Capítulo 37

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Luz Noceda



Un sinfín de pensamientos inundaron mi mente mientras caminaba junto a la peliverde. ¿Qué había ocurrido? ¿Qué era eso que Amity tanto se empeñaba en no decirme? ¿Eso me hacía culpable de que ambos se alejaran entre sí?



Y... ¿Ritch tenía una hermana?



Tardé más de la cuenta poder finalmente mandar a la mierda tantas preguntas sin respuesta y reaccionar, liberándome del agarre de Amity para dejar de caminar.



—Aquí no— soltó ella, casi de inmediato. En su voz había un leve deje de súplica, eso me desarmó por completo.



—Amity...



—Ignóralo ¿Sí?



—¿Cómo quieres que ignore todo eso?— pregunté, retomando un suave caminar, pues empezábamos a llamar la atención ahí, sin movernos.



—Dijiste que confías en mí



—Lo hago...



—Entonces deja de lado todo esto— suspiró. —Ritch solo está intentando...



—Decirme algo que tú no puedes decirme— la interrumpí. La cara que puso tras eso me confirmó que yo estaba en lo correcto. —¿Por qué? ¿Tan malo es?



—No es nada...



—Amity...— repliqué, mirándola.



—Es sobre mis padres ¿Sí? ¡Siempre es sobre ellos!— resopló, exasperada. —Jamás lo aceptarán y Ritch lo sabe. Creía que tú no estabas al tanto de ello y por eso hizo todo este drama



La miré, fijamente, un par de segundos, intentando descifrar si lo que acababa de decirme era toda la verdad. Me decepcionó concluir lo contrario.



—Está bien...— murmuré en respuesta. —Dejemos el tema



Quedaban menos de tres calles para llegar a nuestras respectivas casas y, aunque ya no tenía ánimos de seguir hablando, lo hice, como si no me hubiera afectado en nada aquella última conversación.



Me convencí internamente que, si Amity me estaba ocultando algo, debía tener una razón sumamente importante para hacerlo.



Yo confiaba en ella y ella en mí. No iba a arriesgar eso por algo que quizá ni siquiera tuviera relevancia...



(...)


—¡Luz!— vociferó Gus al verme entrar por la puerta de la casa de Lindsey.



Me sorprendió encontrarlo ahí, pues la castaña no me había dicho nada al respecto.



—¿Qué haces aquí?— pregunté, dejándome jalar por Lindsey hacia donde, supuse, era su sala de estar.



—Sabía que no le habías dicho nada— le dijo el ojinegro a la castaña.



—Ay, cállate, tú estuviste de acuerdo conmigo, no te hagas la víctima



—¿Decirme qué?— los interrumpí, justo cuando llegábamos a nuestro destino.



La sorpresa que me llevé al ver a Gus, no se comparó ni un poco a la que sentí cuando miré a Ritch y Mattholomule ahí, cómodamente sentados en los sillones del lugar. Apenas y pude saludarlos con normalidad, antes de enfocar mi vista en Lindsey, pidiendo respuestas.



Plan de Romance (Lumity) Where stories live. Discover now