❁彡❝Las calabacitas y golosinas❞

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ESCRITOS O7:

Especial de Halloween 3/5. Normal AU. One-shot. Posible OoC.

Palabras: 1140.

⸺Aww, ¡pero mira que lindos se ven Kotoha!

⸺¡Lo sé, Kanae! ⸺La joven mujer de ojos verdes se emocionó tanto como su amiga. Levantando su teléfono, volvió a tomar una foto de los niños frente a ella, cegándolos un poco con el flash⸺. ¡Fue una grandiosa idea vestirlos a juego!

⸺¡Van a ser las calabacitas más adorables del pueblo! ⸺Kanae juntó sus manos en un aplauso y se las llevó a su mejilla, mirando a los niños con una expresión soñadora.

Los infantes, por otro lado, se quedaron quietos mirando a sus madres con distintos grados de extrañeza e impaciencia. Sobretodo por parte de Inosuke, él sólo quería salir ya a pedir dulces.

Se miraron mutuamente cansados, pero esto siempre era lo que pasaba cuando se juntaban sus progenitoras.

Kanae Kochō y Kotoha Hashibira habían sido grandes amigas desde adolescentes, por lo tanto, fue natural para ellas juntar a sus hijos en salidas de juego cada que tenían la oportunidad. Sin contar que era mucho más fácil que sus hijos jugaran entre sí cuando fueran de visita a la casa de la otra.

Así es cómo se conocieron Kanao e Inosuke. Así fue cómo se formó su amistad, y lo que los llevó a la situación actual.

Día de Halloween. Vestidos como "calabazas" y teniendo a las dos adultas tomando montones de fotos y adulando su ternura. En la más honesta opinión de Kanao, ni siquiera parecían calabazas.

Inosuke, como se mencionó anteriormente, sólo quería los dulces.

⸺¡¿Nos vamos ya?! ⸺El niño gritó desesperado, moviendo sus piernitas de arriba a abajo impaciente. Agitó su mochila vacía enfrente suyo⸺. ¡Quiero esto lleno mamáaaa!

Kanae se rió detrás de su mano mientras Kotoha observaba a su hijo con cariño, negando con la cabeza y soltando un suspiro resignado con la forma de ser de su pequeño. Le sonrió, guardando el celular y acercándose para peinarle el fleco.

⸺Está bien amor, nos vamos ahora.

⸺¡Síiii! ⸺Inosuke celebró mientras corría hacia la puerta y saltaba esperando a su madre.

Más atrás, la Kochō mayor tomaba su bolso y se acercaba a su propia hija.

⸺¿Tienes todo, Kanao?

⸺Sí mamá ⸺respondió tranquila. Mentalmente, repasó todo lo que traía encima al llegar a la casa de los Hashibira. Tenía su dulcero de calabaza colgado del hombro, sus pulseras, su broche de mariposa en su coleta, y por último, levantó la mano para asegurar el gorro de calabaza, lo único del traje que aseguraba lo que suponía ser su disfraz.

Todos salieron de la casa, un niño más hiperactivo y sonriente que otro.

El pequeño Hashibira estaba tomando la delantera, corriendo y alejándose demasiado él solo para el gusto de su mamá.

⸺¡Inosuke! ⸺Le gritó, haciendo que el de ojitos verdes iguales a ella se detuviera en seco⸺. ¿En qué quedamos para esta noche?

Él parpadeó, pero pronto regresó hacia el grupo con la mirada arrepentida.

⸺Lo siento mami ⸺dijo. Luego, se ubicó al lado de Kanao y le tomó de la mano.

El trato era este: Inosuke quería salir a pedir dulces solo, sin su mamá o la señora Kanae acompañándolo hasta las puertas. Kotoha, sobreprotectora en un día cualquiera hubiera dicho no, pero después de pensar en una alternativa que los tendría a los dos contentos, acordó que él podría salir a pedir dulces con Kanao los dos solos, siempre y cuando se tomaran de la mano para no separarse en ningún momento. Ella y Kanae los podrían vigilar al final de la cuadra.

Así su hijo podría vivir la experiencia de estar solo sin un adulto, pero todavía con ella cuidándolo de lejos.

Cuando llegaron a la zona con más casas, nuevamente Inosuke tomó carrera ansioso, arrastrando a Kanao consigo esta vez.

⸺¡Nos vemos!

⸺¡No se separen! ⸺Gritaron las dos madres.

El dúo fue de puerta en puerta extendiendo sus respectivas bolsas, Kanao su dulcero de calabaza, e Inosuke su mochila naranja de la escuela. Apenas estaban iniciando, el niño estaba decidido a no volver a casa hasta tener cada bolsillo completo con golosinas.

Fueron de la mano. Inosuke disfrutó de todo el ambiente que el Halloween generaba: las luces, los disfraces, las bromas y las risas. Caminar por la calle con solo la compañía de una amiga, formando parte de todo esto, lo hacía sentir genial. De alguna forma especial, siguiendo cierto pensamiento infantil. Kanao en este aspecto era diferente a su amigo, a ella casi no le emocionaba ninguna festividad. Pero como todo niño, le gustan los dulces, por lo que no rehuía la participación de esta actividad.

La otra diferencia es que ella sí quería cerca a su madre.

De vez en cuando miraba atrás de ellos para asegurarse que allí estaban sus progenitoras. La verdad, no entendía la razón de Inosuke para ir sin compañía, sin embargo, estaba tan emocionado que incluso la hacía sentirse feliz por él, callando sus inquietudes. Se preguntaba si el Hashibira se daba cuenta como balanceaba las manos de ambos.

Pero conforme avanzaba la noche, al final, ella no pudo aguantar tanto tiempo.

⸺¿Estás seguro de hacer esto solos? ⸺En cierto momento, la Kochō le preguntó a su compañero.

⸺¿Qué? ¿Tienes miedo Kanao? ⸺Ella bajó su mirada como respuesta. No dijo nada, ni siquiera se expresó miedo alguno en su cara, pero Inosuke ya sabía que así era ella, por lo tanto, logró adivinar lo que pensaba⸺. No te preocupes ⸺le apretó la mano⸺, ¡yo te voy a proteger!

Kanao fue capaz de esbozar una sonrisa por ese gesto.

También pudo calmar su interior.

Los niños continuaron en su recorrido, avanzando cada cuadra cargando consigo más caramelos y chucherías. Con sus madres siguiéndolos detrás, claro.

A veces se detenían para apreciar como la cantidad de golosinas iba creciendo, o para comerse el dulce que más les llamó la atención o si conseguían su favorito.

Como ahora, que Inosuke desenvolvía una gran paleta bicolor mientras que Kanao masticaba un caramelo de uva, y miraba fijamente unas galletas con forma de fantasmita.

Siguieron por unas cuantas casas más, hasta que en la última la señora prácticamente vació todo su tazón de dulces encima de ellos.

Inosuke se carcajeó con una alegría desenfrenada.

⸺¡Mira toda esta cantidad! ¡Y no le voy a compartir a nadie! ¡Ni a Monitsu! Pero tal vez a Kentaro...

⸺¿Y a mí?

Él se quedó unos segundos pensativo, observándola a los ojos morados.

⸺Sí, a ti si te comparto.

Le sonrió, y en su demostración, agarró dos puños de sus dulces y los aplastó en el recipiente ya casi a rebosar de Kanao. Algunos se cayeron, pero los recogieron con risas en sus bocas.

Inosuke, con su mochila repleta para el final de la noche, asintió satisfecho para sí mismo, tomó la mano de Kanao, y se dirigieron al final de la cuadra donde los esperaban sus madres.

Fue una divertida noche de Halloween.

𝗜𝗻𝗼𝗞𝗮𝗻𝗮 𝘇𝗼𝗻𝗲 ⚘ knyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora