Capitulo 5

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Capítulo 5: Yo siento calor.

Niall. Niall. Niall. Niall…

— Niall…

— ¿Qué sucede? —Dice su voz.

Abro los ojos y su rostro está observándome, otra vez.

— N-Nada. —Murmuro.

Segundos después, vuelve a dormir en su asiento y la clase toma mi atención.

Él es el único hombre que puede tocarme, ya sea por el enojo que siento o cualquier otra razón, pero si puede.

Sonrío para mí y sigo escribiendo. De repente, un papel cae sobre sobre mi mesa y me distrae.

“Tiene una hermosa sonrisa, Madame Filian. Hazza”

Otra vez, Harry Styles está hablándome. Miro en su dirección y está sonriendo como siempre, mostrando unos pequeños hoyuelos en sus mejillas.

“Gracias. Filian”

Cae sobre su banco.

“¿Puedo preguntar la razón por aquella maravillosa sorpresa?”

“En realidad… no creo que la sepa. Digo, no estoy segura.”

“Debe de ser algo muy especial como para hacerla sonreír así, es muy afortunado”

¿Afortunado?

“¿De qué está hablando?”

Levanto la vista cuando lee aquella pregunta y voltea hacia mí, rueda los ojos y con su dedo índice, apunta a mi lado.

Mis mejillas enrojecen. Rápidamente, le niego con la cabeza.

“Niall no es la razón de mis sonrisas”

Puedo escuchar una silenciosa risa y otro papel cae frente a mí. Lo abro, y dejo de respirar.

“Lo has estado llamando por su nombre en casi toda la clase.”

«Oh»

Un bostezo aparece de la nada sacándome de mis pensamientos, mi mirada gira hacia mi compañero de banco y veo la blanca dentadura de Horan- Niall, justo antes de cerrar sus labios.

— No estás prestando atención al profesor, ____.

***

— ¿Cómo son causadas las sonrisas, Lía?

Su aseo matutino por las ventanas del comedor se ve frustrado ante mi pregunta, voltea hacia mí, sentada frente a ella en el sillón principal, y con un gesto de interrogación pregunta:

— ¿A qué se debe su duda, Madame?

Giro mi cabeza hacia el televisor encendido, están dando un par de noticias sobre el zumbido de las abejas, y le niego.

— Está bien… Si no quiere hacerme saber de sus pensamientos-

— Dijeron que tengo una hermosa sonrisa.

Su quijada cae al suelo, luego sonríe y se acerca más a mí.

— Oh, Madame Filian. ¿Está segura? —Pregunta.

Confundida, le asiento sin cuidado. Ella salta de alegría y llama a Braun, que con una olla en mano llega en solo segundos y mira hacia Lía.

— ¿Qué ocurre?

— Sucede, mi querido Braun, que Madame tiene un admirador en su escuela.

Los ojos de Braun están tan abiertos como los míos, ¿Acaso dijo “admirador”?

¡No Toques!-Niall y Tu-Where stories live. Discover now