4. ¿Qué Es Lo Que Quieres?

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Después de aquella noche, Mu Qing lo había evitado completamente. Esa semana habían sido exámenes, por lo cual no tenían clases de lleno y en cambio mucho tiempo libre.


En cuanto Xie Lian decía "tengo que salir..." Mu Qing se apresuraba a decir "Yo también" y partían juntos del apartamento.


Incluso conocía los horarios en los que Feng Xin estaba en la casa, así que a toda costa se excusaba y a la hora de la cena que Xie Lian le preguntaba donde había estado, él siempre tenía una excusa.


"Estaba en la biblioteca ayudando a acomodar libros" "Hoy fui a la cafetería a ayudar en la cocina" "Ayudé a ordenar la sala de conferencias" "Di clases adicionales de esgrima..." y así podía seguir toda la semana.


La verdad es que Xie Lian y Feng Xin no podían cuestionarlo. Incluso ellos hacían servicios sociales para la escuela con el fin de ayudar a reducir la colegiatura que debían pagar. Constantemente harían pequeños trabajos para conseguir un poco de dinero extra, pero sobretodo en los períodos vacacionales es cuando los tres trabajarían hasta el cansancio con tal de tener un fondo de ahorro de emergencias.


Aunque Xie Lian era quien había hecho los trabajos más humildes, como ayudar en intendencia o ayudar a separar la basura de orgánica e inorgánica, las cosas habían cambiado para él desde que salía con Hua Cheng. Él se encargaba de mantenerlo consentido aunque Xie Lian se oponía y tenía un orgullo latente, su novio no podía parar de sorprenderlo con algunos obsequios. Aún así, de vez en cuando Xie Lian escaparía de su vida de lujos para hacer pequeños trabajos y tener dinero de su propio esfuerzo.


Esa semana Xie Lian había aprovechado para hacer esos pequeños trabajos, pues Hua Cheng debía encargarse de su negocio y salió por un par de días fuera del campus con He Xuan.


Aún así, los tres amigos estuvieron separados. La semana transcurrió así, con Mu Qing volviendo tarde, Feng Xin en silencio esperando en la sala todo el tiempo después de los exámenes y Xie Lian desconcertado, pero aprovechando su tiempo libre para hacer varias cosas.


Feng Xin no encontraba el momento para estar a solas con Mu Qing. Una noche, desesperado incluso se escabulló de su habitación a la de Mu Qing, sin embargo, estaba cerrada con llave por dentro. Eso sin duda era para evitar a Feng Xin.


Este último se sentía afligido... ¿Cómo era posible? ¿Qué había hecho? ¿Por qué lo evitaba si antes parecía gustarle mucho lo que hacían?


Al otro día era sábado, Xie Lian se disponía a salir, pues Hua Cheng volvía. Esta vez no esperó a Mu Qing y se despidió calidamente de Feng Xin.


En el momento que Xie Lian cerró la puerta, Feng Xin se apresuró a ir a su habitación. Se cambió la pijama por ropa limpia, cepilló su cabello y lo ató todo en un messy bun que lo hacía lucir masculino y dominante con los mechones enmarcando sus facciones afiladas. Colocó algunas cremas y lociones en su piel y arregló su habitación: hoy iba a hacérselo a Mu Qing en su cuarto.


Se dispuso a caminar a la sala, se iba a sentar despreocupado y cuando Mu Qing saliera de su cueva a almorzar comenzaría a discutir con él por no haber lavado los trastes anoche <<aunque de hecho si los había lavado>> pero no importaba, solo era una excusa para callarlo.


En ese preciso momento sonó el interfón. Extrañado, Feng Xin se aproximó a contestar pensando que quizá se trataba de un olvidadizo Xie Lian o algún paquete.


Descolgó el auricular y antes de hablar, la otra voz invadió sus oídos


–Te espero abajo, A-Qing – la voz masculina y fresca sonaba a través del interfon


QUÉDATE LEJOS... O A MI LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora