Amor o Contrato

26

Narra Ninah

—Esta tibia— dije una vez entre al agua.

—Esta deliciosa.

Me mira para después recostar su cabeza hacia atrás. Por los nervios me sumergí bajo el agua rapido, y luego salí retirando el cabello de mi cara.

—¿Te has divertido?

—Si, me ha gustado mucho estar aquí.

Se acomodo y se acercó a mí colocando una de sus manos en mi cintura — a mi igual.

Me toma de la cintura e hizo que enrollara mis piernas en su cadera mientras se afirmaba de mis muslos.

—Sabes, me alegra más haber venido contigo— se acercó a besar mis labios, cosa que no me negué.

Hace una semana estamos en este plan, en darnos uno que otro beso y una que otra caricia. Bueno aunque el es el que me da más caricias. Aunque yo también se las doy solo cuando duerme.

Ambos nos besamos un poco mas, y luego nos separamos, realmente este hombre me tiene enamorada.

—Te dejaré un rato acá si, quiero nadar.

Me sienta en la orilla de la piscina y me rindió para irse dañando a un extremo de la piscina, comienza con una brazadas largas que lo hacen llegar al otro extremo, repite lo mismo hasta la mitad de la piscina para después hundirse por completo y nadas por debajo del agua.

Sale nuevamente esta vez apareciendo entre mis piernas, me sonríe dando una caricia y por la forma que me la dio me dio cosquillas, así que defendiéndome sin querer salpique agua que le cayó en su cara.

—ohh, lo siento.

Retira el agua de su cara y me mira de una forma que me asustó un poco, pero su reacción me sorprende al ver que me comienza a tirar agua.

—No no, espera— cubrí mi cara pero igualmente recibo agua.

Nos colocamos a jugar un poco en el agua, cada vez la fuera de agua aumentaba entre nosotros, ambos reíamos y me encantaba más cuando el reía fuertemente.

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Estuvimos un buen rato en la piscina jugando y hablando un poco, bueno creo que frieron solo unos segundo, pero para mi estuvo bien.

Me miro en el espejo del baño acomodando mi atuendo. Tanto unos shorts azul marino  de algodón y una camiseta algo corta en cuello V color blanca.  Luego de arreglar un poco mi cabello, salí de la habitación dirigiéndome a donde él.

—Pedí la cena mientra...

—¿Jimin, estás bien?— pregunte intentando ocultar mi nerviosismo por su manera de mirarme.

—ah si, si— sacudió levemente su cabeza para luego levantarse —pedí la cena mientras te duchabas.

—Oh, está bien— digo quedándome de pie.

—¿Qué haces ahí, ven siéntate— dice palmándonos cama.—Veamos una película.

Camino hacia donde está y me hago del lado donde he dormido estos días, pudo la película entre nosotros así que me acordé sobre la almohada.

—¿Te asustaste?

Volteo suponiendo que debe estarse riendo, pero al contrario no tiene una expresión de ellos. Por vergüenza bajo la cabeza pero el toma el mentón besando mis labios.

El beso comenzó rápido, pero conforme pasaban los segundos se vuelve apasionado. A pesar de que aún no logro seguirle completamente el ritmo, durante este tiempo he podido corresponderle.