Veintisiete.

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Eran las dos de la mañana, cuando park roncaba con levedad, parecía un cachorro abrazado a los gemelos

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Eran las dos de la mañana, cuando park roncaba con levedad, parecía un cachorro abrazado a los gemelos. Un sandwich de amor, justo como pensaba la señora Suheen tomando fotos; como toda madre soñadora, al ver la pareja de sus hijos, decidió tomar fotos antes de que ellos despertaran.

—son tan monos—susurró por lo bajo, tomando una nueva foto—esta queda en el álbum!—chilló saliendo del cuarto.

Cinco de la mañana y Jungkook junto a su hermano abrieron los ojos. Park aún seguía dormido, no se había percatado de las dos erecciones mañaneras de los alfas. JungGguk aturdido por el sueño; quiso apartarlo de sus brazos, pero el menor se negaba a soltarlo. Jungkook intento alejar la pierna del Omega, pero le fue imposible. Ambos bufaron.

Se miraron por unos segundos, parecían pensar lo mismo, a sí que los dos regresaron a su pose de nuevo. Jungkook pegando se al menor, apretando su mandíbula al sentir el redondo trasero del Omega, y JungGguk abrió la pierna del Omega metiéndose dentro del chico, sin despertarlo. Ambos pegaron sus entrepiernas sobre el cuerpo del menor. Una gruñido ronco lleno de autosuficiencia solio de sus labios, aspirando el suave olor del Omega. Estaban jodidos, un hombre les había hechizado desde niños, y lo peor de todo es que deseaban fundirse más en sus hechizos.

jimin se removió, Jungkook jadeó, el trasero del menor roso a su amigo despierto. La pierna del Omega casi le golpea su miembro; como todo hombre tienen sus necesidades fisiológicas, sin embargo ambos tenían que contenerse, no era una puta o un Omega cualquiera al que tenían en brazos, era su mochi, su bebé, y su Omega destinado.

—¡Jimin, Jimin despierta mochi!—susurró Gguk en la oreja del Omega, soltando un poco de aire sobre este. Jimin frunció el ceño, pero no sé despertó. Jungkook sonrió ladeado, poniendo su mano en una nalga del menor, apretándola con suavidad, la carne junto a la ropa interior del rubio resaltaba de sus dedos, era más grande que su mano, y eso le hizo lamer sus labios, conténiendose como un animal.

Nada.

Parecía piedra.

—Jimin—susurró Jungkook dándole un beso en la mejilla, luego a su cuello y posterior a su hombro.

JungGguk dio un casto beso en la boquita del Omega. El alfa abrió enorme sus ojos, el Omega le había atrapado su cuello besándolo con Parsimonia. Jungkook gruño celoso, sus labios bajaron por el hombro del menor, asta su brazo dejando un chupete. Park sentía que estaba en las nubes, contando las ovejitas; no quería despertar sentía una calidez y sensación en su cuerpo que le erizaba la piel.

No obstante el Omega miró a una oveja, y está tenía un sonrisa pervertida de Jungkook lo cual le hizo gritar, despertando de una del sueño. Se topo con los ojos cerrados de JungGguk y la lengua del alfa explorando su boca, además de tener a Jungkook marcando su piel.

De un momento a otro los dos alfas terminaron en el piso con un golpe en sus cabezas. Park jadeaba sonrojado tapando se con las sábanas. No podía creer que esos dos pervertidos le estaban tocando. Casi gritó al ver las marcas rojas en su brazo, la sensación de ardor en su cuello le hizo creer que también tenía marcas en el.

Serás Mío, Jimin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora