«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
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C A P Í T U L O "29"
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E V A N I A
Esquivé la analítica mirada de Galip y me coloqué la capucha sobre la cabeza así ocultando más mi rostro, ahora mismo me encontraba en la biblioteca investigando sobre un tema que nos habían dejado en clase, últimamente había descuidado un poco mis estudios así de que nuevo debía retomar mi disciplina y compromiso con la carrera, por ahora había decidido que me concentraría en terminar mis trabajos.
Miré de nuevo el libro que tenía enfrente mío sobre la mesa sin embargo ya le había perdido el hilo al texto cuando sentí la mirada de Galip, él se encontraba unas mesas enfrente mío, estaba acompañado de Greta. Al parecer estaba ayudándola con sus estudios, no negaré que sentí una presión extraña en el pecho al ver cómo interactuaban de una manera tan natural que me produjo sensaciones extrañas en todo el cuerpo.
Hice todo mi esfuerzo para no concentrarme en ellos, parecían ser cómplices, la forma en la que se movían con tanta naturalidad en compañía del otro solo hacía que mis ganas de querer salir de la biblioteca aumentaran con el paso de los minutos.
Volví a fijar mis ojos en el texto y comencé a leer sabiendo que se me haría imposible concentrarme aun sintiendo una mirada quemarme desde el frente, tragué saliva un poco nerviosa y pasé la página para continuar con la lectura. Cuando logré concentrarme tomé algunos apuntes de manera organizada para que se me hiciera fácil entenderlos a futuro.
Mi celular vibró en el bolsillo de mi chaqueta, solté un suspiro sin querer y saqué el celular colocándolo sobre el libro. Hice una mueca mal disimulada cuando me di cuenta que los mensajes pertenecían a el señor que me había dado la vida, alias, mi padre.
CARL: Me parece una falta de respeto que intentes escaparte y huir de la familia cuando sabes perfectamente que huir de la familia Gallant es casi imposible, pregúntaselo a las personitas que han tratado de ayudarte.
Y sabía perfectamente a lo que se refería pero no quería centrarme mucho en aquellos viejos recuerdos que no me producían más que un malestar en el estómago.
CARL: Deja de ser tan ingenua Evania y regresa a la casa, ya me entere que tú hermanito también se las ha querido dar de prófugo, pero no importa, disfruten el tiempo que no estén bajo mis manos porque cuando los tenga allí se arrepentirán de todos sus actos. Estás advertida hija.
Ese hija me hizo dar náuseas, yo no era su hija y jamás lo había sido. Siempre lo tuve en claro, pero seguía sin entender sus razones para querer someterme a su voluntad.
