Dame tu mano

Capítulo 11

Harry y Severus pasaron gran parte de lo que restaba de la mañana comprando, Severus se estaba asegurando que tuviera todo lo que necesitaba y más. En la tienda de ropa el pocionista le compro al niño un guardarropa, no podía decirse que era uno nuevo ya que Harry nunca tuvo un guardarropa, así que se aseguró de que tuviera todo, pantalones, remeras, camisas, sweaters, remeras de manga larga, shorts, un traje, ropa interior, zapatos, también le consiguió túnicas de diario y algunas más elegantes, le consiguió guantes, bufanda y botas, también un abrigo, luego de eso el pocionista lo llevo a la librería, sabiendo que al niño le gustaba leer, le indico que eligiera algunos libros que fueran de su interés, lo bueno del distrito magico de japon es que fusionaba lo muggle con lo magico, así que podias ir a una libreria y comprar todo tipo de libros, magicos y no magicos. Harry tomo algunas novelas de fantacia, también eligio libros sobre animales y un libro sobre runas antiguas para principiantes, le parecia super curiosa la teoria de poder colocar tu magia en un pequeño dibujo, también eligio un libro sobre pociones, despues de todo era el trabajo de su padre.

Severus por su parte tomo algunos libros con cuentos magicos para niños, algunos sobre historia y cultura magica, y luego eligio un curioso cuaderno para colorear animales magicos que mientras pintabas te contaba curiosidades sobre la criatura, Severus penso que eso le gustaria al niño y lo ayudaria con su curiosa desatención ya que indudablemente estaría estimulando su cerebro, por ultimo un libro infantil sobre la meditación. Harry estaba asombrado con todo lo que su padre le estaba comprando y estaba feliz, muy feliz con el libro para colorear, por lo que Severus suguirio que antes de ir a comer pasarán por una tienda para niños y el podria escoger sus pinturas y quizás algún juego o juguete que quisiera. Harry abrazo su pierna al escucharlo, ese hombre era lo mejor que le podía pasar a un niño, incluso si a veces era un horrible maestro de pociones.

Harry eligió algunos lapices de colores y Severus le sumo acuarelas, pinceles y tizas, luego el niño como juguete especial eligió un rompecabezas que cambiaba una vez que armabas la imagen y debias comenzar de cero algo que a Harry le pareció fascinante y a Severus estresante, más el hombre se lo adjudico a la edad. Mientras esperaban para pagar, Severus vio en la sección de peluches dos que le parecieron muy icónicos eran un ciervo y una cierva, el pocionista lo penso un momento, pero sabia que debia dejar atras todo lo vivido con James Potter y los merodeadores para criar a Harry, después de todo era hijo y ahijado de uno de ellos, Severus nunca avalaría el comportamiento, jamas lo excusaría en bromas o cosas de niños, pero queria criar al niño y queria dejar atras el odio, además pronto tendria en su puerta a uno de los merodeadores. Severus tomo los peluches y los agrego al canasto que llevaba Harry, diciendo que luego le contaría una historia.

Lucius llego a la mansión Malfoy un poco sorprendido por sus propias acciones, fue directamente hasta su despacho donde saco su propio baúl y comenzo a colocar allí sus más valiosas pertenencias, cosas que no podia tocar un elfo sin morir, dada la cantidad de magia oscura que contenían, suspirando y ordenando sus pensamientos dentro de sus escudos de oclumancia llamo a su elfo de confianza.

-Dobby-

-El maestro llamo a Dobby?-

-Quiero que empaques todas mis cosas y todas las cosas de Draco y las lleves al departamento Malfoy en el callejón Diagon, puedes hacer eso?-

-Si señor, Dobby puede..- el elfo lo miro un momento y Lucius hizo una seña para que hablara -El maestro esta bien?-

-Si Dobby, solo... solo estoy cansado..- dijo mirando al pequeño elfo a quien su esposa había despojado hasta de la ropa tradicional. El elfo no estaba convencido, podía sentir la tristeza salir de su maestro, pero asintió y con un chasquido desapareció para empacar todo lo que había solicitado su maestro.