Capítulo V. Belahuel.

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-Hey, ¿Que tipo de nombre es Belahuel? Es un poco... Bueno, jodidamente raro ese nombre- Decía un joven de 15 años.

-No sé que responder, pregúntales a mis padres, me da igual mi nombre- Contestó otro de apariencia desgranada sentado encorvado mientras bostezaba. -Es hora de salida, quiero irme para dormir- Cargó su mochila y caminó todo el tiempo viendo sus pies.

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Pedro, él se encontraba leyendo la santa Biblia, sentado en el transporte público normal, cuando de repente subió un joven pálido, con ojeras y una joroba debido a su encorvada figura, se sentó frente a el y lentamente cerraba los ojos tratando de dormir.

Era un joven sumamente perezoso.

Aquel seminarista lo notó, por lo cuál sonrió discreto y regresó su lectura a la Biblia.

-Oye niño ¡Despierta! Que incómodo es que te recargues contra mi!- Decía una señora empujando al joven adolescente.

-¡A-Ah si! Lo siento mucho- Dijo intentando mantener los ojos abiertos.

Más adelante Pedro cambió su lugar con la señora, vió al niño y siguió leyendo. -¿Fue un día pesado en clases?- Le preguntó aún leyendo.

-N-no, de hecho me dió flojera escuchar las actividades y los maestros, me escondí en el baño y estuve durmiendo... No me gusta activar nada físico ni mental- Dijo mientras bostezaba.

-Ya veo, no es muy bueno eso, puedes activarte, apuesto que tus padres trabajan día y noche para que estudies- Lo miró por fin.

-Bueno, mi mamá es una prostituta privada, y mi papá nunca viene a casa, así que no les importa que esté haciendo o no- Se levantó -Aqui me bajo, hasta luego señor- Pagó y se bajó caminando hacia su casa.

Pedro lo vió, cerró el libro y río bajo planeando su actuación.

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-Buenas noches querido, estaré atendiendo a un cliente allá abajo ¿si?- Dijo su madre muy arreglada antes de cubrirlo con la cobija.

-Si mamá, intenten no hacer mucho ruido, y hablo de tí- Bostezó y se acomodaba.

Su madre rió y salió cerrando la puerta.

Más tarde...

Se escuchó un grito en la cocina, súplicas y cosas que poco a poco se caían, sin embargo, Belahuel no quiso levantarse a ver, sabía que su madre era escandalosa, por lo tanto se escondió bajo las cobijas e intentó seguir durmiendo.

Siguió el rato y se escucharon golpes más fuertes, gritos de su madre y de repente un profundo silencio.

Belahuel comenzó a preocuparse, vió la oscuridad de su cuarto y miró hacia la puerta cerrada, pues a pesar de que conocía a su madre, dudaba de que ls situación estuviera controlada. Por lo que no se levantó, pero cantó bajo una canción para poder tranquilizarse.

Un pato... Que va cantando alegremente cua cua
Cuando se encuentra a un lindo gato miau miau
Para cantar bosanova

De pronto, se escucharon pasos al cuarto, aún así, Belahuel no quiso levantarse, seguía en cama abrazando una almohada temblando, mientras seguía cantando.

Un ganso... Se entusiasmo alegremente cua cua
Para cantar hacia la gente cua cua
Y les canta bosanova.

Cuando quería ensayar el pobre pato se desafino
Cuchi Cuchi cu no le sale
Sus notas feas eran peor que las del gato
La voz del pato era más que un desacato... Y en la nota final lo empujaron al agua
Y se puso a nadar

Pedro entró de repente al cuarto con su daga en la mano llena de sangre con su ropa manchada, viendo a Belahuel ríendo.

-Tenia razón, ¡Eres un perezoso de lo peor! Belfegor, tú debes ser eliminado- Se acercó y tomó un palo de béisbol cerca de la cama, lo levantó y lo golpeó fuertemente en la cabeza varias veces.

Belahuel gritaba, mientras lentamente su cama se llenaba de sangre y su rostro se desfiguraba, su cráneo quedó totalmente deshecho y quedó sin vida.

-Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.-

Siete Caminos Al InfiernoWhere stories live. Discover now