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Rompimiento y verdades.

Andrew.

Veo a Keira salir del restaurante sin voltear a ver atrás y sin poder evitarlo siento una opresión en el pecho. Se siente como si alguien me hubiera dado una paliza que jamás espere. Paso mis manos por mi cabello tratando de entender que esta pasando; hace unos días estábamos bien y ahora dice que no soy lo que busca. No entiendo que ha pasado, estoy demasiado perdido ¿Qué pasa con ella? No la entiendo en lo absoluto.

¿Las miradas que me daban fueron mentira? No lo creo.

¿Estar conmigo fue una pérdida de tiempo para ella? No lo fue.

¿No siente nada por mí? Es una completa mentira.

¿Qué la orillo hacer esto? No lo tengo ni puta idea, pero voy a averiguarlo.

Un hombre de traje y con un abrigo negro pasa cerca de la mesa y mi vista se queda fija en él reconociéndolo en el instante, lleva una sonrisa victoriosa plasmada en su rostro. El padre de Keira también estaba aquí, que gran sorpresa, diría que es una agradable, pero me temo que no soy tan farsante; no me agrada de ese hombre. Me pongo de pie y saco dinero de mi cartera dejándolo en la mesa; salgo del lugar y el frío me golpea el rostro y mi vista va a un auto que conozco bien «Sean». Cuantas casualidades en un solo día; no se si sentirme bendecido o maldecido con ello.

Mi mente maquina y las ideas me surgen solas, hay algo que no encaja en todo lo que esta pasando. Sé que Keira miente, pero no tengo claro cual fue el motivo que la orillo a hacer esto, me temo que estoy en blanco en cuanto a sus razones. Debo admitir que no me esperaba esto y lo que más me molesta es la forma que me vio a los ojos y me mintió a la cara; la conozco se cuando miente, no soy tan bobo para creer en esas palabras vacías. Lo que me arde es el hecho de que me oculta algo y al parecer no soy tanto para ella como para confiar para en mí. «No soy tanto para ella» mi mente repite eso amargándome más de lo que ya estoy.

Aprieto la mandíbula con la rabia que emerge de mí; me siento traicionado y creo que al final fui yo él que sintió más en esto. No me arrepiento de quererla, pero las mentiras no me agradan, fui sincero con ella y Keira decidió no serlo conmigo. No me importan las razones porque lo hecho, hecho esta y no hay manera de corregir las cosas por más que se desee.

Saco mi celular del saco y marco el número de la persona que necesito en este momento. Es la única que puede saciar mi curiosidad.

—¿Qué necesitas?

Al menos va directo al grano, me molesta pedir favores, pero siempre hay una primera vez para todo. Podría hacer esto yo solo, pero no tengo tanto tiempo que perder, si espero más solo voy a empeorar mi humor, más de lo que ya está.

—¿A quién llamo Ernest Fields este día? —cuestiono—, necesito la información en unas horas.

Hay un breve silencio en la línea y eso me hace poner mala cara, va a ponerme trabas que no necesito en este momento. No estoy de humor y no soy la mejor persona del mundo cuando estoy en este estado. Se cuanto repulsivo puedo ser cuando mi humor se vuelve oscuro, pero es algo que pocas veces sucede porque por lo general soy muy comprensivo.

—¿Lucia sabe que deseas esto?

Hago una mueca de molestia y claramente no sirve de nada si él no puede verla. Parece no entender la situación y claramente debo hacerle saber que no esta en condiciones de decirme lo que tengo que hacer.

—No necesito autorización de nadie—declaro con voz fría—, soy tu superior y si yo pido que me mandes esa información solo dices "de acuerdo", sin preguntas ni pérdidas de tiempo. No creo que sea tan difícil de entender, es muy fácil lo que pido.

AparienciasWhere stories live. Discover now