10.

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Encuentro a Brenda en el aeropuerto privado de mi querido. Mi maleta está siendo transportada por algún hombre de Douglas, camino en donde veo a mi amiga sentada viendo su teléfono.

— Conejita traviesa —me dice Brenda con una mirada obvia — ¿Ya acabaron de despedirse?

— Muuy buena despedida.

— No que lo digas, yo tuve que golpear a mi futuro esposo —suena molesta — Dijo el nombre de una tipa mientras me besaba. ¡Es un tipo muerto para mi!

— Viuda serás.

— Amén.

Brenda ríe, y yo la sigo. No tardamos mucho en abordar, pues ya teníamos todo listo. El vuelo es de otras largas doce horas para llega a la Ciudad de México. Donde actualmente trabajo con una compañía de mi padre.

Brenda tomara un vuelo de allí a California, donde ella reside. Y supongo que hablará con su padre de lo que su futuro esposo le comentó antes de confundirla con otra mujer.

— ¡Oyeee! —Grita haciendo que me asuste

— ¿Qué?

— ¿Qué mierda tres en la mano? ¿Una piedra de algún gigante?

Levanto mi mano con una sonrisa — Tu no eres la única desdichada.

— ¿Todo lo debe hacer o tener exageradamente grande?

Me rio— Me dijo que es para que todos vean que seré la señora Kingston.

— Quien iba a pensar que te casarías con un desconocido.

— No es desconocido, Brenda. Tengo casi dos años de relación con Do.

— Casi cumples eso de llegar Virgen al matrimonio —bromea.

— Tonta.

(...)

Llegamos a Mexico cercana las once de la mañana. Tuve que llamar a mi trabajo para avisar el motivo de mi retraso, me apure a llegar a casa para bañarme y cambiarme.

Brenda se dio una ducha para después irse a tomar su siguiente vuelo.

Conduzco por las calles de la ciudad, que no lucen bien hoy. Por las lluvias los baches se han intensificado de manera gradual, y mi pobre auto las está pagando, pues ni siquiera los veo por los charcos de agua qué hay.

Llamada entrante de Douglas K.

— Buen día, preciosa. ¿Has llegado bien?

— Si, voy de camino al trabajo.

— ¿Cuánto dura tu proyecto allá?

— Unos meses más y termino. ¿Por qué?

— Hay un trabajo interesante que puedes obtener —se corta un poco— Perdón estoy por tomar mi vuelo de regreso a Italy.

Me encanta cuando mezcla los idiomas. Es demasiado sensual el cambio que tiene las voces, nunca me cansaré de que sea poliglota.

— Buen viaje, debo colgar, Dou.

— Me queda claro, hablamos después, preciosa.

Las reuniones que tenía para el día han tomado todo mi día, pues tenía mucho trabajo atrasado. El anillo me estorbaba un poco a la hora de escribir en mi laptop, así que decidí quitármelo para poder hacerlo más rápido, pues no me quedaría a horas extras, no.

Mi padre me llamo por la tarde, para avisarme que debería volver a California en esta semana, que es cuando termino mi trabajo acá en México. Aunque me encanta el país, no puedo perder mi trabajo, aunque mi padre sea mi jefe.

— Bonita noche, señorita — Se despide el vigilante del edificio

— Bonita noche, Mario.

— Luce muy guapa después de sus vacaciones.

— Tomé el sol en la playa, Mario. ¿Quién no descansa en una playa?

— Eso si. Mi señora como me pide que la lleve, a ver si esta navidad se le cumple.

— Espero que si, Mario. Nos vemos luego.

— Que le vaya bien, señorita.

(...)

Al llegar a mi departamento lo primero que hago es enviarle un mensaje a mi prometido caliente.

"¿Has llegado ya?" 9:30pm

Me quito los tacones dejándolos en el piso mientras voy a la cocina para servir un poco de agua. Mi piel se eriza, y no entiendo la razón.

Una fría brisa entra por una ventana, la cortina oscura se mueve al ritmo. La observo, pues yo nunca abro las ventanas, debido a que todo el departamento cuenta con equipo para purificar el aire y aire acondicionado.

Dejo el vaso en encimera, y camino a ella.

A lo mejor Brenda la dejó así.

Cierro la ventana, y mi piel vuelve a sentirse muy sensible. Como si hubiera algo, un fantasma.

A lo mejor necesito salir a bailar — pienso— Debe ser estrés.

Camino a mi habitación, tratando de parecer la situación normal, para así prender todas las luces y sesiorarme de que no haya un ladrón dentro. Primero entro a la habitación de Brenda, y todo normal, sigo a la mía, y todo normal. El pasillo está vacío también, el cuarto de lavado está vacío, la alcoba está vacía.

Justo cuando estoy en el punto más lejano a la salida, oigo como la puerta principal es abierta.

Alguien entró, o alguien salió. Espero haya salido.

Mi corazón se siente acelerado, y mis piernas se sienten temblorosas. Busco en el lugar que estoy algo para defenderme, y solo encuentro un palo de metal para colgar cortinas.

Lo tomo entre mis manos, y el palo tiembla junto conmigo. — ¡Vete, estoy armada!

No puedo ni dar un paso bien, así que me muevo lentamente al pasillo de nuevo. Y las luces de la entrada están apagadas. La cocina, la sala, el recibidor, todo está oscuro al final del pasillo.

— ¡Estoy armada, y he llamado ya a la policía!

No sé ni donde diablos está mi celular. Mierda ocupo tranquilizarme, siento que me dará taquicardia.

Cuando empiezo a caminar, veo una sombra en la cocina. Es un hombre alto. Mierda y más mierda.

— ¡Vete!

El comienza a caminar en mi dirección, y el miedo me corroe. No puedo moverme. Justo cuando la luz de una habitación le dará para iluminarlo, está se apaga, el sigue caminando.

Camina lento, y mi corazón late rápido.

— ¡Mierda si te acercas más te juro que te agarrare a palos!

Sostengo el arma en mis manos con fuerza mientras me preparo para batearlo. Debe ser fácil, debo salir de aquí y llamar a la policía, juro no volver a trabajar en Mexico.

Mierda. Veo que lleva algo en la mano, y la oscuridad no me deja ver que es. ¿Y si es una jodida pistola? ¿Va a matarme? ¿Qué hice yo?

La temblorina vuelve a mi. Y en cuestión de segundos lo tengo frente a mi, a unos centímetros de distancia.

Ti darò i club, preziosi.
*Los palos te los voy a dar yo, preciosa.

Religiosa  +18 © [Completa✔️]Where stories live. Discover now