Capítulo 3: Pánico

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Mina abría lentamente sus ojos. 

Sentía como los rayos del sol entraban por la ventanilla y le pegaban directamente en el rostro. Llevó sus manos al frente para cubrirse, en ese momento sintió unas manos rodear su cintura.

Sonrió. Sabía quién era. Sabía que no iba sola en ese viaje. Se dio la vuelta para encontrarse con su mirada.

—Hola pingüina ¿Cómo dormiste?—Una ligera sonrisa se asomaba en su rostro haciendo que su hoyuelo hiciera acto de presencia

—¡¡Hola!!—le dijo lanzándose a sus brazos—mucho mejor ahora que estás aquí. Pensé que no te vería—la felicidad se reflejaba en su rostro

—Ya sabes como funciona esto, no depende de mi—le dijo retirándola para quedar frente a ella

—Renuncia—su voz se volvió un tono de suplica—Sabes que yo puedo trabajar en lo que encuentras otro empleo—le dijo acariciándole la mejilla

—Sabes que esto no funciona así Mina—la sonrisa de Mina iba desapareciendo con cada palabra que escuchaba—el avión no se maneja solo—le dijo acercándose y dándole un beso en la mejilla—tengo que seguir piloteando, no puedo quedarme.

—Pero... es tan injusto—se quejó — te vas y me dejas sola. Yo quiero estar contigo—sus manos se aferraron a sus mejillas— ¿Por qué me dejaste?—dijo uniendo sus frentes, mientras sus lágrimas hacían acto de presencia 

—Mina—sostuvo sus manos—muy en el fondo sabíamos que esto no iba a funcionar

—¡no quieras poner excusas!—le dijo retirando de un solo movimiento sus manos y alejándose bruscamente—no me diste la oportunidad de demostrarte que si podía, solo te fuiste ¡me dejaste!—las lágrimas eran cada vez mas constantes mientras empezaba a alzar la voz y lo miraba con reproche

—Mina, por favor— trató de acercarse para calmarla—sabes que no—estaba a punto de explicarse, pero ella lo interrumpió

—¡ahora estoy sola! ¡le doy lástima a las personas, es injusto! ¡¡todo es tan injusto!!—lagrimas de frustración y enojo corrían amargamente por sus mejillas

—cariño...—le dijo tratando de acercarse a ella, pero Mina solo estaba enfocada en soltar todo lo que traía en su roto corazón 

—¡Tú siempre piensas en tu trabajo! ¡te ibas días! ¡me dejabas sola! ¡ni una llamada! ¡nada!—nadie podía detener sus reclamos—¿por qué? ¿por qué me hiciste esto? ¿por qué preferiste tu trabajo y no a mí? ¿por qué? ¡¡dímelo!!—él solo la escuchaba sin decir nada—fui la pareja perfecta, éramos felices.  Yo... yo...—fue disminuyendo la voz con la respiración agitada— no estaba sola... ya no...¡Ya no quiero estar más sola!—dijo sollozando con la cabeza gacha—¡ya no quiero!

—Mina—se acercó—no estarás más sola—le dijo Namjoon acariciando tiernamente su cabello

—¿Me lo prometes?—ni bien escuchó eso, se apresuró a preguntar Mina aún sollozando, pero con una mirada de esperanza—¿Vas a deja el trabajo?

—Te lo aseguro.

—Te Amo—le dijo acercándose a su rostro, cerrando sus ojos en busca de un beso

—Mina—habló en un susurro mientras la tomaba de la barbilla y se acercaba a ella lentamente.

—Mina—Mina escuchó su nombre de nuevo, pero esta vez frunció el ceño.

Esa voz. Se le hizo conocida.

—Mina... —¿Chaeyoung?— Pensó Mina reconociendo la voz y abrió los ojos

EL VIAJE (MICHAENG)Where stories live. Discover now