Hanna

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H - Taka chan- pásame la caja de esas bolitas doradas que están sobre el sofá.

T- ¿estas? - levantando una pequeña caja.

H- No, esas no son doradas.

T- Ay Hakkai, tengo demasiado sueño para estar arreglando el árbol de navidad.

T- Es noviembre todavía, creo que estás exagerando un poquito.

H- Nunca es demasiado temprano para decorar el árbol y más si es contigo.

Un leve sonrojo se hizo presente en las mejillas de Takashi, y es que aunque hayan pasado tantos años, la forma tan directa de como Hakkai le demuestra su amor, le sigue intimidando.

El sonido de unos pequeños pasos bajando de las escaleras se hizo notar en la sala.

T- Oh, linda ¿Qué haces despierta a esta hora?

H - Ven acá - acercándose para tomar a la niña en sus brazos.

Hs- Ustedes dos hacen mucho ruido mientras están abajo.

Takashi volteó hacia Hakkai con una mirada que si los ojos dispararan seguro Hakkai estaría muerto. ( x_x)

T- Yo se que tu papi es muy ruidoso cuando está emocionado, lo siento linda por despertarte.

La pequeña de casi unos cuatro años se encontraba abrazada del cuello de su padre de cabello azul, con sus ojitos aún con sueño y posiblemente cayendo en los brazos de morfeo en unos segundos más.

T- Lleva a Hanna a la habitación, recogeré todo, mañana terminamos el árbol.

Hakkai sólo asintió y subió las escaleras de su hogar.

Hace ya cinco años que están casados.

Hace casi cuatro años se hicieron padres de una pequeña bebé de cabellos rizados y castaños, con unos hermosos y grandes ojos grises.

La adoptaron cuando apenas tenía tres meses de vida.

Fue la mejor decisión, la pequeña Hanna les ha llenado la vida de color.

En una casa que hoy comparten juntos.
En un hogar donde hoy son una familia.

T- ¿Se durmió de nuevo?

H- Sí, la he dejado con su conejo de peluche.

T- Te dije que era una pésima idea arreglar el árbol de madrugada.

H- Lo siento Taka- chan, sólo no quería ir a dormir temprano.

Takashi amaba cuando Hakkai se comportaba de esa manera tan dulce haciendo puchero.

Se aproximó donde estaba Hakkai de pie frente a la puerta de su hija, se paró sobre sus puntillas un poco para alcanzar al menor.

Un tierno beso fue puesto en los labios de Hakkai, aunque él no estaba conforme.

La diferencia de altura entre ambos era significativa por lo cual para Hakkai acorralar a Takashi no era difícil.

Se separó del tierno beso de Takashi y lo tomó de su cuello obligándolo a quedarse más tiempo en sus labios.

Volvió a unir sus labios con los del ojos lavanda, esta vez más intenso, con ganas de más.

Sus manos pasaron de su cuello a su cintura buscando su piel debajo de aquella delgada camisa.

Una puerta se abrió con una pequeña niña detrás jalando un peluche de conejo.

Ambos se separaron rápidamente y  llevaron su mirada hacía la pequeña.

Que al parecer no los había notado.

La pequeña con los ojos aún cerrados salió del marco de la puerta y empezó a caminar con pasos pequeñitos a la habitación de sus dos padres.

Takashi solo sonrió ante la vista, era hermosa.

Ya retomarán en algún otro momento su apasionado beso.

Pero ahora ya eran padres, tenían otras tareas.

T-  Hanna, ¿Hacia donde vas?

Hs- Quiero dormir con mis papis, tengo miedo.

El de cabello lila se acercó a la pequeña y la tomó junto a su conejo en brazos.

T - Vamos, dormirás en medio de los dos.

Hs- Sí - dejando salir un enorme bostezo.

T- ¿Vamos Hakkai?

Un feliz Hakkai asintió su cabeza y a pasos pequeños los siguió a los dos.

Esta era su vida ahora, era feliz.

Eran tres en esa enorme casa, donde nunca les faltaría amor.



En otro universo.Where stories live. Discover now