(14 - temporada dos)

1.4K 164 25
                                    

KUSUO SAIKI
(capitulo editado)

- Hola, bichito - murmuró somnolienta, metida entre las cobijas.

- Hola - saludé, dejando un beso en su mejilla.

- Duerme un rato conmigo, ¿si? - preguntó, dejando golpecitos a su lado.

- ¿Te sientes bien? - ella asintió, pero en seguida soltó un estornudo - estás resfriada.

- No es nada, en serio - se puso de pie, tomando su uniforme - te pedí que vinieras por mi porque ayer me desmaye.

- ¿Y así dices que no es nada? - pregunté, yendo detrás de ella - afuera está helado, te pondrás peor.

- Voy a llevar muchos abrigos - explicó, colocándose unos abrigos sobre el uniforme, pero después s elo quitó entre quejas - no puedo llevar nada sobre el uniforme.

- Es correcto - afirmé, jalando de su cintura para besar sus labios - descansa, yo te pasaré los apuntes.

- Es que quiero ir - se quejó, antes de comenzar a llorar - me estresa estar resfriada, no puedo hacer nada.

- Puedo ayudarte - confesé al final - puedo mantener tu temperatura elevada, solo no te alejes mucho.

- Eso no será un problema - murmuró con una sonrisita, abrazando mi torso - me gusta mucho estar juntita a ti.

- De acuerdo, pero usa cubrebocas - ordené separándola un poco - no contagies a alguien más.

Ella asintió, quitándose la blusa para comenzar a vestirse. Solo me día la vuelta.

- Ya puedes voltear... achu - murmuro, con los ojos rojos y la nariz de la misma forma.

- No estás bien - murmuré, tomando su brazo para que no continuará caminando - quédate aqui, es una orden.

- Es que yo...

- "Es que yo" nada, te quedas aquí. Fin de la discusión.

- Está bien - aceptó, quitándose el uniforme para colocar su blusa de nuevo - pero, ¿te puedes quedar aunque sea cinco minutos?

- Yare yare, está bien.

Ella asintió, con la mirada baja.

- ¿Sabías que algunas veces el sanar el psicólogo? - preguntó, yo asentí - no estoy bien, mamá ya casi no pasa tiempo en casa debido a sus empleos. La quise ayudar.

- Pero no te dejo - complete por ella - está bien, lo más probable es que hoy venga a casa.

- Eso espero - ella comenzó a lloriquear, antes de soltar un gran sollozo - extraño a mi hermano, soy una inútil que no puede ni ayudar a su mamá. La escuela está terminando conmigo. No soy suficiente para ti. No soy bonita, no tengo poderes psíquicos, no soy para nada normal. ¡No soy nada!

Oh, mierda. ¿Debería irme o debería quedarme?

- Hey, tu eres muchas cosas - murmuré despacio, intentando pensar bien mis palabras - de hecho eres mucho para mí, me gusta cuando arrugas tu nariz al mentir. Cuando dibujas cosas en mi mano. Cuando defiendes a los animales. Me gustan tus bracitos, tu cabello y tus ojos azul aqua.

- ¿En serio? - preguntó, con los ojos llorosos. Asentí tomando sus manos, dejando besos en ellas.

- Olvida la escuela hoy. Me quedaré aquí contigo - murmuré, lanzándose a la cama con ella debajo de mi.

- ¡No tendremos los apuntes! - murmuró entre risas.

- ¡Ni modo! - dije del mismo modo, mirándola con una sonrisa.

- ¿Sabías que eres una persona completamente diferente cuando estás conmigo?

- ¿Qué puedo decir? - me encogí de hombros - el amor te hace estúpido.

- Supongo - afirmó, dejando un beso en mi hombro - pero a mí no me hace estúpida.

- No, porque ya lo estás.

- ¡Kusuo!

- Pido perdón.

(...)

- ¿Tienes algún secreto así súper mega ultra secreto? - preguntó, acurrucándose en mi pecho - yo si.

- Igual, creo - respondí, ella me dedico una mirada llena de curiosidad por lo que suspire con pesar - cuando era pequeño, había un chico que se hizo mi amigo.

- ¿Se enteró de tus poderes o algo así? - preguntó, dibujando cosas imaginarias con su dedo.

- ¿Cómo lo sabes? - ella señaló su cabeza, antes de murmurar un "powers" - de hecho creo que le di unos cuantos golpes a unos niños, además destruí un aula completa.

- Recórcholis - murmuró impresionada - ¿después que pasó?

- Nos mudamos - respondí, mirándola con curiosidad - ¿tu secreto?

- Cuando era pequeña no me gustaba usar ropa - confesó, antes de sonrojarse un poco - una vez me desnude en medio de un centro comercial. ¡Pero eso fue cuando tenía tres!

- Ya estabas mal desde pequeña - ella asintió un poco - Teruhashi siente algo por Aiura.

- Oh, vaya - murmuró sorprendida - yo no me sabía ese chisme, ¿por qué no me había dicho?

- Porque creí que sí lo sabías - respondí - es decir, es muy obvio.

- Tal vez - afirmó, asintiendo para después bostezar - me voy a dormir un rato.

- Me parece bien - contesté, a los diez minutos ella ya estaba hasta babeando.

Con cuidado saque el anillo de compromiso del bolsillo de mi pantalón.

¿Será buena idea...?

No. Aún es muy pronto. Demasiado pronto, en realidad.

Aunque ahora estoy seguro de que la amo. ¿Que pasaría si ella me dice que no?

Sería mi fin. Se que eso no sonó como yo, pero... ¿qué puedo decir?

Entre murmullos guarde el anillo en mi bolsillo, seguido de eso un fuerte temblor sacudió todo.

Yare yare, supongo que ya estamos en ese momento del año.

(...)

- Ah, claro. Habrá una erupción volcánica que destruirá todo Japón y hasta ahora me lo dices - murmuró ella, repitiendo lo que le había explicado - porque pues, obvio, es algo de todos los días.

- Debí decírtelo.

- Nooo. ¿Tu crees? - preguntó con sarcasmo antes de negar con la cabeza - da igual, ¿que debemos hacer?

- Debo de aumentar mis poderes, solo eso.

- Como si fuera la cosa más fácil del mundo - ironizó, antes de suspirar cansada - bien, entonces te ayudaré poniendo una meta.

- Meta, ¿de qué?

- Si no logras detener este volcán, me voy con alguien más.

- No puedes alejarte de mí ni porque tu madre te lo ordena. ¿Crees que puede amenazarme con eso?

- ¡Ay, cállate! - se quejó, con la mejillas rojas - solo imagina que sí haré lo que dije.

- Prometo que sí detengo ese volcán te propongo matrimonio. Lo juro por mi dedo chiquito del pie.

- Que conste. No llores si yo te pido matrimonio primero. Ah, ¡deja de robarte mis frases!

- Pido perdón.

- ¡Kusuo!

(...)

Hacer clones para ayudarme con los poderes es buena idea. Aunque también tiene sus desventajas.

Da igual. Es todo o nada.

Yare yare. Probablemente está sea la peor decisión de toda mi vida.

Hablo muuy en serio.

OPHELIA ˢᵃⁱᵏⁱᵏᵘˢᵘᵒWo Geschichten leben. Entdecke jetzt