Capítulo 15

27 6 13
                                    

Capítulo 15

Tony

Dormir con Lyra es, como dice Enrique Iglesias, una experiencia religiosa.

Hay una pequeña tensión sexual entre nosotros, pero eso no es impedimento para que al momento de dormir juntos, en la cama sea solo una actividad de dormir.

Quizá fue porque estábamos cansados, pero eso no quita lo hermoso y pacífico que fue.

La mañana después de llegar al motel salimos a desayunar a una pequeña casa de comidas frente al mar. Debía agradecer encontrar un lugar cerca de la playa.

—¿Es tu primera vez en una playa? —pregunte

—Amm… digamos que si, la primera vez que vine tenía cuatro años y no recuerdo mucho.

—Mis padres tuvieron su luna de miel en esta misma playa.

Una expresión de sorpresa cubrió su rostro mientras una risa escapaba de sus labios.

—¿Esta es nuestra luna de miel Tony? Porque estamos en el lugar equivocado entonces.

—Si hiciste alguna broma sexual lo voy a ignorar porque no la entendí —su cara mostraba culpabilidad— Mis padres solían amar una colina cerca de por aquí, decían que el atardecer en ese lugar es algo que tienes que ver si o si antes de irte de la ciudad.

Recuerdo la sonrisa de mi madre, las fotos que me mostró cuando niño para que vea la belleza de la tierra.

Pocas veces puedo decir que tengo un recuerdo feliz con mis padres y este es uno de ellos.

—Mi padre para el décimo quinto aniversario montó una playa improvisada en nuestra casa —Lyra me escucha atenta— no tenía empleo por lo que no la podía llevar a la playa pero mi abuelo, Marion, le dió la idea y ayuda para ese regalo de aniversario.

»Mi abuela preparo cócteles y una cena para dos. Mientras que mi padre, abuelo y yo nos encargamos de la ambientación. Trajimos arena a la oficina de mi padre, entramos el árbol de navidad del vecino e incluso cambiamos las bombillas para que sean color naranja. Mi padre hasta me dejó hacer una pintura en la pared de un atardecer, que aunque no era una obra maestra, quedó en mi casa hasta que la vendimos.

»No pude estar cuando mi madre vio todo porque según mi abuela, iban a hacer cosas de adultos, pero estoy seguro que ella lo amo.

Luego de pagar la cuenta del desayuno salimos a caminar por el centro de la ciudad.

Compramos unas paletas para jugar al tenis en la playa, jugamos en las maquinitas que te roban dinero para sacar un peluche, que obviamente perdimos y más de una vez casi nos atropella un auto, parece que ninguno sabe cruzar la calle correctamente.

A mitad de camino a la playa Lyra me confesó que no tenía traje de baño y que usaría mi remera a lo que me negué rotundamente.

—¿Estás loca? Esta es una remera de edición limitada de los vengadores, de verdad que estás equivocada si piensas que te dejaré usarla.

—Pense que me amabas, que aunque era pronto "te amo y no lo puedo evitar" —se burló de mis palabras— donde entra el no dejarme usar tu ropa como un te amo.

—¿Y si mejor vamos a comprarte un traje de baño? Gasto todo mi dinero si quieres, pero está remera no.

Me miró con recelo para luego frena la caminata, soltar mi mano y cruzarse de brazos. Me pare enfrente suyo esperando que diga algo pues su cara de enojo me empezaba a molestar.

—¿Si tan preciada es tu remera, porque la trajiste a la playa? —cuestiona.

—Porque quiero usarla en un momento especial, contigo en la playa. No hay mucha ciencia.

Entre libros y personasWhere stories live. Discover now