𝗜𝗻𝗼𝗞𝗮𝗻𝗮 𝘇𝗼𝗻𝗲 ⚘ kny

❁彡❝La princesa y el niño del bosque❞

ESCRITOS O8:

Especial de Halloween 4/5. AU. One-shot. Posible OoC.

Palabras: 1200.

❁

Cenicienta perdió su zapatilla.

Kanao perdió mucho más. Ella perdió la magia, por lo tanto, perdió su carruaje, los caballos, y el precioso vestido azul que había llevado al baile. Y también el otro zapato.

Ahora, sentada en el barro en medio del bosque, contempla desaparecer los últimos restos de la magia del hada madrina. En su falda gris y andrajosa aún queda una mancha de lo que fue el brillante azul cristal, desvaneciéndose en destellos.

Finalmente, su vestido había regresado a la normalidad: suelto, sucio, y con altura hasta la pantorrilla. Su cabello una vez peinado de la manera más perfecta, se encontraba alborotado debido a la caída del carruaje; su broche de mariposa perdido, también.

Kanao suspiró. Su noche mágica había sido interrumpida de la forma más abrupta con el reloj dando las doce, pero en general, ella nunca esperó encontrarse en tal situación.

No sabe dónde está, pero ni siquiera está segura de querer encontrar el camino.

Había pensado que sería una grandiosa idea: Ve al baile, danza con el príncipe; por primera vez en tu vida, siéntete como una princesa.

Por supuesto, ella no lo era. Y con este golpe de realidad, no era para sorprenderse que estuviera reevaluando cada desición suya tomada hasta ahora. No era una princesa, pero volver a casa después de esa experiencia, con sus abusivos padres...

Se levantó con cuidado del suelo. Ella no quiere pasar por esa vida otra vez.

Kanao consideraba que era mejor vivir en el bosque.

Así que, decidida, giró hacia su izquierda y se adentró hacia los árboles, alejándose del camino de tierra. Por el momento, sólo quería estar lejos de todo. Del castillo, donde vivió un sueño, y de su pueblo, donde vivió una pesadilla.

Caminó demasiado, o tal vez esa era la sensación para sus pies, descalzos y ya cubiertos de tierra. Ciertamente avanzó lo suficiente para tener hojas en el cabello y escuchar los sonidos causados por animales.

También, sus piernas ya estaban sufriendo el cansancio. Se detuvo un momento, apoyándose en el tronco de un árbol para recuperar el aliento. A pesar de que la noche es fría, se encuentra sudando por el esfuerzo físico, aunque no es como si no estuviera acostumbrada; unos segundos más de descanso y luego podría continuar.

Entonces, cuando estaba dispuesta a dar otro paso...

⸺¡Oye!

Una voz estruendosa la congeló.

La pregunta principal era: ¿quién estaría en el bosque a esta hora? Nadie normal lo pisaría en cualquier día. ¿Un cazador, quizá?

Pero al voltearse, nada de lo que hubiera imaginado se acercó a lo que vió.

Era un hombre. Musculoso, usando un babero color naranja, y con pantalones de piel animal, sosteniendo un hacha sobre su hombro. Aunque su voz sonó dura, su expresión, acompañada de los rasgos suaves de su rostro, en realidad era más de curiosidad.