Capítulo 68

4.7K 604 611
                                    

No olvides seguirme, por favor.

Todo empieza y acaba aquí.

Mientras caigo en el abismo escucho voces extrañas, parecen susurros tormentosos y algunos de éxtasis; el frío me ha dejado inmóvil y las lágrimas parecen congelarse en mis ojos por algunos segundos hasta que siento algo caliente contra mí. Alguien me abraza con fuerza transmitiéndome su calor. Conozco ese perfume.

― Alguien te ha visto. ―es lo único que oigo y las náuseas típicas que me dan cuando me trasladan con rapidez sobrenatural aparecen. Esta vez no me llega oxigeno durante diez segundos. Con Haziel nunca pasó eso.

Siento que voy en una montaña rusa y cuando ya creo desmayarme por la falta de oxígeno mis pies pisan algo estable y húmedo.

― Él nos persigue, corre hacia la carretera, muévete. ―un Blay alado me empuja en una dirección y reacciono llenando primero mis pulmones de aire para luego empezar a correr ignorando el leve mareo. También típico.

Es de noche, la luna está en algún lugar del cielo nocturno porque su luz se filtra entre los árboles perenne de mí alrededor y aquí también está lloviendo. Como aquel día. El bosque está frío y húmedo, pero nada tenebroso ni con raíces enormes como en el que anduve huyendo hace un par de minutos. Sin embargo, el miedo está en mis tuétanos y aunque he decidido no temer es algo que no está en mis manos.

Cada movimiento de mis músculos envía dolor a todas partes, no tengo tiempo para pensar si estoy sangrando o llevo hematomas grandes, sólo me concentro en no llorar y en calmar a mí corazón roto.

Estoy en casa, estoy en Cícero, en Berwyn... veré a mamá, a papá... a Jack. Es lo que me repito mientras corro jadeando y con manos empuñadas.

Todo estará bien.

Un calor inexplicable en medio de la fría lluvia aparece a mis espaldas y siento la presencia de algo más.

Aquí comienza y acaba todo. ―dice una voz distorsiona detrás de mí, muy por encima de mí y me aterrorizo sin querer detenerme ni mirar hacia atrás. Algo me persigue y ya no soy capaz de luchar, mis fuerzas están agotadas, mis músculos arden, mi respiración es lenta como si el oxígeno no fuese hecho para mí. No puedo luchar así, no puedo usar fuego, no de arcángel.

Lo que me persigue salta delante de mí haciéndome derrapar en la tierra mojada y un grito desgarrador se escapa de mis labios.

Es mucho peor que los cuervos en el Beta, es mucho más grande, tiene muchas patas, mucho pelo y parece tener tentáculos. Quedo petrificada y Blay aparece.

― Ya acabo con él. ―es lo único que dice saltando hacia la criatura con ayuda de sus alas oscuras, las cuales veo a la perfección que en los bordes parecen estar resplandeciendo de un rojo, parpadeando como un carbón encendido.

Miro como Blay rodea al demonio sin miedo, con experiencia y seguridad. Lo rebana, literal de una sola estocada con ayuda de una espada corta, miro aterrada tumbada de espaldas en el lodo con mis codos sirviéndome para apoyarme en ellos que mi mejor amigo sigue rebanándolo y algo sale de la masa inmovible que se ha convertido la criatura, como una sombra vaga color negra que se sumerge en la tierra como si fuese absorbido.

Sólo se escucha el sonido de la lluvia, el castañear de mis dientes y el palpitar descontrolado de mi corazón.

Miro el cuerpo hecho nada del demonio como se encoge poco a poco.

― Nia... ―Blay se arrodilla delante de mí y me ayuda a sentarme correctamente―. Estás temblando... ―susurra quitándome algunos mechones de pelo de la cara―. Era un demonio provocador de accidentes. ―añade abrazándome lentamente.

Deseo de arcángel [+18]Where stories live. Discover now