Capítulo 37: "Je t'aime"

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Francia, 31 de enero de 1918.

—Bueno... es más bonito de lo que creí -susurra Harry cuando siente a Louis llegar por la parte de atrás abrazándolo de la cintura.

La vista del Hotel De Crillon sin duda alguna es preciosa.

El Primer Ministro Francés Raymond Poincaré* les tenía reservado dos habitaciones en el mejor hotel de la capital parisina.

Habían viajado en un barco de la marina, recibidos en el puerto con una alta escolta de seguridad, fueron rodeados en todo momento por soldados franceses y conducidos en uno de los carruajes, ahí varios políticos fanfarrones franceses les dieron la bienvenida con sonoras palmadas en sus hombros, entre los dos se miraban afligidos, más cuando buscaban entablar una ardua conversación con el ojo verde quien solo se limitaba a sonreír, estos mismos encaminaron hasta la capital siguiendo el carruaje que les transportaba.

Al mismo tiempo, Harry se encontraba maravillado al ver a su amante hablar con tremenda fluidez su lengua materna, además de venir por asuntos oficiales, a solas a Louis le encantaba presumir que sería el traductor oficial del Secretario de Seguridad Británico y le juraba momentos increíbles a solas, Louis divagaba durante las noches antes de dormir sobre los platillos que le obligaría a probar, esas extrañas galletitas de harina de almendra y azúcar pulverizado que Louis presumía su madre preparaba exquisitamente hasta ese asqueroso platillo de caracoles mismo que Harry refutó en degustar de inmediato.

Louis rendido le abrazó por detrás susurrando que le concedería una preciosa velada francesa; el menor rió al escuchar eso golpeando ligeramente su abdomen mientras terminaba de empacar las maletas.

—Es una linda vista...

—Claro -carraspea Harry su garganta -, a ti te dan una espaciosa suite mientras que a mí una habitación de cuarta con una precaria cama individual.

Louis ríe contra la piel de su nuca siguiendo los pasos hacia atrás que dá el menor para ingresar a la habitación y cerrar el balcón.

—Bien sabes dormiremos en una sola habitación.

—Los del servicio de limpieza se darían cuenta.

—No si colocamos en las puertas el aviso de no molestar... o podridas regresar a ducharte en tu habitación.

—Pero me encantaría aún más hacerlo aquí.

—Y yo estaría encantado de tenerte por acá -susurra.

Cuatro semanas cumplen viviendo juntos, hoy oficialmente siento el treinta y uno de enero.

Acostumbrados a nuevas rutinas y una nueva vida, a Harry le parece extremadamente placentero, tanto que aún no puede creer que esta es su nueva realidad.

Solo han pasado cortas semanas, bien lo sabe, pero sea mucho o poco el goce que le ha dado despertar en un hogar con las personas que más ama es inexplicable.

—Lo tomare en cuenta.

—¿Nunca habías estado aquí antes? -cuestiona Louis colocando su mentón sobre el hombro del piloto.

—Más bien... nunca había salido antes del país más que a Escocia e Irlanda... pero termina siendo de Gran Bretaña también, además... es la primera vez que tengo pasaporte y el dinero para costear esto, aunque... pensándolo bien, realmente no estamos pagando nada.

—Merced de la diplomacia... hay que aprovecharlo mientras dure, ¿no? -ríe Louis mientras que el otro se estremece ante el cálido aliento contra el nacimiento de su cabello.

Harry se gira quedando cara a cara subiendo sus manos hacia los bíceps del teniente, la noche oscurece la habitación tienen una preciosa vista hacia la plaza de la Concorde y el parque de Champs-Élysées.

1919 (L.S.)Where stories live. Discover now