1919 (L.S.)

Capítulo 24: "Torturar sin piedad, matar sin mirar"

Bien... necesito aclarar ciertos puntos.
Rose no esta "loca", ni es así porque quiere. Rose sufre de pseudodemencia depresiva, un trastorno psiquiátrico preexistente que se va demostrando poco a poco con alteraciones del estado de animo, confusión, desorientación del espacio-tiempo o alteraciones del juicio y comportamiento, afectando por completo una vida social. Es un trastorno consecuencia de una depresión JAMAS atendida. Ojo... hablo de cuestiones neurológicas.
Claro... estamos hablando de una historia situada en el siglo pasado donde no se habían descubierto estas enfermedades, si hasta el día de hoy hay tantísimas que desconocemos, imagen como era hace mas de 100 años.

Louis es un veterano de guerra. Louis fue entrenado para que el poder tome su juicio. Louis no es malo, simplemente obedece a su instinto implantado, además de sufrir traumatismo post guerra.

NUNCA JUSTIFICARE LA VIOLENCIA, NI HOY NI HACE CIEN AÑOS NI EN UN FUTURO.
Consideren la época de la historia para estos aspectos y como siempre he mencionado.

¡ES FICCION!

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Rose mira de reojo cuando Mery deja una bandeja repleta de comida a lado de su cama.

Con todo el mutismo envolviéndole, escucha las pisaditas que da la mujer hasta desaparecer tras la puerta.

Pero justo unos cuantos segundos después, escucha como el pestillo es encajado en la cerradura.

Cuando nota que los pasos de otros son nulos, camina hasta la perilla, girándola con desesperación confirmando sus especulaciones.

Claro... porque Rose tiene esa maldición donde todo lo que especula se vuelve realidad.

Rose cuenta con esa blasfemia.

—Hijo de puta –musita rendida después de varios minutos forcejeando con la llave – ¡William!, ¡William!, ¡abre la puta puerta!, ¡maldito bastardo!, ¡maricón de mierda!

Fred se espanta, de pie a un lado de la puerta; los golpes que da la dama son exageradamente fuertes.

Puede sentir el amargo odio a través de sus palabras.

Confirmando una y otra vez; que Dios no crea a los malos.

Dios no señala a con su quienes vivirán con un corazón empantanado con odio, ira y coraje.

Pero algo que sí sabe es que las personas malas son resultado de la ausencia de Dios en su corazón.

Fred ha pasado toda la noche con su mente girando dentro de los mismos argumentos.

Descubriendo que la maldad no necesariamente es hablar majaderías o tirar mentirillas.

La maldad lo rodea.

Ve muchos embusteros y entre ellos muchos injustos; causando por completo su disgusto.

Ve demasiados hipócritas, esos que se hacen pasar por capullos; para engañar a los chanchullos.

Ve a miles de inocentes, e idealistas venerando cualquier credo, dando por los demás un dedo.

No es asombro que en la iglesia te encuentres con la sociedad más rica de Londres, esos señores feudales con sacos de dinero gracias a sus esclavos y corrupciones.

Cuando entras a la iglesia tu vista se ilumina y asombra con preciosas vistas barrocas, donde las molduras de granito están resaltadas con lámina de oro, paredes blancas y estatuas de Santos vestidos con las mejores ropas, coronas y joyas.

Pero desde cuando... ¿desde cuándo el negro es oscuridad y el blanco bondad?

Mira a su alrededor blancura, luz y esplendor.