42

729 86 182
                                    

No sabía si Lumine en ese momento quería enterrar su cabeza debajo de la tierra o directamente desaparecer del mundo.

Aether estaba muy enfadado, pero le rompió el corazón al ver a Diluc mirándola con tristeza.

Childe se separó de ella y sonrió victorioso saludando al rubio, aunque miró con molestia al pelirrojo.

—Diluc, ¿cierto?

El mencionado dejó de mirar a Lumine, y lo miró para afirmar con la cabeza.

—Sí, encantado, ¿cómo te llamas?

Diluc era todo un caballero. Le había dolido el ver esa escena, pero no podía hacer nada, únicamente mostrar educación y respeto.

Estiró su mano para saludar al de ojos azules, pero se sorprendió al ver como este lo miraba con asco.

¿Qué había hecho? ¡No lo conocía de nada!

—Disculpa, ¿ocurre algo?

—Joder Lumine, no pensaba que te ibas a por tíos que los hayan parido por el culo y no por la vagina.

Esa frase dejó a todos congelados.

Diluc miró a Aether confuso, y él solo negó con la cabeza.

—Aether, por favor, déjame explicar esta situación... ¡Y tú vete a tomar por culo imbécil!

Chilló Lumine acercándose a su hermano y mirando a Childe.

—Oh, ahora estás borde conmigo cuando hace un momento me estabas comiendo la boca.

Lumine se había puesto completamente roja, pero no de vergüenza.

De ira.

—Maldito cabrón, ¡me dijiste que si te daba un beso te irías!

—Eres idiota, ¿te crees que iba a prometer tal tontería?

—Espera, Lumine, ¿que ha pasado?

Aether se interpuso entre ellos dos, y miró a su hermana reprochante.

—¡Ni yo lo sé! Él me estaba esperando fuera y dijo muchas cosas y, y, y, ¡no sé! Empezó a hacer un número aquí fuera y lo metí para que se callara y... Joder.

Gruñó tapándose la cara.

Ese capullo de verdad quería joderle la vida.

—Solo quiero que se vaya.

Su voz se rompió al susurrar eso, y miró suplicante a Aether.

—Quiero que él se vaya Aether. Lo besé porque él me prometió que me iba a dejar en paz. No quería que lo pudierais ver.

Diluc se acercó a Lumine y puso una mano en su hombro en forma de apoyo, y después miró al desconocido para chasquear la lengua molesto.

—No sé quién eres, y ni me importa, pero si no te vas ahora, te juro que las pagarás.

—Oh, Diluc, no sabes nada de mí pero yo sé mucho de ti. Ya le avisé a Lumine de que te quitara de mi camino, pero si no lo consigue, lo haré yo.

Diluc solo frunció el ceño. Menudo paranoico. ¿A que venía eso?

Aether en cambio, fue a paso decidido y sin vergüenza alguna, le cogió del brazo y lo empujó fuera de casa y mostrándole el dedo del medio, le cerró la puerta en la cara.

Lumine pegó un brinco y se abrazó a sí misma al escuchar como Childe empezaba a dar golpes a la puerta con desesperación.

—¡Lumine! ¡Te doy hasta este fin de semana! ¡Piensa bien tu decisión! ¡Depende la vida de esos dos chicos o la tuya! ¡Te amo, ¿vale?! ¡Por favor quédate conmigo! ¡Sabes que te puedo dar todo lo que quieras!

Thoma; put on your boxing gloves [pt. 1]Where stories live. Discover now