Manipulación

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Ya eran pasadas las siete de la noche, me había pedido un café mientras esperaba que llegara Hakkai , pero el tiempo seguía avanzado y el nada que llegaba, y me empecé a preocupar.

Saqué mi teléfono y lo llamé, la llamada me tiraba directo al buzón, no tenía sentido, el haberme hecho venir acá y el teléfono apagado, algo había sucedido.

Pagué el café y caminé por las calles que podría utilizar para llegar hasta acá, esta vez no tenía mi moto, había decidido venir en taxi.

Recorrí varias cuadras pero no habían señales de él, el frío de esa noche era terrible, el cielo parecía que iba a llover en cualquier momento.

Si no lo encontraba por las calles, estaba decidido a caminar hasta su casa.

Seguí recorriendo las calles hasta que en un callejón pude divisar una camisa blanca, era Hakkai, estaba tirado en medio del callejón y herido, la camisa estaba llena de sangre.

El pánico se apodero de mi al ver la sangre en su ropa, estaba inconsciente, pero no tenía heridas profundas, solo golpes, quizás algunas costillas rotas, pero era notable que no estaba bien.

Me apresuré a sacar mi teléfono y llamar una ambulancia, no sabía que había sucedido pero no parecía ser un asalto, sus pertenencias estaban en sus bolsillos, a excepción de su teléfono, que estaba roto a un lado.

Mientras la ambulancia llegaba, traté de revisar un poco más su cuerpo, tenía golpes en todo su torso y algunos en su rostro, había sido un ataque entre varios, y no solo a los puños, quizás con un bate.

Estaba muy malherido, pero respiraba y eso me daba esperanza mientras la ambulancia llegaba, los minutos de su recorrido parecían horas, hasta que al final pude escuchar las sirenas acercarse.

Los paramédicos se acercaron para revisarlo y subirlo a una camilla, me preguntaron algunas cosas pero en realidad no tenía conocimiento de que había sucedido con exactitud, subí a la ambulancia junto con ellos.

Sin duda alguna, era el peor de los días para ambos.

El viaje al hospital también se sentía eterno, según los paramédicos su estado no era tan grave, pero aun así, debía valorarse con médicos especializados.

Dentro del hospital tuve que esperar mientras lo ingresaban y revisaban, no tenía ningún numero de teléfono para avisarle a alguno de sus familiares y no quería irme hasta saber su condición.

Varias horas pasaron mientras yo esperaba en una fría silla de hospital, siempre le he tenido odio a los hospitales, pero no tenía otra opción más que esperar.

Un médico salió buscando a alguien que lo representara, inmediatamente me puse de pie, no era su familiar pero era su mejor amigo.

El médico habló de manera sencilla para explicarme lo sucedido, no estaba grave, pero la paliza seguro lo mantendría inconsciente unas horas más.

Uno de sus brazos estaba roto, y dos de sus costillas también, necesitaría reposo, y en unos días podría ir a casa.

Debía llamar a su madre o su padre para informarles de la situación, pero antes quería verlo.

Aquella habitación de hospital solo tenia una sensación de pesadez y el aire de la muerte se respiraba en todo el exterior.

Estaba inconsciente sobre la cama, su brazo se encontraba con un yeso, su torso vendado, algunas curitas sobre su rostro, dormía plácidamente, a pesar de los moratones, su rostro estaba tranquilo.

En otro universo.Where stories live. Discover now