Capítulo 48

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La ira venidera


― Niamh. ―la voz que me llama suena lejana―. Niamh. ―mi primer movimiento al estirar mi cuerpo es doloroso.

― Ay... ―me quejo y abro mis ojos como platos.

La ventana me indica que está amaneciendo. La sábana que cubre parte de mi cuerpo roza mi piel dejándome claro que estoy desnuda. El corazón empieza a martillarme con fuerza al recordar cómo perdí mi virginidad.

Con Haziel.

Un Arcángel.

Que aún no ha caído.

― No te escondas de mí. ―lo escucho decir cuando intento arroparme más y me incorporo. Él está de pie, al otro lado de la cama, lleva la ropa de anoche. Su expresión es seria, como si no estuviese de buen humor.

― Y-yo... quiero ir al baño. ―le digo aferrándome a las sábanas con nerviosismo―. Dame... privacidad. ―musito y lo oigo soltar un suspiro.

― Necesito arreglar un asunto. ―dice con sequedad y lo miro ceñuda―. Por eso te desperté, no quería que despertaras y no me encontraras...

― Anoche no querías dejarme sola, ¿Ahora no te importa hacerlo? ―no sé por qué soné dolida, pero un sentimiento culposo y rencoroso empieza a invadirme. Bloqueo al instante todo y miro hacia la pared―. ¿Qué hay de tu herida?

― Anoche te dije que podías curarme. ―alzo mis cejas cuando él dice eso y luego aprieto los dientes.

― ¿Me usaste sólo para curarte?

― No seas tonta, Niamh. ―espeta

― Ya puedes irte. ―susurro mirando hacia su dirección pero no a él directamente.

― Cuando regrese hablaremos. ―dice como si nada y se va.

Respiro hondo repitiéndome varias veces que no me arrepiento de nada. Pasó y ya.

¡¿Cómo se atreve a tratarme así?! Es decir... ¡Estuvimos juntos! ¡Piel con piel! ¡Follamos, tuvimos sexo o como sea que se le pueda llamar!

Cálmate.

Respira hondo.

― Al fin y al cabo no es humano. ―suelto saliendo de la cama con dificultad sin atreverme a mirar las sábanas. ¿Por qué me duele tanto la entrepierna si sólo fueron dos veces? Debo reconocer que fue algo rudo la segunda vez pero... ¿Por qué me duelen el cuello y las rodillas? Sólo deben ser los muslos, según Elsie.

El baño de la habitación es grande, tiene una bañera y también tiene ducha acristalada. Me ducho con lentitud sabiendo que tengo todo el tiempo del mundo para bañarme y tardar lo que quiera. Enjabonarme mis partes íntimas me recuerda el por qué me duelen.

Me paseo en toalla por el pasillo en busca de otra habitación que contenga ropa femenina. Sé que hay una porque Haziel mencionó algo sobre ella. La segunda puerta del pasillo izquierdo contiene una habitación pintada de blanco con muchos toques femeninos. Cabe destacar que la primera puerta de este pasillo no quiso abrir, así que apenas consiga ropa adecuada iré a forzarla hasta abrirla. La curiosidad es una virtud que no me he reprochado nunca.

― Esto es raro pero no haré objeciones. ―me digo mirando toda la ropa del clóset. Hay vestidos de gala, casuales, de invierno, verano... pantalones de vestir, jeans, short de lana, de mezclilla... es una boutique. Hay un extenso clóset de zapatos que me deja boquiabierta. ¿Qué es todo esto? ¿Quién vive aquí? y por si fuera poco hay un rincón con una peinadora, el espejo es enorme y hay cajas de maquillaje, brochas, muchas brochas y paletas de todos los colores y tonos que pueda existir.

Deseo de arcángel [+18]Where stories live. Discover now