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Thoma estaba sentado donde el capó de su coche mirando a la puerta del instituto mientras fumaba.

Claramente no tenía vergüenza en mostrarle a Childe que le estaba robando su chica con detalles.

Iba a llevar a los dos hermanos a comer por ahí y seguramente les iba a comprar regalos. No es que le sobrara el dinero, pero llegaba un momento en que no sabía dónde gastarlo y ya había visto el qué podía hacer.

Vio la primera clase en salir, y al ver la trenza rubia silbó y sonrió al ver que Aether venía corriendo hacia él nervioso.

—¡Hola Thoma!

—Hola... ¿Ocurre algo Aether?

El mencionado soltó una risilla nerviosa cogiendo su trenza y jugando con esta, haciendo que el alto alzara una ceja.

—Es que Lumine no vendrá, así que ya podemos irnos por allí juntos.

Aether iba a entrar ya al coche, pero el otro le agarró de la muñeca bastante autoritario.

—¿Cómo que no va a venir? Pues claro que va a venir. Si no viniera, debería de haberme avisado.

¿Cómo que Lumine no iba a venir? Si los dos se morían por verse de nuevo. Algo no estaba yendo bien.

¿Childe? ¿Su padre?

Necesitaba verla y que ella le dijera.

—Va Thoma, ella no quiere salir hoy. Creo que le ha bajado lo... Ya sabes, lo de las mujeres. ¡Y mi hermana es como una bestia! No creo que le guste verte y sobretodo cuando está Childe cerca...

Aether intentó estirar el brazo de Thoma para meterlo al coche, pero no lo movió ni un centímetro.

—A mi Childe me va a comer la jodida polla, ¿entendido? Y si aún se queda con hambre, tengo mis pelotas que encima tienen unos pelos rubios que parecen espaguetis.

La cara de horror del bajo le demostró a Thoma que había conseguido que dejara de molestarle.

—Métete en el coche si quieres, pero yo voy a estar aquí hasta ver a tu hermana.

Y clavó sus ojos molesto a la puerta dando una calada bien fuerte.

¿Y al otro que mierda le pasaba? El Childe ese tenía media bofetada, era un pringado.

Aether suspiró y se quedó al lado de Thoma mientras clavaba sus ojos a sus zapatos.

Thoma iba a ver que Lumine estaba destrozada. Y lo que menos quería era eso, porque sabía que Thoma iba a ser compulsivo y eso le iba a provocar más problemas a Lumine. Pero claro, ¡él era una jodida mierda comparado con Thoma! ¡No podía apartarle ni aunque sea un paso!

—Mira, ahí está.

Thoma tiró el cigarrillo al suelo y lo pisoteó poniéndose recto, pero alzó una ceja al ver los calcetines de Lumine ensangrentados y a ella cabizbaja.

—Aether, tienes dos segundos para explicarme lo que estoy viendo o aquí habrán problemas.

—Thoma, por favor, deja a Lumine en paz, ¿no ves que ella puede ir contigo? ¡Déjala sola!

Thoma se giró para mirarle, y lo cogió del cuello de la camisa para estamparle contra el coche furioso.

—¿Me explicas a las buenas o a las malas?

Aether cerró sus ojos aterrorizado, y sacó su móvil para enseñarle el vídeo a Thoma.

Thoma observó este completamente indiferente, y al acabar, soltó al chico para apretar sus nudillos.

Thoma; put on your boxing gloves [pt. 1]Where stories live. Discover now