Encuentro a Brenda en el aeropuerto privado de mi querido. Mi maleta está siendo transportada por algún hombre de Douglas, camino en donde veo a mi amiga sentada viendo su teléfono.
— Conejita traviesa —me dice Brenda con una mirada obvia — ¿Ya acabaron de despedirse?
— Muuy buena despedida.
— No que lo digas, yo tuve que golpear a mi futuro esposo —suena molesta — Dijo el nombre de una tipa mientras me besaba. ¡Es un tipo muerto para mi!
— Viuda serás.
— Amén.
Brenda ríe, y yo la sigo. No tardamos mucho en abordar, pues ya teníamos todo listo. El vuelo es de otras largas doce horas para llega a la Ciudad de México. Donde actualmente trabajo con una compañía de mi padre.
Brenda tomara un vuelo de allí a California, donde ella reside. Y supongo que hablará con su padre de lo que su futuro esposo le comentó antes de confundirla con otra mujer.
— ¡Oyeee! —Grita haciendo que me asuste
— ¿Qué?
— ¿Qué mierda tres en la mano? ¿Una piedra de algún gigante?
Levanto mi mano con una sonrisa — Tu no eres la única desdichada.
— ¿Todo lo debe hacer o tener exageradamente grande?
Me rio— Me dijo que es para que todos vean que seré la señora Kingston.
— Quien iba a pensar que te casarías con un desconocido.
— No es desconocido, Brenda. Tengo casi dos años de relación con Do.
— Casi cumples eso de llegar Virgen al matrimonio —bromea.
— Tonta.
(...)
Llegamos a Mexico cercana las once de la mañana. Tuve que llamar a mi trabajo para avisar el motivo de mi retraso, me apure a llegar a casa para bañarme y cambiarme.
Brenda se dio una ducha para después irse a tomar su siguiente vuelo.
Conduzco por las calles de la ciudad, que no lucen bien hoy. Por las lluvias los baches se han intensificado de manera gradual, y mi pobre auto las está pagando, pues ni siquiera los veo por los charcos de agua qué hay.
Llamada entrante de Douglas K.
— Buen día, preciosa. ¿Has llegado bien?
— Si, voy de camino al trabajo.
— ¿Cuánto dura tu proyecto allá?
— Unos meses más y termino. ¿Por qué?
— Hay un trabajo interesante que puedes obtener —se corta un poco— Perdón estoy por tomar mi vuelo de regreso a Italy.
Me encanta cuando mezcla los idiomas. Es demasiado sensual el cambio que tiene las voces, nunca me cansaré de que sea poliglota.
— Buen viaje, debo colgar, Dou.
— Me queda claro, hablamos después, preciosa.
Las reuniones que tenía para el día han tomado todo mi día, pues tenía mucho trabajo atrasado. El anillo me estorbaba un poco a la hora de escribir en mi laptop, así que decidí quitármelo para poder hacerlo más rápido, pues no me quedaría a horas extras, no.
Mi padre me llamo por la tarde, para avisarme que debería volver a California en esta semana, que es cuando termino mi trabajo acá en México. Aunque me encanta el país, no puedo perder mi trabajo, aunque mi padre sea mi jefe.
— Bonita noche, señorita — Se despide el vigilante del edificio
— Bonita noche, Mario.
— Luce muy guapa después de sus vacaciones.
— Tomé el sol en la playa, Mario. ¿Quién no descansa en una playa?
— Eso si. Mi señora como me pide que la lleve, a ver si esta navidad se le cumple.
— Espero que si, Mario. Nos vemos luego.
— Que le vaya bien, señorita.
(...)
Al llegar a mi departamento lo primero que hago es enviarle un mensaje a mi prometido caliente.
"¿Has llegado ya?" 9:30pm
Me quito los tacones dejándolos en el piso mientras voy a la cocina para servir un poco de agua. Mi piel se eriza, y no entiendo la razón.
Una fría brisa entra por una ventana, la cortina oscura se mueve al ritmo. La observo, pues yo nunca abro las ventanas, debido a que todo el departamento cuenta con equipo para purificar el aire y aire acondicionado.
Dejo el vaso en encimera, y camino a ella.
A lo mejor Brenda la dejó así.
Cierro la ventana, y mi piel vuelve a sentirse muy sensible. Como si hubiera algo, un fantasma.
A lo mejor necesito salir a bailar — pienso— Debe ser estrés.
Camino a mi habitación, tratando de parecer la situación normal, para así prender todas las luces y sesiorarme de que no haya un ladrón dentro. Primero entro a la habitación de Brenda, y todo normal, sigo a la mía, y todo normal. El pasillo está vacío también, el cuarto de lavado está vacío, la alcoba está vacía.
Justo cuando estoy en el punto más lejano a la salida, oigo como la puerta principal es abierta.
Alguien entró, o alguien salió. Espero haya salido.
Mi corazón se siente acelerado, y mis piernas se sienten temblorosas. Busco en el lugar que estoy algo para defenderme, y solo encuentro un palo de metal para colgar cortinas.
Lo tomo entre mis manos, y el palo tiembla junto conmigo. — ¡Vete, estoy armada!
No puedo ni dar un paso bien, así que me muevo lentamente al pasillo de nuevo. Y las luces de la entrada están apagadas. La cocina, la sala, el recibidor, todo está oscuro al final del pasillo.
— ¡Estoy armada, y he llamado ya a la policía!
No sé ni donde diablos está mi celular. Mierda ocupo tranquilizarme, siento que me dará taquicardia.
Cuando empiezo a caminar, veo una sombra en la cocina. Es un hombre alto. Mierda y más mierda.
— ¡Vete!
El comienza a caminar en mi dirección, y el miedo me corroe. No puedo moverme. Justo cuando la luz de una habitación le dará para iluminarlo, está se apaga, el sigue caminando.
Camina lento, y mi corazón late rápido.
— ¡Mierda si te acercas más te juro que te agarrare a palos!
Sostengo el arma en mis manos con fuerza mientras me preparo para batearlo. Debe ser fácil, debo salir de aquí y llamar a la policía, juro no volver a trabajar en Mexico.
Mierda. Veo que lleva algo en la mano, y la oscuridad no me deja ver que es. ¿Y si es una jodida pistola? ¿Va a matarme? ¿Qué hice yo?
La temblorina vuelve a mi. Y en cuestión de segundos lo tengo frente a mi, a unos centímetros de distancia.
— Ti darò i club, preziosi.
*Los palos te los voy a dar yo, preciosa.
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Religiosa +18 © [Completa✔️]
Short StoryCali tenía un gran miedo, por el cual nunca buscó tener una relación sentimental con nadie. Hasta que conoce a un hombre por internet, con el cual lleva un año y seis meses de relación. Cali no quería conocerlo. Cali no quería verlo. Cali no quería...