❁彡❝La mujer de nieve y el muerto viviente❞

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ESCRITOS O6:

Especial de Halloween 2/5. AU. Viñeta.

Palabras: 958.

Sabía que muy pronto iba a morir.

Eso, sino es que ya lo estaba y se mantenía caminando por puro instinto.

Si era honesto consigo mismo, Inosuke ya no recuerda por cuánto tiempo ha estado caminando. Ya no recuerda hace cuánto quedó atrapado en la tormenta de nieve... Solo recuerda pensar que era la tormenta más feroz que le ha tocado presenciar.

Vivir en el bosque seguido traía esos problemas cuando llegaba la temporada de invierno y la nieve empezaba a caer. Inosuke sabía por las noches anteriores antes de quedar atrapado, que esta temporada arrastraba consigo las tormentas más fuertes y salvajes. Cuando salió de su casa, aún era de día. Se suponía que iba a ser una salida rápida al pueblo cercano para conseguir más carbón, de hecho, el ambiente fue muy tranquilo, imposible deducir que poco después iniciaría una tormenta.

Recuerda haber echado un último vistazo al sol antes de que toda su vista se cubriera de blanco. Las ráfagas de viento no tuvieron piedad y la nieve lo golpeó por todos lados.

Sin embargo, Inosuke nunca dejó de caminar, en ningún momento. Ni siquiera cuando lo alcanzó el cansancio, ni siquiera cuando el frío lo paralizó, ni siquiera cuando sus propias piernas ya no pudieron sostener su peso. Él continuó motivado por la esperanza de encontrar su casa o de lo contrario, un refugio. Continuó porque tenía la seguridad de que podría escapar de la tormenta.

Caminó y caminó, y caminó...

Pero ahora sus pies se detienen y se dan el descanso que merecían, cuando en su visión aparece la forma de una mujer.

En donde se supone que no debería encontrarse con nadie más, un imposible; la verdad es, que hay una mujer caminando en su dirección. Es bellísima, porta una serena sonrisa y rasgos delicados. Tiene el cabello negro como la más oscura noche y su piel está hecha de nieve, blanca y fina, ésta brilla. Resplandece como los copos cuando les llega la luz de luna, y envuelta en un elegante kimono azul pálido mezclado con blanco, la mujer parece una existencia etérea.

Podría también ser una existencia incolora, sino fuera por los detalles de su ropa y los intensos ojos morados que lo miran fijamente. Como un veneno, se aseguran de mantenerlo totalmente inmovilizado en su lugar. Parecen quitarle la poca energía que le queda, le quitan la poca vida que le queda.

Pero, a pesar de estas escalofríantes sensaciones, sus ojos también son hipnóticos, porque en ellos se refleja la calma. La calma después de la tormenta que tanto buscó, la paz por la que tanto siguió. Sus ojos eran como imanes al reflejar lo que él tanto anhelaba.

Inosuke nunca lo notó, pero él ya estaba muerto. Era un muerto que por alguna razón se mantuvo consciente y caminando; era alguien cuyo corazón ya no latía y por lo tanto dejó de bombear sangre caliente por su sistema. Por dentro y por fuera, Inosuke estaba congelado. Pero él nunca lo notó, distraído por el aullido del viento golpeando con fuerza sus oídos y agobiando sus sentidos, como para darse cuenta que los sonidos de sus latidos dejaron de existir.

Su piel ahora era tan pálida como el de la mujer enfrente suyo, tan blanca como la nieve que los oculta, igual de fría que la canción de la muerte con la que los arrulla.

Y estaba tan delgado que prácticamente era un esqueleto.

Kanao, la mujer de nieve, presenció a este pobre muerto vagar sin encontrar el descanso, esta alma en pena que sus orbes esmeraldas casi carentes de brillo gritaban por ayuda.

Entonces a pesar de ya estar muerto, se apareció ante él.

Podrían llamarla compasiva por su acto, no puede estar segura ya que al final sigue haciendo su trabajo: arrebatarle la vida a aquellos que se pierden en la nieve.

Este caso es inusual y anti-natural, porque el corazón de este hombre hace mucho se detuvo por el frío, y sin embargo, aquí sigue de pie, consciente de su entorno y sus ojos aún mostrando una diminuta luz de vida. Ella si quería lo hubiera dejado seguir caminando hasta que encontrara eventualmente su fin, porque todas las cosas tenían uno.

Pero aquí está ella, sintiendo compasión por este muerto viviente y resuelta a guiarlo de una vez por todas al descanso que tanto busca.

Sus manos acarician sus esqueléticas mejillas, la piel ya se estaba empezando a desprender de sus huesos en algunas partes. Es increíblemente frío, es como ella, la crueldad de la nieve lo hizo así.

Acaricia sus pómulos, cree distinguir sorpresa en sus orbes verdes por sus acciones, y ella le dedica la última y más linda sonrisa que verá, porque al segundo siguiente los labios ya abrazan los de él.

Aferrándose a la piel que queda, Kanao hace ligera presión y envuelve por completo los labios agrietados del hombre y le roba el último aliento que le queda a su cuerpo, lo único que lo podía motivar a seguir avanzando. Se lo lleva para ella, y Kanao disfruta de la hermosa sensación que siempre tiene cada que le quita la vida a alguien.

Esta vez fue solo un pedazo. Una migaja. No se compara a lo que merece su beso, pero Kanao se decidió a ayudar a este pobre esqueleto.

Mientras tanto, Inosuke puede sentir su ser entero apagándose, y está seguro de una cosa. Este ínfimo contacto tal cual aleteo de mariposa, realizándose por dos de las criaturas más frías que puedan existir: es lo más cálido que ha tenido en mucho, mucho tiempo.

Se siente tan agradecido.

Nadie escapa con vida del beso de la Yuki-Onna.

El cuerpo de Inosuke Hashibira, finalmente cayó en la nieve: muerto.

𝗜𝗻𝗼𝗞𝗮𝗻𝗮 𝘇𝗼𝗻𝗲 ⚘ knyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora