Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng son dos adolescentes con una vida más o menos normal.
Pero hay algo de ellos que nadie sabía. Son Ladybug y Chat Noir... los héroes de París.
La situación en la que se encontraban parecía que no iba a dejarlos...
Ha pasado algo inesperado. Hemos tenido nuestra primera “crisis” de pareja... si es que se le puede llamar así. Es cierto que ya habíamos tenido alguna que otra pelea tonta, pero al final siempre acabábamos arrepentidos y buscando del otro para disculparnos.
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Y en este caso también pasó lo mismo. Lo diferente fue que mientras el resto de veces lo que había era un ambiente desagradable, en este ocasión era incómodo y vergonzosa.
Y es que ahora que somos más maduros, hemos comenzado a sentir cosas nuevas. Ahora, el simple gesto de rozar su piel con la mía, es increíble. Es como si fuera sentir electricidad entre su cuerpo y el mío...
Por eso nos pareció tan incómodo lo que pasó. Ocurrió uno de los días que fui a dormir a casa de Adrien. Sin embargo, en esta ocasión tuve la poca fortuna de llegar en el peor momento. Adrien estaba saliendo de la ducha...
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Ya después en la cama, justo antes de irnos a dormir, ninguno de los dos nos atrevíamos a decir nada. Estábamos sonrojados y avergonzados. Y es que me había dado cuenta de que... aún no habíamos hecho ninguna de esas cosas tan vergonzosas que hacen las parejas...
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Sin duda, se trata de uno de los pasos más importantes de mi vida, y me da miedo de no poder satisfacer a Adrien como se merece.
Por eso, durante unos días estuvimos algo más distantes entre nosotros, hasta el punto de que dejamos de dormir juntos. Afortunadamente, el hecho de que también se trate de Chat Noir, es que a valentía no le supera nadie. Finalmente, se terminó presentando una noche en mi casa para pedirme si podíamos discutirlo.
