El Retorno del Rey (Omegaverso) / narusasu

Adiós Oka-san (parte 1)

Era de madrugada y la mayoría de invitados se encontraban descansando en las habitaciones designadas, pero dos amantes seguían entregándose a la pasión sin medida, fueron años de gustarse, de amarse con el más limpio deseo, ambos se enamoraban con sus maneras de ser y su trato cotidiano, en ese momento solo eran ellos dos ...

Ahhh, Omega nunca me acostumbraré a esto ...

Ahhh Shisui mmmmm, más rápido alfa ... más rápido ...ahhh

Sonoros jadeos eran lanzados por la pareja, la cama acompañaba el ritmo de las embestidas y todo el sentimiento reprimido era saciado

El alfa tenía en cuatro al Omega, era la tercera posición que asumían en esa ronda, el alfa lo embestida sin contemplación mientras que con sus manos estimulaba el cuerpo de su Omega, la mano derecha bajo sin descaro hacia el miembro erecto de su pareja que pedía atención, lo rodeo con la palma y empezó a moverlo al ritmo de sus caderas, su Omega no podía acallar la sinfonía de su excitación y eso animaba más al alfa a penetrarlo, poco a poco sus animales se hacían presente, el sentimiento de posesión se acrecienta en el alfa que instintivamente tomo el cabello del Omega con su mano libre, guío su rostro hasta el cuello blanco y suave de su pareja comenzando a lamerla mientras sus dientes empezaron a crecer rozando la piel porcelana de su amado, el Omega sintió un escalofrío que se volvió un ligero cosquilleo que se acunó en su vientre, unas embestidas más le siguieron al frenesí, el alfa ya no pudo más y de una mordida reclamo al ser que estaba bajo su cuerpo, con un grito agudo el Omega se liberó entre las sábanas de la cama su alfa aún lo tenía sometido del cuello y mientras lo seguía embistiendo pudo sentir como algo crecía en su parte baja, el alfa lanzo su nudo para así terminar de reclamarlo, el Omega trataba de reponer aquellas fuerzas que perdió por la reciente actividad realizada, sintió claramente cómo su alfa se liberaba dentro de él y se tumbó al costado suyo sin lastimarlo ya que aún estaban unidos por el nudo, el alfa comenzó a lamer los rastros de sangre que se originó de la mordida

Eso ... Fue ... Genial ... a duras penas pudo hablar el Omega

Tu eres genial, eres hermoso y ahora eres solo mío ... Volvió a besar a su Omega, pero está vez despacio, con delicadeza se permitió saborearlo, cuando el nudo bajo, el Omega se recostó en el pecho firme de su alfa mientras ambos se repartían besos, esa noche complementaron el cortejo que se practicaba desde Miles de años, entre mimos y palabras susurrantes el Omega cedió ante el cansancio y se quedó dormido, a los segundos su alfa lo acompaño.

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En el reino de fuego

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Pain: Konan ya está la gente lista

Konan: si mi lord, escogí a 30 de tus peones para esta fácil tarea esa aldea no merece que vayan nuestros mejores hombres. Iran con las capas blancas y se cubrirán la boca así no podrán relacionarnos.

Pain: bien Konan, recuerda que quiero a toda esa gente muerta, será el mejor regalo de matrimonio que le hayan dado al príncipe

Konan: me retiro mi lord es hora de mandar a los hombres

Konan se dirigió a los miembros de Akatsuki para terminar de preparar a los que irían atacar al pueblo, ella se percató que uno de los hombres tenía la mano vendada

Konan: ¿¿dime soldado, que te paso en la mano??

X: me lastime practicando en el arco

Konan: rayos así no me sirves, (volteo a ver a los presentes ahí)

Konan: den un paso al frente Deidara y Tobi, (los nombrados acataron órdenes) bien chicos tienen suerte hoy probaran su lealtad a Akatsuki, irán con el resto de hombres seleccionados y escuchen bien, el lord de las tierras de fuego les ordena atacar el insignificante pueblo de Konoha, no dejarán casa en pie y matarán a todos ahí.