era el cantante. Alagando su voz, diciendo que era preciosa, que era magnífica, que era una voz sentimental. Taehyung, tímido y avergonzado, admitió que fue él y todos quedaron sorprendidos. Después, fue cosa de tiempo lanzar la canción al mundo.

Entonces, el guitarrista de cabellos azulados estaba feliz, contento. Sus amigas quisieron hacer una fiesta algo más grande por este nuevo proyecto y las puertas que fueron abiertas para él, pero Taehyung solamente quería algo tranquilito junto a su novio y a su perrito.

—Toma, amor mío —Le dijo risueño Jungkook, con la champán recién servida en su copa.

Taehyung la aceptó, sonriendo de manera rectangular y los ojos alargados, sus mejillas abultándose de manera adorable, como un pancito.

—Gracias, corazón.

Brindaron, las copas sonando suavemente y los ojos brillantes. No paraban de sonreír, uno entusiasmado por lo que estaba haciendo ahora en su trabajo y el otro contento, orgulloso de su novio.

—¿Has visto como le ha ido a la canción? —Jungkook le preguntó, ambos sentados en el sillón, bien cerquita.

—No y no me interesa —Le respondió, risueño—, La verdad, con solo haber lanzado la canción me siento realizado. No me interesan los números ni las vistas, ni las opiniones. Estoy bien con lo que hice y con que a ustedes, tú, las chicas, los chicos, mis padres le hayan gustado —Taehyung lo miró, los ojos grandes.

Jungkook no aguantando más, lo tomó de las mejillas y lo besó. Ambos sabían a champán, sus labios se moldeaban perfectamente el uno con el otro. El beso era tranquilo, una caricia al corazón. Ambos se besaban suavemente, dulcemente, con todo el cariño que se tenían.

Estaban enamorados, y sentían el corazón latir de manera furiosa en sus pechos, tan felices y contentos, en su burbujita de amor que la cuidaban tan bien para que nadie se las rompiera.

—Estoy muy contento por ti, mi amor. Estás tan feliz que me haces a mi feliz —Le susurró, con sus dedos acariciando esas mejillas regordetas y suavecitas.

—No lo hubiera hecho si tú no me hubieras impulsado, Jungkookie. Este logro no es solo mío, es también tuyo —Susurró de vuelta, los ojos oscuros brillaban y Taehyung sentía que se podía perder en las galaxias que eran los ojos de su novio—, Siempre has estado ahí, inspirándome, apoyándome.

El guitarristaWhere stories live. Discover now