Capítulo 13

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Glamour

Bajo de la moto y todavía pienso en si debo darles las gracias a Zack por permitir que fuera a un baño antes de seguir el camino hacia el aeropuerto. No creo que le interese mucho mis gracias.

― Sólo sígueme y no hables hasta que se te haga una pregunta. ―me dice y asiento.

Me aferro al gran abrigo que él me facilitó después de pasar por una tienda en la cual yo no entré. Él simplemente se abajó de la moto y diez minutos después volvió. ¿Por qué no escapé? Coacción.

― Puedes terminar de comer tu pastel ―me dice y alzo las cejas.

Del bolsillo izquierdo del abrigo saco lo que queda del pedazo de pastel de fresa que él me compró. Le doy un mordisco cuidando de no comerme la servilleta. Miro de reojo que el lugar es un aeropuerto clandestino. No me sorprende, he visto esto en películas, y si existen ángeles en el segundo cielo que secuestran personas. ¿Por qué no un puto aeropuerto clandestino?

No creo que algo tan trivial me sorprenda de ahora en adelante.

― Ella es la chica ―alzo la mirada cuando Zack se detiene. Un tipo alto, muy fornido y rapado me mira de arriba hacia abajo. Humanamente aparenta unos treinta años y tiene los ojos oscuros.

― Un metro sesenta y cinco, piel morena, ojos avellanas cabello oscuro... ―hace una mueca―. Y con la regla. ―dice con desdén―. Hubiese sido genial una tipa rubia, metro setenta y cinco, ojos azules, piel...

― ¿Por qué no mejor algo más común? ―me burlo y él tipo me mira con enojo.

― No, nena. Tú eres común. ―espeta.

― Sí claro, como si no hubiese visto un rapado musculoso con aspecto de gorila de bar de mala muerte. ―murmuro y le doy otro mordisco al pastel. ¿Cómo supo mi estatura a la perfección?

― Hey, no la lastimes, no tenemos otra ―advierte Zack y hago una mueca de fastidio.

Idiotas.

― Bien, ¿cómo sé que no es falsa? ―pregunta el tipo y trato de no ofenderme.

― No seas imbécil ―punto para Zack―. La chica salió de la cabaña de Nigel. Al parecer el ángel del Beta no estaba.

― Ajá, ¿el ángel no tenía la barrera de Luz Beta en el lugar? ¿Cómo demonios escapó? ―ambos me miran con interrogación y yo trago duro el último pedazo de pastel.

― Tengo la regla. ―miento y ellos se miran tratando de decir "es posible".

― Fui al chacal de Minerva. ―dice Zack―. Le pedí una bebida. Me dijo que en menos de ocho horas la sangre se detendrá.

― ¿Qué? ¿Me diste una poción? ―pregunto con un matiz de enojo.

― Te dije que no hablaras hasta que se te...

― Okay. ―refunfuño.

Bien. Debí suponer que cuando me compró la botella de agua y esperó a que le diera dos tragos para quitármela e irse por el pastel era para verter algo en ella. Con razón me obligó a bebérmela toda cuando regresó. En realidad, él robó el pastel y el agua. ¿Qué panadería está abierta a las dos de la mañana?

Bueno lo único completamente abierto a estas horas es mi mente. Las palabras de Haziel no cesan de repetirse en mi mente y no entiendo por qué. Parece como si alguien las estuviera repitiendo a propósito, como si me lo estuvieran susurrando para tratar de retractarme.

Deseo de arcángel [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora