Ser El Del Medio 🦊

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Los días pasaban sin que me diera cuenta de nada. Tan encimismado me encontraba que dejé de prestar atención a lo que ocurría a mi alrededor.

Empecé a adquirir la costumbre de pasar tiempo en la biblioteca de Konoha indagando todo lo necesario sobre el clan Ootsutsuki.

Pero por más que busqué no encontré gran cosa. Solo lo relacionado a Kaguya Ootsutsuki y la cuarta gran guerra ninja, donde tanto mi padre como mi maestro se destacaron como heroes de guerra.

Luego de dos intensas semanas de estudio e investigación me encontraba en la misma situación. Esa tarde salía de la biblioteca sintiendo que había perdido el tiempo.

Con las manos en los bolsillos caminaba por las calles de la aldea cabizbajo. Nada. No tenía nada de información sobre aquel demonio que tenía hospedado en mi cuerpo.

Solo sabía que los Ootsursukis eran un clan tan poderoso que se consideraban dioses. Podían absorver el chakra del enemigo para fortalecerse a sí mismos.

A mi mente regresaron las imágenes del ataque que Momoshiki hizo tras interrumpir el examen chuunin. En verdad era alguien indesrtuctible, ya que fue capaz de derribar a mi padre y a mi maestro a la vez.

Rescatar a mi padre fue en verdad algo difícil de lograr y ahora lo tenía en mi cuerpo. No era para menos mi preocupación.

Cuando decidió tomar el control de mi cuerpo pude sentir su increíble y descomunal poder. Me resultó imposible detenerlo.

Golpee la pared de uno de los edificios frustrado.
-¡Demonios! - ¿qué haré si vuelve a controlarme? Momoshiki me lo dejó bien claro, se apoderará de mi cuerpo y de mí - Maldita sea.

-¿Qué sucede Boruto? - kawaki estaba a mi lado mirandome asombrado ¿en qué momento llegó?
- Metete en tus asuntos hermano - dije y seguí mi camino pero el muy maldito me siguió

- Desde que volviste de esa larga misión actúas extraño.
- Vaya hermano, eres el único que lo notó. Pero no es nada. Solo déjame en paz.

- Solo dile que lo necesitas y él te escuchará - me dijo, a lo que me quedé mirándolo sorprendido - Nuestro padre sabrá escucharte Boruto, pero tienes que decirle que es en verdad importante.

Sonreí con ironía y sin decir nada seguí mi camino, pero en ésta ocasión saltando de techo en techo. El atardecer caía y honestamente no tenía ganas de ir a casa.

Me detuve sobre el techo de uno de los más altos para mirar a la aldea sumergirse en la oscuridad de la noche.

Súbitamente todo desapareció a mi alrededor, ahora me encontraba en otro sitio. Era una habitación un tanto extraña. Una cama, un escritorio junto a la ventana, un armario. Y en una de las esquinas del lugar, arrinconado estaba Momoshiki. Pero era tan solo un niño de aproximadamemte diez años.

Se notaba que estaba muerto de miedo. Cuando la puerta se abrió el pequeño tembló, lloraba en silencio. Un hombre fornido entraba con aspecto demoníaco. Su voz gutural retumbó en el lugar.

- ¡Amor! ¡Piedad! ¡Miedos! Tales cosas son de los débiles, los inútiles creen en los sentimientos. Tú Momoshiki eres de la rama principal. Es tu deber ser poderoso ¡Y no perder el tiempo con cursilerías!

Descargó su furia y poder sobre el niño quien lanzó alaridos de dolor. Fruncí el ceño. Todo volvía a desvanecerse para regresar al mi realidad.

Volvía a estar en Konoha sobre el tejado más alto. El viento frío me envolvía. ¿Qué fue eso? ¿Acaso ví un recuerdo de éste demonio que está en mí? De ser así, podría indagar directamente de él todo lo que necesitaba saber. Pero ¿cómo?

Más interrogantes sin responder. ¿Quién era ese sujeto que atormentaba al niño? Suspiré profundo mirando las estrellas de la noche.

- Los sentimientos jamás serán signos de debilidad. Luchar por aquellos que quieres es lo que te dá la verdadera fuerza. Perdiste por dejarte convencer de lo contrario....Momoshiki.

