1

3.5K 238 51
                                    

Todavía creía que esta era la mejor peor decisión que hizo en su vida. ¿Se convertiría en un héroe como siempre soñó? Seguramente, ¿Tendría que lidiar con el hombre que probablemente más odiaba y el cual lo abandonó cuando más lo necesitaba? En efecto.

Caminaba por los conocidos pasillos de la UA como si fuera su hogar para llegar a su nuevo aula, pues él ya había pasado todo su primer año en el colegio, solo en otro departamento. Sin embargo, no podía estar más alejado de sentirse como un cómodo espacio para él.

Luego de debatirselo por mucho tiempo y juntar valor para tomar una decisión, por fin se cambió al área de heroísmo, lo que siempre anheló, y, afortunadamente, ni siquiera tuvo que hacer examen de ingreso puesto que sus ex profesores consideraban a Hitoshi totalmente capaz. Sin embargo, sabía que tendría que ver a Aizawa todos los días de su vida y eso sería un infierno pues ver a su padre ausente no era muy cómico que digamos.

Lo único que Hitoshi podía recordar era a su papá volverse progresivamente más paranoico con su seguridad, encerrándolo así en su casa, y luego, un día después de haber estado prisionero en su hogar, su papá decidiendo llevarlo a algún lado y nunca más regresando.

Desde ahí la vida de Hitoshi fue ir de orfanato en orfanato, de familia transitoria en familia transitoria hasta que decidieron que era demasiado grande para ser adoptado, aunque definitivamente no lo fuera, y lo echaron a sus expensas para sobrevivir. Hitoshi tuvo que empezar a robar usando su quirk, convirtiéndose quizás en un villano, pero nadie sabía sobre esas cosas ya que su quirk era lo suficientemente útil para que nadie nunca lo descubriera.

A través de robos pudo sobrevivir y llegar hasta donde ahora se encontraba; en la puerta de su nueva clase en una prestigiosa escuela en la que ni siquiera había puesto su documento real. Si llegaba a usar su documento, todos verían que su apellido coincide con el de su profesor, y no solo eso, sino que Aizawa sabría que Hitoshi era su hijo y definitivamente no quería eso.

Igualmente había estado usando ese documento falso desde que tenía más o menos trece años, es decir, cuando lo echaron del orfanato a su suerte. Hitoshi ya sabía lo que quería a esa altura, así que solo uso su nuevo nombre y el apellido que tomo de su primer familia transitoria.

Aizawa jamás lo reconocería así, pues además de haber crecido y ya no ser un niño, también había descubierto su identidad de género y ahora socializaba como un niño transgénero y no su género de nacimiento como lo conoció su padre. Mucho de lo que en su momento robó fue destinado a poder sentirse bien consigo mismo ya sea logrando hormonarse, comprando binders, ropa holgada y otras cosas, así que, aunque no sintiera que justificara nada, en el fondo lo hacía sentir menos culpable.

Entró a la clase a paso firme, paso que rápidamente se debilitó al ver por primera vez en años a la persona que consideró su familia en algún momento. Aizawa fugazmente miro a los ojos a su hijo, desconociendo aquella información, y solo desvió la mirada a su querida clase nuevamente.

Esos pocos segundos le bastaron a Hitoshi para sentir náuseas. Sentía tanta ira y nostalgia; odio y amor. Lo odiaba por hacer de su vida un desastre sin explicación alguna, pero lo amaba porque había sido un padre ejemplar todo el tiempo que estuvo con él. Jamás iba a entender el cambio de actitud; la razón por la que lo dejó. Se culpó por mucho tiempo, quizás lo seguía haciendo, pero no tenía explicación alguna ni siquiera para culparse.

Camino hasta un asiento libre e intento controlar todas esas emociones encontradas y contrarias que sentía. Al no saber que pensar, su cuerpo naturalmente decidió centrarse en una y esa era el odio y rencor desafortunadamente.

Aizawa había cambiado un poco, no físicamente, sino que se veía desgastado. El Shota que Hitoshi conoció se encontraba siempre cansado, tanto como ahora, pero con él no paraba de sonreír. Ahora se notaba infeliz; como si no hubiera sonreído hace mucho tiempo. Egoístamente lo alegraba un poco; ojalá lo haya pasado tan mal como yo todo este tiempo, pensaba.

Daddy issues (bnha)Where stories live. Discover now