Un Demonio En Mi Cuerpo (MomoBoru)

Monstruos 🦊

Ella me abrazaba posesivamente, sin dejar de besarme. Ya no podía ver, no podía oír y apenas podía respirar.

Sus odiosas caricias me desesperaban, sus besos me producían arcadas. Mi corazón seguía latiendo con fuerza negándose a detenerse.

Pero de repente sentí cómo ella gritaba tras soltarme. El Karma se activó solo y mi brazo derecho apuntó a ella, quien comenzaba resquebrajarse como si fuese una muñeca rota.

Volvía a ver, a oír, mi corazón recuperó sus latidos normales. La palidez mortal desapareció de mi rostro. Momoshiki habló usando su propia voz.

-Ingenua ¿en serio creíste que te permitiría matarlo? Éste chico es mío, solo mío y nada más que mío. Desintégrate y púdrete por dentro.
-¿Quién....eres?
- Soy aquel que te mató.

Pude ver cómo ella explotaba en ese instantes y su chakra era absorvido por mí. En realidad no sabía cómo hacerlo, eran mi amado quien usaba ese poder por mí.

Al cabo de unos instantes miré mis manos mientras temblaba. El karma había desaparecido, ahora volvía a tener el diamante blanco en mi mano derecha. Pero seguía temblando y respiraba entrecortado.

El muro invisible que aún nos separaba a Mitsuki de mí aún no había desaparecido. Pero yo no podía moverme del intenso miedo que sentía.

En mi mente apareció Momoshiki abrazandome con ternura. Yo me aferré a su cuerpo y empecé a llorar.

- Ya muchacho, ahora estás a salvo.
- Momoshiki
- Nunca dejaría que te hicieran daño. Si permití que ella avance fue porque envenené su maldito cuerpo.
- Momoshiki....hazme olvidar sus asquesosos besos....por favor....mi amor.
- Tranquilo

Mi amado me acariciaba con ternura, así me fuí relajando. Pude dejar de llorar, él acariciaba mi rubia cabellera con amor mientras me miraba con intensa pasión.

Deseaba tenerlo frente mío de verdad, estar solo con él en mi habitación y poder sentir sus besos y caricias. Pero aquello no era posible de momento.

- Tienes que seguir adelante, recuerda que estás en una misión Boruto - Mi respiración se normalizaba lentamente - Recuerda que siempre estoy aquí contigo.

Así recuperé la conciencia una vez más para volver a la cueva donde me enconcontraba. En esos momentos el muro invisible desaparecía y Mitsuki corría a mí.

-¡Mi sol! ¿Estás bien?
- Mitsuki - me lancé a sus brazos temblando, cerré con fuerza los ojos para respirar el conocido aroma de mi amigo y alejar el olor de la muerte de mi persona.

Sabía que mi amado no se sentiría celoso en ésta ocasión. Mi amigo me abrazó reconfortándome.

- Recuperaste la temperatura de tu cuerpo Boruto - me decía Mitsuki - Perdoname, me descuidé mi sol.
- No te disculpes Mitsuki, quien se descuidó fuí yo.

Cuando me sentí vivo de nuevo, recién pudimos seguir avanzando. Descendimos por la escalera para adentrarnos más en la cueva.

En la siguiente sala vimos a Sarada atrapada dentro de un prisma multicolor. Estaba inconciente, y su chakra iba siendo drenado poco a poco para ser absorvido por un monstruoso ser de dos métros de altura. Tenía la apariencia de un lobo gigante parado en dos patas.

La bestia abrió sus rojos y endemoniados ojos para mirarnos con odio intenso.

Su sonrisa mostró sus afilados colmillos. Desgarró una de las paredes con sus garras de acero mientras nos decía con voz metálica.

-Bienvenidos a mi cueva. Ésta será sus tumbas malditos intrusos como sucedió con su amiguita.

-¡Sarada! - grité angustiado al ver que el prisma estaba cerca del techo sostenido por cadenas negras.

"Tranquilo muchacho, ella aún está viva. Debes romper el prisma y se recuperará"

"¿Cómo hacerlo mi amor?"

"Derrotando a la bestia"

Suspiré profundo, sabía que no sería nada fácil aquello. Le conté a Mitsuki y él coincidió con Momoshiki, primero debíamos encargarnos de esa bestia.

Nos preparamos para atacar y lo misno hizo nuestro endemoniado enemigo. Él fue quien nos atacó primero pero Mitsuki y yo esquivamos su descomunal ataque saltando y alejándonos del lugar. Ahora cada quien estaba en un extremo de la sala.

-¡Es nuestro turno Mitsuki!
- ¡Si!
Los dos nos lanzamos al monstruo al mismo tiempo provocando una gran explosión en el lugar.