Palabras de Dios (Capitulo Especial)

1K 85 7
                                    

...Ser humano significa tener limites.

Eso lo aprendí por las malas.

Desde que era un niño, mi vida fue una completa desgracia en muchos sentidos, mi madre era tan estúpida como siempre, tan sumisa ante los deseos irremediables de mi padre.

¿Acaso ese hombre merecía ser llamado padre?

Ahora que lo pienso, es mi padre biológico, pero no es mi "padre".

Pero la única mujer que en toda mi vida me ha llegado a amar, fue mi madre.

Entonces... ¿Por qué? ¿Por qué nunca levantó la voz o la mano contra mi padre cuando aquel hombre despreciable me golpeaba? ¿Por qué decía que me amaba con toda su alma si dejaba que me hiciera eso? Nunca lo pude entender, incluso hoy en día.

Gastaba el dinero que obtenía en alcohol barato, siempre dándole una paliza a mi madre cuando llegaba a casa después de la media noche.

¿Por qué siguió amando a ese hombre a pesar de ser un bueno para nada? Una inutilidad humana que no tenía ningún tipo de beneficio a aquel pueblo lleno de gente estúpida.

Fue ahí cuando me dí cuenta que el amor era algo peligroso, algo enfermizo y podrido que solo genera momentos placenteros cuando está en su auge.

A veces quería preguntarle a mi madre, preguntarle sus razones para seguir amando a mi padre, las razones por las volteaba a otro lado o se quedaba quieta y cerraba los ojos cuando era brutalizado por los puños de aquella basura humana.

Cuando crecí y alcancé la adolescencia, no tuve otro remedio que ganar dinero de trabajos pesados y apuestas, era bueno en el ajedrez y en general, cualquier otro juego de mesa que se me presentara, aunque siempre terminaba humillado por los apostados con golpes o arrojando mi comida al suelo, lo único que podía hacer era simplemente apretar mis dientes y cerrar mis puños con ira.

Cuando mi madre murió, no lloré, no solté ninguna lagrima aunque en el fondo sentía aprecio por aquella mujer que lidió con tanta basura en su vida, me decía que me portara bien, que siguiera el camino de Dios, que cuidara de mi padre cuando este se encontrara mal, me decía que no me olvidara de amar y ser amado.

Menuda mierda falsa tenía mi madre en su cabeza, realmente la apreciaba mucho, es una lastima que tan buena persona (e ingenua) haya sido victima de un hombre con maldad en su corazón podrido.

Aunque mi corazón también esta igual o peor de podrido, odio mucho eso, porque cada vez que me emborracho, me comporto igual que mi padre, por esa misma razón he decidió nunca más embriagarme con el placer del alcohol, no ganaba nada bueno después de todo.

Matar a mi padre y ver a ese estúpido viejo sufrir, no fue algo placentero ni algo doloroso, simplemente hice lo que debía, para mi era como dormir otra noche, levantarme de cualquier otro día en la mañana.

Entonces, en su lecho de muerte, después de haber pasado mucho tiempo siendo envenenado por aquel liquido que yo ponía personalmente en sus bebidas alcohólicas, tuve la oportunidad de conocer a los Joestar.

Admitía que antes pensaba que no eran más que otro montón de idiotas hipócritas adinerados y acomodados que solamente tenían un estatus social.

Hasta que conocí a Jonathan y a su padre a fondo.

¿Acaso era envidia? Yo, DIO, realmente sentí envidia en aquel entonces, un padre tan perfecto, un hijo perfecto (aunque un poco torpe), y una madre dedicada... Los odiaba con todo mi ser, hoy en día admito abiertamente que tenía un sentido infantil perspectivo sobre ellos, pues ahora que lo pienso, 100 años después, ellos poseían lo que pocos.

Jojos en MHA (JJBA x BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora