DESAFÍAME ▪︎ FERRÁN TORRES

48. SORPRESA POR PARTIDA DOBLE

"Tú y yo somos uno para la eternidad. Eres el reflejo de toda mi verdad. Todos nuestros días por ti voy a luchar. Cuando nos miremos ya no habrá soledad"

Somos uno solo, La Reina del Flow

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Un año más tarde

-Mencía, no lo alargues más-dice mi madre mientras pone la mesa.

-Estoy acojonada mamá-suspiro.

-Te entiendo, pero tienes que saberlo.

Mi madre bordea la isla y me abraza. Acaricia mi cabeza y me da un beso en la mejilla. Al separarme de ella, cojo la bolsa de la farmacia y suspiro.

-¿No quieres esperar a Ferrán?-pregunta mi madre y yo niego.

-Si al final es verdad que estoy embarazada quiero decírselo de forma especial. Imagínate que sale negativo, vaya chasco se va a llevar el pobre. Ni siquiera sabe que dejé de tomar la píldora.

Mi madre asiente y nos vamos directas al baño. Sin duda alguna es la espera más larga de mi vida. Estoy sentada en el suelo mientras que mi madre camina desesperada por el pequeño cuarto de aseo.

Sé que estoy embarazada, al igual que otras veces sabía que no lo estaba y los test me dieron siempre la razón, esta vez presiento que si lo estoy. No sé si eso se siente o no, pero yo sé que estoy embarazada. Por eso tengo tango miedo y por eso he retrasado el momento de hacerme el test. Son dos meses en los que no me baja la regla y sí que es sospechoso. Dos meses en los que me he estado cuidando por si acaso.

La alarma de móvil suena y miro a mi madre angustiada. Me levanto del suelo y giro el predictor.

Embarazada de 2 meses

Abrazo a mi madre mientras las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Vivir este momento con ella es único. No es Ferrán, pero siento que la persona que mejor me puede entender ahora mismo es mi madre. Las dos estamos llorando a mares, llorando de felicidad. Me tapo la boca con la manos mientras mi madre me sonríe emocionada.

-Enhorabuena mi niña-me acaricia la mejilla y sonríe.

-Ahora toca pensar como se lo voy a decir al padre-niego con la cabeza mientras suspiro.

Todos nuestros amigos ya son padres y según ellos ya nos tocaba. Tengo veintisiete años y siento que es un buen momento para ser madre. Todavía somos muy jóvenes y me apetecía muchísimo disfrutar de Ferrán a solas.

-Voy a pedirte cita con el ginecólogo, si las cuentas no me fallan estas de nueve semanas Mencía-mi madre coge el teléfono y sale al jardín.

Ella es la que entiende, yo ahí no me meto. Mi padre llega y nos observa a las dos. Le he pedido a mi madre que por favor, no diga nada. Quiero que el primero en enterarse sea Ferrán.

-¿Qué os pasa?-pregunta mi padre picoteando de la comida.

-Nada que hemos visto una película y aún no se nos ha pasado la emoción-dice mi madre mientras le da una manotada para que no siga comiendo.

Ferrán llega a casa y no puedo evitar sonreír. Es que no veo el momento de contárselo, doy saltitos como una niña hasta llegar a él. Rodeo mis manos en su cuello y lo beso.

-Qué contenta estás, ¿no?-dice mi marido poniendo su mano en mi culo y apretándolo fuerte.

Nos volvemos a besar, mi boca busca la suya desesperadamente. Nuestros labios se acarician con dulzura. Ferrán saborea mi labio inferior y me sonríe.