3. Un Gatito Domestico

500 74 48
                                    


Feng Xin había dado una vuelta completa al vecindario, se encontraba sobrio después de una larga caminata. Finalmente había vuelto a la casa de Pei Ming, esperando Xie Lian convenciera a su novio de dejar a Mu Qing y a él en el apartamento. Seguramente Xie Lian se iría con él despreciable de Hua Cheng, eso significaba que Mu Qing y él se quedarían solos.



Pensar en Mu Qing sonrojado debajo de él, jadeando, con el ceño relajado y los labios húmedos lo hacía sentir duro de inmediato. Después de la decepción de hoy, necesitaba descargar su frustración y una noche enredado con Mu Qing le daría ánimos para enfocarse a su futuro.



En la fiesta solo quedaban unos cuantos pocos. La mayoría bebiendo, fumando o bailando. A simple vista no vio a Mu Qing, pero vio a Xie Lian sentado en las piernas de Hua Cheng cantando una canción romántica que acababan de poner mientras se miraban afectuosamente el uno al otro. A un lado estaba He Xuan besuqueándose ávidamente con Shi QingXuan mientras QingXuan reía juguetonamente.



Avanzó lentamente y se acercó a su amigo. Xie Lian se puso de pie hacia Feng Xin.



–¿Dónde está Mu Qing? Ya deberíamos irnos – levantó la voz el trigueño para hacerse escuchar.



–Amm, Pei Ming dijo que lo llevaría a descansar. Tomó un poco de más y ya quería irse desde hace un rato – declaró Xie Lian.



En ese momento Feng Xin recordó las palabras de Pei Ming



"Estoy en busca de una belleza fría"



–No...– y Feng Xin se apresuró al pasillo de las habitaciones. Xie Lian se quedó de pie sin comprender el comportamiento de su amigo, en cambio, volvió al regazo de su novio.



–San Lang, deberíamos irnos ya – Xie Lian se sentó extrañado en las piernas de su novio –Claro gege, solo espera 20 minutos. Mientras tú hablabas con tu amigo, He Xuan me pidió las llaves de la camioneta, se encerró con QingXuan. No tardan... o yo mismo los sacaré – sonrió astutamente Hua Cheng hacia su novio. Xie Lian le devolvió el gesto y frotaron sus narices cariñosamente, olvidándose en ese instante de sus dos amigos.



Mientras tanto, Feng Xin abría puerta por puerta desesperado, hasta que al final de la hilera de recámaras encontró una habitación y dos personas en una cama.



No estaban desnudos, pero uno estaba dormido plácidamente y el otro lo observaba recostado de lado, admirando al otro. Al percatarse que alguien había entrado, Pei Ming desvío la mirada hacia la puerta, despreocupado.



–Mira que belleza es... En la tarde parecía un lince, dispuesto a arañar a cualquier que se acercara. Incluso su mirada de hielo provoca escalofríos pero ahora, miralo dormir...es como un gatito doméstico... Es hipnotizante – Pei Ming no pudo soportar la tentación y pasó el dorso de su mano por la piel aterciopelada del rostro del otro, mientras Mu Qing fruncía el ceño y gruñía bajo – Oh, no pasa nada. No te haré nada hermoso. Solo quería admirar bien tu belleza – comentaba a la vez que pasaba los dedos por su cabello. Tomó un mechón entre sus dedos y lo llevó a su nariz – Que fragancia tan dulce.

QUÉDATE LEJOS... O A MI LADOWhere stories live. Discover now