"¿Quién dijo que perdí muchacho? Estoy en tu cuerpo y lentamente voy adueñandome de él. Por lo tanto ¿quién es el que realmente perdió?"

- Te equivocas si piensas que te saldrás con la tuya? Lo mismo sucedió cuando secuestraste a mi padre. Te creíste vencedor y mira lo que ocurrió. Fuiste derrotado, tu cuerpo quedó desintegrado

"Haré que mates a todos los que amas, empezando por tu padre. Y veremos si sigues con esos humos de grandeza...muchacho"

-No, nunca dejaré que me controles. No me obligarás a dañar a nadie....menos a él.

"Que estúpido es tu padre, no logra darse cuenta lo mucho que lo quieres. Se limita a igmorarte y eso te vuelve más vulnerable".

- Cállate demonio. Solo sabes hablar.

"Débil, muy débil eres. Por eso me aseguraré de acabarte"

Con dos saltos volví a la calle y me dirigí a casa. Al llegar mi hermanito menor Menma de trece años me recibió. Él, al igual que yo, era idéntico a nuestro padre. Solo que él heredó su gusto por la ropa y su carácter también.

Kawaki sonrió al verme llegar y mamá me dió la bienvendia con su habitual sonrisa también. Por supuesto que mi padre no estaba y ya no me sorprendía su ausencia. La cena se encontraba servida en la mesa.

El calor de mi hogar me devolvió a la vida, en verdad me gustaba aquello. Solo que la ausencia continua de mi padre era una espina clavada en mi alma.

- ¿Dónde estuviste? - me indagó Kawaki y para ser sincero empezaba a querer contarle sobre lo de Momoshiki. Me quedé mirandolo unos momentos en silencio. Luego suspiré profundo.

- Kawaki, tenemos que hablar hermano. - era lo mejor, decirle a él todo y contar con su ayuda en los futuros momentos en que este maldito demonio intente controlarme.

Pero en ese preciso instante su celular sonó, él vió el número y atendió. Era nuestro padre, y como es lógico, Kawaki perdió el interés no solo de mí sino de todo lo que sucedía a su alrededor, para alejarse a un rincón donde poder hablar tranquilo.

Kawaki y mi padre eran muy unidos. De echo él era su favorito, mientras que Menma pasaba tiempo con mi madre debido a que había heredado el baykugan.

Solían decir que se parecía al tío Neji en cuanto a técnicas e inteligencia. Al igual que a él, a Menma solían llamarlo genio.

Eso me dejaba a mí, el del medio, olvidado. Pero me alegraba por Menma. Su personidad lo llevaba a obligar a nuestro padre a prestarle atención quiera o no.

Pero volviendo a mi situación nada pude hacer, salvo volver a resignarme. Creer que podría confiar en Kawaki fue un error también.

"Un instante de debilidad más bien muchacho"

"Tú otra vez, limitate a permanecer callado maldito demonio".

Sus carcajadas retumbaron en mi mente. Apreté con fuerza mis labios y me fuí a mi habitación. Al cabo de unos minutos Kawaki entraba.

- Disculpa, debía atender esa llamada de nuestro padre. Era importante. - cerró la puerta mientras lo miraba con fingida indiferencia - Dijiste que teníamos que hablar hermano ¿qué anda pasandote?

- Nada importante Kawaki
- Oye Boruto, te dije que esa era una llamada importante de nuestro padre.
- Lo sé, te oí.
-¿Qué sucede?

- Nada que pueda interesarte. Ahora vete de mi habitación.
- Boruto
- Ahora Kawaki

No tenía por qué confiar en alguien que a simple vista prefería prestar mayor atención a un llamado telefónico. Además ¿qué podría hacer Kawaki por mí? Nada.

Me había precipitado al creer que sí. En esos momentos Menma entraba con su acostumbrada sonrisa aunciandonos que la cena estaba lista.

Sin decir nada más bajé con mis hermanos. No solo estaba hambriento, sino además necesitaba del calor de mi familia. Aunque nada diga. Me gustaba verlos y oirlos.

Pero Kawaki me sujetó del brazo cuando pasaba por su lado y me susurró:
- Hablaremos luego hermano, pero hablaremos.
Me hice soltar con fastidio sin decirle nada y seguí mi camino.

Un Demonio En Mi Cuerpo (MomoBoru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora