(bichito🐛)

7.5K 472 320
                                    

OPHELIA ANDERSON
(capítulo editado)

Ya habían pasado unos dos meses desde que nos mudamos a Japón. Trás la muerte de mi abuelo materno, mi abuela materna se sentía bastante solita.

Por lo que mi madre y yo tuvimos la grandiosa idea de vivir con ella, o al menos se suponía que así sería.

El pueblo donde mi abuelita vive no tiene nada parecido a una escuela, eso es un gran problema pues yo tengo que terminar mis estudios.

Al final mi madre decidió vivir en Japón, que se encuentra cerca de este pueblito.

Aprovechando que estamos hablando de mi madre.

El día de hoy ella tiene planeado reunirse con una amiga a la cual no ve hace años.

Resulta que ambas compraban vegetales en el mismo supermercado, dado esto ambas se toparon y quedaron en reunirse.

Una vez explicada la situación, podemos continuar.

La hora en la pantalla de mi celular marcaba la 6:30p.m en un suspiro me levanté del sofá y camine hacia las escaleras para después comenzar a subirlas.

Una vez arriba me encaminé a la habitación de mi mamá dónde la encontré frente a el espejo dándose unos cuantos arreglos.

- ¿Ya estás lista? - cuestione.

- Ya casi - me respondió.

¿"Ya casi"?

- Déjame ver si entendí - hablé y ella me miró a través del espejo - tus gritos exclamando que me apurara me dejarán traumas durante toda la vida… y resulta que tú todavía no estás lista.

- No me uses ese tonito, ya te dije que ya casi estoy - regreso su mirada a su maquillaje.

Bufé y salí de su habitación para bajar de nuevo las escaleras - Ni mi isis isi tiniti - imite a mi madre.

Agradezco que no me escucho, si lo hubiera hecho yo ya estaría tres metros bajo tierra 🖐️😔

Me deje caer en el sofá y tome mi celular dispuesta a jugar con el, pero justo alguien me interrumpió.

- Ya estoy lista - murmuro mi madre a mi lado.

¿En qué momento bajo?

Y sobre todo… ¿que clase de burla hacia mi persona es está?

Aparece justo cuando voy a usar el celular.

- ¡Apúrate y vámonos! - exclamó mi madre.

- ¡Ya voy! - me levanté del sofá con prisa y camine hacia la puerta.

(...)

Estábamos fuera de la casa de los Saiki.

Al menos así dijo mi mamita que se llamaban.

El punto aquí, es que no abrían la puerta.

- Creo que te han timado - dije de manera inocente, asintiendo un par de veces.

Mi madre me iba a responder pero justo se abrió la puerta dejando ver a una señora de la edad de mi madre, ella nos sonrió con alegría.

- ¡Es bueno verte! - abrazo a mi madre y luego se giró hacia mi - ¡Estás más grande desde la última vez que te vi!

Señora, con todo respeto, ni la topo.

- ¡Es bueno verte también, Kurumi! - comento mi mamita guapa.

- ¡Pasen, por favor! - agrego la sra. Kurumi.

Mi madre y yo nos adentramos en la casa, desde mi lugar pude ver la pequeña mesa que estaba puesta frente a la cocina.

OPHELIA ˢᵃⁱᵏⁱᵏᵘˢᵘᵒWhere stories live. Discover now