Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng son dos adolescentes con una vida más o menos normal.
Pero hay algo de ellos que nadie sabía. Son Ladybug y Chat Noir... los héroes de París.
La situación en la que se encontraban parecía que no iba a dejarlos...
Nunca me he tomado nada en serio. Es una realidad. Prefiero tomarme las cosas siempre entre risas, y eso lo saben tanto mi familia como mis amigos.
Tal vez es por eso por lo que me identifico tanto con Plagg. Los dos somos perezosos y nos encanta molestar a los que nos rodean. Y ahora quizás pueda saber si hay más cosas en las que nos parecemos, pues...
¡ME HAN ELEGIDO COMO LA NUEVA PORTADORA DEL MIRACULOUS DE LA DESTRUCCIÓN!
¡Lo sé! ¡No me lo creo ni yo! ¡Esto sí que valía la pena de escribir en este diario y no las tonterías que escribirá Hugo!
Para empezar, hay que decir que todo ya se había venido complicando desde que apareció el nuevo Hawk Moth que está aterrorizado París. Nadie sabe quien es ni que es lo que quiere, pero seguro que no es nada bueno. Por eso, mamá y papá se han tenido que ocupar de sus ataques desde entonces.
Pero cada día los veíamos más agotados... Mientras trataban de buscar alguna pista para localizarlo, tenían que hacer frente a los nuevos akumatizados y seguir con su vida como civiles.
Tengo que reconocer que, fuera de mis bromas continuas, no podía evitar preocuparme por ellos. Si algo les pasara, no lo soportaría.
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Pero entonces, Hugo pensó en algo. Todos sabíamos que necesitaban ayuda con esto, pero fue él quien mejor reaccionó ante esta situación. O así es como me lo explicó, ya que después de todo le encanta alabarse a sí mismo desde que le han confiado la Caja...
Así, uno de estos últimos días, mientras veía la televisión en mi habitación, anunciaron que se estaba produciendo el ataque de nuevo Akuma. Sabía que papá y mamá no estaban en casa, pero pensaba que no tardarían mucho en actuar. Sin embargo, en lugar de eso, Hugo se presentó a mi habitación para darme una extraña cajita de madera.
Al abrirla, vi que se trataba del Miraculous de papá...
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Me negué mil veces. ¡No quería quitarle su Miraculous! ¡Chat Noir es él, no yo! Pero pronto me dí por vencida, ya que tanto Hugo como Plagg me contaron que, mientras ellos me daban el anillo, papá y mamá iban a darle el Miraculous de la creación a un nuevo portador también.
