DESAFÍAME ▪︎ FERRÁN TORRES

39. NO COMO LA LUNA Y EL SOL

"Me enamoré de ti perdidamente. Y nuestros mundos son tan diferentes. Me enamoré de ti y qué le voy a hacer"

Me enamoré de ti, David Bisbal

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Un mes y medio más tarde

Lunes 24 de mayo

FERRÁN

-Hasta mañana tío-me dice Rodri en cuanto salimos del entreno-. Mañana cena de convocados-dice y yo me río.

Es una locura, esta mañana se ha hecho oficial mi convocatoria para la Eurocopa. Estoy eufórico perdido y estoy deseando llegar a casa para contárselo a mi chica. Mencía se va a poner súper contenta. Me atrevería a decir que se alegra más ella que yo. Cada vez que meto gol o me pasa algo bueno, mi chica lo celebra como si fuesen sus logros.

Tanto Rodri, como Eric, como Laporte, como yo, hemos sido convocados y hemos quedado en cenar mañana y hablar un poco del torneo. Tenemos muchas ganas de que sea ya junio y darlo todo.

Mencía no llega hasta las ocho y media de la noche así que en vez de ir a su casa me voy a la mía. Este mes y medio he estado viviendo con ella, aunque lo cierto es que hemos estado ido y viniendo dependiendo del día. Un día estábamos en su casa y al otro en la mía. No llevamos una rutina fija y nos adaptamos a los acontecimientos del día y depende de como vaya surgiendo.

"Gorda, vente a mi casa esta noche"

Le mando el mensaje y sonrío. Se me ha ocurrido una idea especial para contarle mi convocatoria. Cojo las llaves del coche y me voy al Tesco. Conduzco mientras escucho la playlist de Mencía. La jodia se ha acaparado de todo mi espacio. Llevo su playlist en el coche, me he quedado sin sudaderas y me he acabado echando su colonia de coco todas las mañanas. Todos los domingos por la mañana, a excepción de cuando tengo partido, hacemos rutina facial y me echa mil potingues por la cara. Ha sido un mes muy intenso, pero me encanta hacer vida de pareja con ella. Salimos al cine por la noche, cenamos todos los viernes fuera y la acompaño al centro comercial. Le llevo el bolso y le presto mis zapatillas cuando se cansa de llevar los tacones.

Entro al supermercado y miro la lista de ingredientes. Quiero sorprender a mi chica, no tengo ni idea de cocinar, pero voy a hacer el esfuerzo por ella. Cuando estamos en mi casa la que cocina es ella, ella o Jordan. El inglés viene de continúo, se ha catalogado a él mismo como nuestro hijo adoptivo porque lo de sujetavelas no lo lleva bien.

Compro una cuantas velas blancas con olor a chocolate blanco y me dejo llevar por lo que me aconseja la chica del supermercado.

Llego a casa y dejo todas las bolsas en la isla de la cocina. Coloco toda la comida en su sitio y me quito la sudadera. Hace calor y necesito estar ligero para concentrarme. Ha sido difícil elegir el plato, pero al final me he decantado por algo muy nuestro. Voy a intentar hacer una paella de marisco. Sí, paella para cenar hasta a mí me parece una aberración. Lo dejo todo preparado y subo a ducharme.

Desde que vivo con Mencía le doy mil vueltas al tema de la ropa. Me lo ha pegado, ella siempre va divina y yo me he dejado arrastrar. Lo que si que tengo claro es que se va a enfadar. Esta mañana no se encontraba nada bien y se ha puesto un look muy sport.

Me va a reprochar que no está nada arreglada así que por eso opto por unos pantalones grises del chándal y nada más. Son sus favoritos y sé que pierde los vientos cuando me ve sin camiseta. Me tiro en el sofá a esperar a que venga. Hoy tenía una reunión con el departamento de calidad y por eso vuelve más tarde.