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Narra Ninah

No puedo creer que el tiempo pase tan rápido, ya estamos en el segundo mes del año, aunque debo aceptar que apresar de que ya estemos en el segundo mes, para mi de ha hecho eterno las semanas.

Hoy es la cena en casa de los padres de Jimin, y siendo sincera estoy muy nerviosa por cómo van a salir las cosas, el señor Park se ve alguien muy exigente y tengo miedo de cómo vaya a reaccionar al saber que su hijo se casará con alguien de una clase muy inferior a la suya.

Tambien tengo temor por su madre, de ella no sale mucha información, no sé si sea como son todas las madres, tierna, amorosa, cariñosa o si es dura y de esas personas que no le gusta ver que las distintas clases sociales se mezclen.

Ya que Jimin no me permitió comprar algo de ropa, decidí tomar el vestido que mi mamá me hizo para uno de mis cumpleaños. Es un vestido  muy sencillo, no es nada comparado a la ropa que suelen usar las familias de clase alta, pero es lo único presentable que tengo. Lo bueno que no está tan desgastada como mi ropa de diario, ya que este suelo usarlo nada más para eventos importantes.

De peinado trato de hacerles unas ondas en el cabello, tomo un par de medias y las enredo en mi cabello por un par de horas para que así tengan más forma. Y al no  tener maquillaje, solo aplico un poco de brillo en mis labios.

Mientras espero a que Jimin llegue a la casa, me pongo a leer uno de los libros que me trajo hace poco. Esta muy interesante y esto me ayuda a distraerme e imaginarme un poco esa vida y amor adolescente que tanto las personas suelen hablar.

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No sé por cuanto tiempo estuve leyendo, solo me detuve cuando sentí unos toques en la puerta, dejo el libro en la mesa de noche y  me miro en el espejo acomodó un poco mi vestido. Suspiro y abro la puerta.

—Hola— digo en un tono bajo.

Él me mira fijamente y da una mirada rápida a mi vestuario a lo que yo bajo mi cabeza, sé que no le agrada mi vestimenta, pero no puedo hacer más, es lo único que tengo.

—Sé que debería usar otra cosa...pero es lo...

Él carraspea un poco su garganta antes de hablar —así está bien, vamos, que se nos hace tarde— dice mientras camina hacia las escaleras.

Doy un pequeño suspiro y cierro la puerta del cuarto, bajo las escaleras y lo veo al pie de estas, tiene una de sus manos en el bolsillo mientras la otra tiene su teléfono.

Logro darle una mirada rápida y se ve muy lindo, no puedo negar que es un hombre muy apuesto, es muy elegante y ahora que tiene su cabello negro lo hace ver más bonito. Hace que su piel se vea más blanca. Aún no logro entender por qué no tiene una novia si es muy apuesto.

—Vamos— dice al notar mi presencia.

Yo asiento y camino hasta el para seguro sus pasos.

Él no despega su mirada del celular, y ya estoy acostumbrada a que no me hable o que me ignore, creo que eso ya es normal en mi vida.

Al entrar al carro llegan algunas preguntas que me han rondado todo este tiempo y es que le diremos a su familia.

—Jimin...

—Mm...— dice este sin despejar su mirada de la vía.

—Si tus padres me preguntan algo, ¿Qué debo decir?

—Yo me encargaré de todo, tu solo di que llevamos unos dos años de relación.

Yo asiento levemente mientras mi mirada va a la ventana. Solo espero que esta mentira salga bien.

Amor o ContratoWhere stories live. Discover now