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Con un gran golpe, Shen QingQiu tocó el suelo inmediatamente seguido de todos los demás, uno tras otro como si hubiesen caído de una gran altura.

Confundidos por lo sucedido se incorporaron para tratar de ubicar en dónde se encontraban en el bosque alrededor del palacio HuanHua, era fácil de identificar por la vegetación tan distintiva y el camino bien arado.

—¿Un portal que nos llevó de Cangqiong al palacio HuanHua?- cuestionó Ming Fan

—Es absurdo, además esa cosa era gigantesca. ¿Cómo llegamos aquí, Luo BingHe?

—¿Por qué asumes que yo tengo que saber la razón de cualquier cosa mala?- le respondió Luo a Liu QingGe.
En el fondo Shen QingQiu observaba todo a su alrededor como tratando de identificar algo que les pudiese dar una respuesta. Sin embargo antes de poder atar cabos, el sonido de las pezuñas de un caballo los alertó a todos y se incorporaron adecuadamente al presenciar la llegada de un carruaje.

Varios achicaron los ojos tratando de divisar quien lo conducía. Quedando sorprendidos por notar que se trataba de un lacayo demonio.
El carruaje se detuvo a un lado del camino y del interior se escuchó una voz masculina que ninguno reconoció.

—El maestro Shen QingQiu se pasea como en primavera por los alrededores del palacio de honor terrenal, es eso muy valiente.

En ese momento algo hizo clic en la mente de Shen Yuan.

"Palacio de Honor Terrenal"

Era así como Luo BingGe había nombrado al palacio HuanHua después de su ascenso como monarca del territorio ajeno a las cumbres, inaugurandolo como el portal directo entre el reino demoníaco y el mundo humano.

Algo dentro de él se amargó y sintió sus piernas temblar un poco, no sabía si era prudente hacer algún comentario, después de todo, las cosas que sabía del BingHe original venían todas de un mundo completamente desconocido, y si de pronto hablara de una transmigración del futuro, o siquiera mencionaba que estaba inmerso en una historia, la gente diría que ha perdido la cabeza.

—...Yo.-
Titubeó Shen Yuan intentando mirar con agudeza par ver si lograba adivinar quién hablaba desde el interior del carruaje.
Una risita se escuchó y la cortina se abrió revelando a un ministro del reino demoníaco quién estaba a punto de emitir algún comentario burlezco, sin embargo al ver a Luo BingHe detrás de Shen QingQiu, su cara palideció y se quedó boquiabierto unos segundos.

Liu QingGe, Yue QingYuan, Ming Fan y Ning YingYing se miraron entre ellos sin entender demasiado.

—¡SACRILEGIO!- gritó el ministro sacando medio cuerpo por la ventanilla y señalando enérgicamente a Luo BingHe.
—Shen QingQiu y los demás señores de Cangqiong han hecho brujería.

Liu QingGe se mostró inmediatamente molesto y camino un par de pasos hacia adelante con la intención de reclamar, pero Yue QingYuan lo detuvo a tiempo.

—¡Pidan a los guardias del palacio que apresen a Shen QingQiu, por mancillar la imagen su Majestad Luo BingHe con un clon, una copia!

—¿Majestad?- susurró Ming Fan sin entender nada. Yue QingYuan le hizo una seña con la mano para que guardara silencio.

Shen Yuan no tuvo otra opción más que hablar a través de lo que sabía e intentar aminorar un poco la presión de la situación.
En contra de todo pronóstico hizo una suave reverencia que causó asombro en su séquito.

—No era mi intención ofender a su majestad, he venido al palacio para presentar a su majestad una situación crítica, como puede ver.

El ministro hizo una expresión complicada, pero de todos modos, los lacayos que lo acompañaban en la procesión ya los te Ian rodeados.

—Dejaremos que su Señoría decida eso, señor de la cumbre Qing Jing.

El carruaje avanzó después de eso, pero los lacayos no dejaron de rodearlos con la mano en la empuñadura de la espada.

—Shizun, ¿Que sucede?- le cuestionó BingHe mientras se acercaba a él y le tomaba de la manga de la túnica.

—¿Recuerdas a ese otro Luo BingHe que se apareció en la casa de bambú?- BingHe asintió como si comenzara a comprender.
—Estamos en el mundo de ese BingHe. En este mundo te volviste monarca después de derrocar al palacio HuanHua y a varios otros señores. Hiciste un harén y gobernaste próspero.

—¿Cómo sabe todo eso, Shizun?

—Yo...ah. Estuve aquí en un viaje onírico antes, por eso es que también me había encontrado antes con ese Luo BingHe, ¿Recuerdas?

Luo asintió en silencio. Los otros también habían escuchado la explicación de Shen QingQiu, y procurando hablar bajo para que los lacayos alrededor no escucharan demasiado, Liu QingGe se acercó a Shen QingQiu.

—¿Y tú? ¿Que pasa contigo en este mundo?

—Fui asesinado por Luo BingHe, en venganza por mis mal trato hacia su persona  en sus tiempos de estudiante. Desconozco mucho sobre mi en este lugar, es lo que tenía entendido.

BingHe puso una expresión complicada.

—Shizun, yo nunca...

—Tranquilo, todo está bien.- le respondió  dando suaves palmadas a su brazo y tomando momentáneamente su mano.

A lo lejos se escucharon numerosos pasos y cuchicheos que llamaron la atención.
Sus miradas atraparon una imagen específica, pues hacia ellos se aproximaba Sha HuaLing, a diferencia de la versión que habían conocido excéntrica y vulgar, está iba vestida con recato pero manteniendo los colores vivos que la caracterizaban.

Al llegar frente a ellos puso una expresión complicada.

—Maestro Shen QingQiu, ¿Que hace deambulando sin guardias? Si iba a venir con los señores de las cumbres, debió avisar para mandar una escolta adecua-

Sus palabras se vieron interrumpidas cuando al recorrer a los implicados con la mirada, cayó en un rostro demasiado familiar.

—Luo Bin-
—¿Cómo? ¿Maestro Shen QingQiu?

—¿Me creerías, Sha HuaLing, si te dijera que no soy el maestro que conoces?

El otro yo  |BINGJIUWhere stories live. Discover now